28.2.08

¡Dejala en paz!

¿La extrañás?  ¿Alguna vez te has detenido en serio a sentir lo que ella te produjo? ¿Alguna vez te sentaste a analizar lo que te pasó con ella desde que la conociste, tratando de descifrar por qué todo estaba cambiando sin razón aparente?
Te acostumbraste a darla por hecho, pensaste que las cosas no se te iban a descarrilar y te descuidaste, no caíste en cuenta de una gran cantidad de desacuerdos y cositas que se fueron juntando y acumulando sin hablarse, sin explicarse, y ahora lo que quedaba entre vos y ella se ahogó en el olvido, en el ignorar lo malo y lo que ella guardó cada vez que sentía que se le rompía el corazón...
¿No creés que es muy grande tu error? ¿Creés sinceramente que es ella la causa del punto en el que está su relación?, ¡ya ni son capaces de estar en un mismo lugar sin hacerse algún tipo de reproche!
Abrí los ojos, date cuenta que lo que ella sentía por vos era muy grande, ¿con cuánta gente no peleó por defenderte, por evitar que te hicieran daño? ¿Cuántas veces no pasó noches enteras secando tus lágrimas, abrazándote, dándote un poquito de ánimo y entregándote toda su energía para tratar de sellar los roticos que tenías en el corazón?
Ella estaba impresionada con vos, pero en este momento no es capaz de aguantar una mirada intrigante, una sonrisa fingida, un recuerdo que entra a la mente taladrando... Ya no llora, por el llanto pasó hace muchos años, una que otra noche se le escapa una lágrima cuando le hablás de todo lo que fueron y ya no son.
Ya no te extraña, ya no sos la persona que ella adoró y cuando mira hacia atrás todo es borroso y nublado, le choca recordarte y detesta verse obligada a verte.
¿Qué crees que siente ella cuando le reprochás que sea diferente?, ¿qué crees que sintió cuando la hiciste llorar la última vez que se vieron?
Abrí los ojos, es mi consejo para vos, dejá de culparla por todo lo que destruyó su relación.  Buscá dentro de vos, ahí vas a poder entender que ella no es la mala de tu novela, que tampoco es la Madre Teresa, pero que ella no acabó con todo como asegurás.
Bla bla bla...
¡Renunció a vos! Prefiere su vida sin vos y creo que es hora de enfrentar esa realidad, así no seguirá el dolor o lo que sea que sentís por su ausencia...

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