16.12.10

Algo crudo

¿Por qué lloras? no llores, le decía mientras le entregaba un papel blando, blanco, que a pesar de parecer un pañuelo, era papel de lija...

15.12.10

¡Todo!

¡Se fue! Por el río, como la onda viaja sin prisa dentro del mar.  No hay quien la detenga, tal vez puede ser desviada, transformada, pero finalmente continuará hacia algún otro destino donde morirá.  Entregará su energía a otro elemento y desaparecerá para siempre.

Es el curso de la vida, todo se va...

3.12.10

Desfile de pestes

¿Con esta forma de llover quién no se enferma? Hay que ver, suficientes problemas ambientales generan los constantes aguaceros y tormentas, en lugares que poco o nada están preparados para enfrentarlos, para tener que sumar los efectos que las variaciones climáticas tienen sobre los pobladores mal nutridos y descuidados, desde el punto de vista de la salud en este caso.

Al parecer nos hemos acostumbrado tanto a las enfermedades comunes que padecer una más no suele ser un asunto importante.

Ahora la mayoría de personas no se toman ni la molestia de ir al doctor.  Primero porque la mayoría de entidades de salud sirven para prácticamente nada, y segundo porque una vez logrados los trámites, las filas y las absurdas listas de espera, llegan a una consulta donde un médico que poco o nada de tiempo emplea en examinarlos y simplemente receta lo mismo, ingerir muchos líquidos, acetaminofén o ibuprofeno y ¡sale! ¡a guardar un poco de reposo que todo el mundo tiene gripa! Nadie tiene bronquitis, faringitis, amigdalitis, neumonía, o mis preferidas, las combinaciones de algunas anteriores.

Ah bueno, eso en el caso de la mayoría de la población colombiana que cuenta con ese tipo de sistema de salud, no me refiero a quienes cuentan con medicina prepagada.  Estos simplemente se ahorran los trámites, las listas de espera y las filas, pero mensualmente se gastan una pasta manteniendo el carnet para que cuando se sientan indispuestos vayan al doctor y este, por lo menos después de una revisión un poco más completica, eso si pidieron cita con un buen doctor, les diagnostique la común y silvestre gripa.

Claro está, los médicos no suelen emplear tan mediocre término, lo que no saben (y si lo saben que bien se hacen los locos) es que todos estamos agotados de escucharlos decir que tenemos "el virus que está dando".

Yo, relajada pero catastrófica como de vez en cuando juego, creo que con estas variaciones climáticas tan raras como perros verdes, dinosaurios rojos y elefantes volando, podríamos esperar que aumente mucho más el número de personas afectadas por IRA (no es el sinónimo de rabia, no) y deberíamos considerar cuidarnos en la medida de lo posible de los azotes de temperatura, viento y lluvia que por estos días nos ofrece el menú climático colombiano, porque el sistema de salud por ahora no muestra cara de cambiar y los médicos, que al parecer están aprendiendo a abrazar la mediocridad, no dejarán de ser así si nadie les dice nada, porque seguramente creerán que sus pacientes se van conformes de sus consultorios.

No todo es culpa de los humanos.  Increíble que lo diga, pero así es.  Sin embargo hay que tener en cuenta que no somos nadie ni podemos irnos en contra de la naturaleza, sólo nos queda aceptar su poder y protegernos de los efectos que la mezcla de nuestras acciones y sus elementos le causan a nuestra raza.  De lo contrario, nos seguiremos enfermando y enfermando y yo no sé ustedes, pero a mí tener gripa o pestes así, ¡me parece de las cosas cansinas de la vida!

2.12.10

Pudor

Nunca entendí esta noche,
Un sueño que desapareció de repente, 
Una sensación que me atacó y me hizo despertar algo, 
Un encuentro fantástico...

Dejó el pudor a un lado, 
Realmente no sé si en algún momento tuvo mucho,
Sólo sé que lo que tenía, 
Lo dejó a un lado del camino.

Sin miedo dejó caer su toalla,
Con la imagen de su cuerpo entero,
Mi cuerpo sintió un corrientazo, 
Y mi cerebro se paralizó por un momento.

Sonreí, 
Me mordí los labios,
Mis ojos brillaron,
No había mucho que decir.

Se acercó a mí, 
Hacía mucho tiempo no hablábamos,
Se abrazó a mi cuerpo,
Y lentamente comencé a perder la ropa.

La sensación de sus manos en mi piel,
De sus labios y los míos acercándose,
De su aliento mezclándose con el mío,
Y de su cuerpo desnudo junto a mí es perfecta. 

Sin nada más que temblor,
En una escena llena de expectativas,
Sentí como solté mis riendas,
Y las tomó quien muy bien sabía hacerlo.

Por un momento todo fue rápido,
Luego llegó la calma y el disfrute,
Nadie nos podía interrumpir,
Y sabiendo eso nos detuvimos.

Intercambiamos un par de palabras,
No hacían falta pero no sobraron,
Sonreímos saboreando la victoria,
Que representaba sobre el mundo ese momento.

Nos miramos con admiración,
Despacio, siendo su cuerpo mi mundo,
El mío, igualmente, el suyo,
Jugamos a tocarnos sin restricción.

Nunca entendí bien esta noche,
Cómo terminó o mucho menos comenzó,
Sólo sé que la dejo guardada,
Como la muestra clara de nuestra ausencia de pudor...

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