2.5.10

Flor negra / Flor colorida

Hay una flor negra.
¿Dónde? En un jardín repleto de colores.
Me siento en mi columpio a verla.
El Sol hace que el contraste entre la flor y el jardín sea mucho mayor.
Había olvidado lo mucho que me gustan las flores negras.  Parecen no estar tan vivas y por el contrario, emiten una energía fuerte, son imponentes.
Me quito las gafas.  
El jardín está en escala de grises y la flor no es negra.  A la flor no le cabe un color más.

¿Le ha pasado algo a mi jardín?

La flor de colores emite energía, más pobre cuando se revela su realidad.  El jardín es magnífico.  La magia de sus tonos y sus delicados contrastes me hacen delirar.
Me puse las gafas para intentar descifrar el lenguaje oculto de la única flor de colores en mi jardín blanco y negro.
Eso que creía que podía entender, no puedo.  A mi jardín especial no lo entiendo ni yo.
Me puse las gafas para ver el mundo en colores, me puse las gafas para engañarme, pero el Sol no permite las mentiras, el Sol es el astro de luz, bajo el cual no nos podemos resguardar en el engaño.

No le ha pasado nada a mi jardín...

Era sólo yo, intentando jugar una vez más.

Regresando a casa

Cuando te recostás en esa camilla y comienzan a introducirla en los círculos de la máquina, sentís como si fueras un cañón que están a punto de enviar hacia el espacio.

Cerrás los ojos y escuchás el ruido de la máquina, los círculos en su interior giran rápidamente y empezás el conteo... 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1... ¡pum!

Abrís los ojos, hay millones de estrellas a tu alrededor, mirás tu cuerpo, estás flotando.  Las estrellas son muy brillantes, tanto que te da miedo encandilarte, pero no te pasa.

Mirás hacia todos lados y no podés creer que llegaste hasta allí.  La Tierra se ve como una canica, la Luna es otra, una de las minis, y los demás planetas se ven como canicas también.

¿A dónde vas?, pensás mientras te das cuenta que con leves movimientos, como si nadaras, te transportás fácilmente.  "Lejos del Sol", pensás, no vaya a ser que terminés rostizada.  Ir a la Luna sería divertido, ¿estará muy lejos?

¿Dónde queda Alnitak? ¿Qué hay de Bellatrix, Mintaka, o tu adorada Alnilam?  No tenés idea, y en medio del tráfico caótico de pequeñas partículas de polvo espacial, estrellas y asteroides, no se te ocurre hacia donde ir.

Empezás a moverte, (esperás que te hayan eyectado perpendicularmente y recordás la localización que tienen, en esta época del año, ese grupo de estrellas), confiando por supuesto en que el viaje haya sido tan rápido, que no vas a nadar "millones de años luz" en vano.

Cuando te vas dirigiendo hacia el sitio (el cual a medida que te acercás te das cuenta de que su tamaño es grandísimo), sentís que algo por dentro te hala, como si te halaran el cordón umbilical siendo bebé.

"¿Qué pasa? ¡Hey, eso duele!", preguntás.

Pero no alcanzás a definir, por la agudeza y sutileza del halón, si te duele o te quema.

Todo se empieza a recalentar.  Tu sangre se siente hirviendo mientras recorre tu cuerpo que no entiende lo que le está sucediendo con ese ataque energético no previsto.

De repente, sin darte cuenta, la ves... Lleva toda tu loca vida esperándote.  Te hala hacia ella tan fuerte que te movés a una velocidad que creés que te va a desintegrar.  Brillante, resplandeciente, increíblemente hermosa, es todo lo que habías soñado y ¡más!

Sonreís mientras gritás, tenés miedo por tu destrucción, pero pase lo que pase, resistirás.  Sea del tamaño de un átomo, o sea en cuerpo entero, pero llegarás...

"Aaaaaaaagggggggghhhhhhhhh"

Gritás desesperadamente, estás a punto de llegar y no ves la hora de hacerlo...

... "¡Chica!", escuchás a la enfermera pedirte que te levantés de la camilla.  Quieren hacerte más exámenes para saber qué diablos pasa en tu cerebro...

... ¡Nunca, nunca lo entenderán!

Así, de repente, destruyeron tu regreso a casa.

Días aburridos

Hoy.  Igual que ayer.  Igual que el día antes.  Igual que el día antes.

Así me voy.  Repitiendo días absurdos, días sin colores, sin razones.

Sale el Sol y se cuela entre la persiana, me aporrea los ojos y me patea la cabeza.

"El día ya empezó,  ¿a qué horas te vas a levantar?", dice.

"Andá a que te peinen", reniego.  Volteo hacia el otro lado y sigo acostada, intentando dormir un poco más.  Entre tanto me pregunto para qué levantarme si no tengo nada que hacer.  Escribir, tal vez.  Genial, más conversaciones conmigo misma es justo lo que necesito ahora.

Magnífico sería tener algo que hacer, ¡trabajar!  No sé cómo los vagos viven felices haciendo nada.  Cómo  pasan su tiempo sin aburrirse.  Habría que tener mucho dinero para entretenerse en diferentes 
actividades.  Vaya, no tengo.

¡Wepa! ¡Me acaban de llamar para una entrevista de trabajo mañana!  ¿Let the games begin?

20.4.10

Vaya final...

Me acabaron de matar algo por dentro. 

Te miré a los ojos y no dijiste nada.  
Estuviste conmigo tiempo suficiente para advertirme.  
Pero no, no lo hiciste.  
Tuviste suficiente tiempo para avisarme y no tuviste los cojones.
Me lanzaste a los leones y me tuve que enfrentar a ellos.  
Qué falta de tacto, yo que te creía grande, que creía que sabías enfrentar diferentes situaciones.  
Por lo menos creía que después de tantos años me conocías un poquito.  
Eso fue una patada al ego, un desinfle que no alcanzo a explicar.  
No dijiste nada, seguro no dirás nada.
Algún día volverás como siempre, como si no me hubieras aporreado.  
Te quedaste ahí, ¿pensaste en algún momento si estaba sintiéndome bien, si me estabas haciendo daño con eso?
Esto no sé si es un reclamo o la canalización habitual de mi rabia.  
En algún momento de la vida leerás esto y sabrás que esa noche me convertiste en una implosión, que hiciste algo que no se hace, menos a quien estuvo disponible cada que lo pediste para ayudarte a atravesar tus malos momentos.
¡Vaya forma de manchar uno de los días más importantes del año!

19.4.10

Como una "Olla a presión"

Te atrapa una sensación de desubique, de agobio, de saturación, de querer salir corriendo y gritar bajo la lluvia.  Lluvia que no cae pero es lo único que reflejás.

No parecés encontrar tus fuentes de buena energía y hacés un esfuerzo increíble por no agotar toda la que tenés, porque sabés que todos los días vas a necesitarla en varios momentos y no te querés quebrar en pedacitos.

Creés que necesitás un descanso, de tu casa, de la gente, de la ciudad.  Descanso de los problemas y la hostilidad.  Creés que tenés que ir al lugar que siempre te ha funcionado como lugar de escape, pero no tenés los medios para hacerlo, ni las agallas para, simplemente, arrancar.

Sentís como tu cuerpo empieza a reflejar la caída emocional que atravesás.  No estás durmiendo mucho, 3 horas al día cuando estás de suerte.  Nudos en tu espalda, ojeras y ojos hinchados, tu cuello parece hecho de ladrillos, tu cabeza parece estallar, tus pies están tan cansados que a veces no te provoca levantarte, tus brazos no se alzan, no parecen estar en capacidad de hacerlo ni para abrazar a los astros.

Pensás en lo mucho que te divertiste el año pasado y no podés evitar preguntarte por qué no podés volver a sentirte así.  Extrañás la libertad y la lejanía, esa facilidad que tenías de escapar de los asuntos y seguir contenta, repleta de alegría y siempre con sonrisas.  Estabas en lo tuyo y nada era más importante que tu felicidad.  Eras la persona que siempre quisiste ser y odiás sentir tanto bienestar tan lejos.

Buscás en tu interior y tu ambiente algo que te haga sentir bien.  Vaya desastre, no encontrás ayuda en la música, algo bastante extraño porque sabés que es como tu aire, pero no te aliviana ninguna de las 1350 canciones que tenés en el aparatico rojo.  

De repente suena el teléfono de tu habitación o tu móvil y dudás antes de atender, pero lo hacés con la esperanza de que alguno de los 3 amigos que te llaman últimamente te haga sonreír y te den esa mentirosa y momentánea sensación de que todo está bien.  Efectivamente, lo logra, pero estás en modo off y a él volvés en cuestión de segundos.

Pensás en la cantidad de personas que se consideran tus amigos, o que considerás tus amigos, y te das cuenta que la mayoría están tan alejados, que te frenás nada más al pensar en tener que actualizarlos para ver si te ayudan.  Y algunos de aquellos con quienes te mantenés más en contacto, recientemente han tenido actitudes que no te hacen bien y también los dejás de lado.  En definitiva, básicamente te sentís como un hongo, o como el hombre lobo.

Contemplás la posibilidad de recurrir a esas personas con quienes compartís sangre y genes, pero nunca has sido capaz de hablarles mucho, ni con mucha sinceridad, y es tanta la desilusión que sentís por culpa de ellos, que te aumenta la pereza mental y los descartás.

Pensás en fumar, si le funciona a los personajes de libros y películas, podría funcionarte, pero en el fondo sabés que rellenar tus pulmones de humo no calmará tu desasosiego y sólo empeorará tu salud.

Mirás el calendario... ¡es Abril! Ya te estás cansando de lo insoportables y ridículos que son los abriles, recordás que el del año pasado fue difícil pero no fue horrible.  Recordás también que cuando empezaste este mes, ibas sentada en una lancha hacia Islas del Rosario y que justo ahí pensaste que estabas empezando el podrido mes de excelente forma (igual que hiciste el año pasado cuando estuviste en Mallorca) y que todo saldría bien.  Pero no, poco te imaginabas que las bombas estaban a punto de estallar para volver tu mundo al revés.  Maldito Abril, habías dejado de mirar el calendario para no inclinarte a relacionar malos sucesos con el calendario, pero en realidad es mucha casualidad.  ¡Y eso que falta el día de abril que no te gusta vivir! Ese día tendrás que inyectarte locura, pase lo que pase, una fecha no podrá ser peor que lo que ha pasado hasta ahora.

No tenés otra opción que seguir de pie al borde del acantilado, esperando el momento preciso para saltar.  Esperar que pase el tiempo, esperar que llegue la oportunidad que necesitás para volver a empezar y mandar al carajo tantas cosas, no podrás eliminar todo lo que te molesta de un solo golpe, pero pasito a pasito y aguantando más lo podés lograr.  Si eso que estás esperando no pasa, inevitablemente tendrás que hacer milagros para no perder la cordura.  Vaya mierda.

16.4.10

Te miro mientras dormís...

Dormís...
Hace aproximadamente 1 hora te vi cerrar los ojos.  El cansancio y un buen nivel de fiesta te vencieron y te obligaron a terminar nuestra conversación (muy parchada si me preguntás), para irte al Onírico.

Te miro.  No puedo hacer otra cosa que mirarte, parecés un angelito, ahí, sin mayor movimiento que el de tu respiración moviendo las mantas.  A veces te movés más, como si fueras a darte vuelta y darme la espalda, y estirás los brazos, pero volvés a la misma posición, con las manos debajo de tu cuello.  Dormís parecido a la forma como lo hago yo, ¿sabías eso?  Hace muchísimo tiempo no te veía dormir, ahora que lo hago de nuevo, recuerdo lo mucho que me gustaba.  Me sentaba a escribir mientras dormías y me encantaba, eran momentos perfectos para hacerlo.  Además, me imaginaba con qué estarías soñando, si estarías descansando, o si te despertarías a reírte de mi locura por quedarme despierta.

¡Uaj! ¡Qué cosa más chimba sos!  Los vodkas que nos tomamos, más el que me estoy tomando ahora, me hacen pensar que podría quedarme muchísimo tiempo mirándote, sos el paisaje más soñado y no se me ocurre una forma mejor de pasar esta noche que en tu compañía (así vos no te estés dando cuenta).

Antes de dormir me dijiste que te enamoraste, de mí.  Antes de dormir me dijiste que me querés a tu lado... ¿Sabés cuánto quisiera yo poder pasar más tiempo con vos?  No es contable, es grande, como el Sol.  Yo soy uno de tus sueños y vos, sin duda, te volviste uno de los míos.  Hacernos realidad es una de esas cosas por las que vale la pena esta vida, loca.  (Y las que sean necesarias).

Decir que estoy enamorada de vos no es justo...
Decir que todo con vos es un espectáculo delicioso no es suficiente...
Que usualmente seas la primer persona y la última que en el día navega en mi cabeza no es raro.  
Despertar con vos a horas extrañas, no dormir, acostarme a horas incluso más extrañas no es sacrificio alguno, es disfrutar la vida a tu lado.

Cambiamos, ¡mucho!  No somos lo que fuimos, sin miedo lo acepto.  Pero algo permanece invariable, que vos y yo nos sabemos amoldar para darnos felicidad.  No me tiembla la voz para decirte que te quiero a mi lado hasta que se me acaben los días, batallando contra las patadas de las realidades.  Ahora no me alcanzo a imaginar muy bien que lo que vos y yo estamos construyendo puede tambalear, (no niego que puede pasar, pero lo dudo) porque esto es muy distinto, puro, limpio y absolutamente sincero.

¿Sabés?  Incluso cuando dormís sos como los rayitos del Sol... Me inyectás energía, me provocás sonrisas y me hacés saltar el corazón.

¡Hasta la próxima Sol de mi vida!

14.4.10

No vaya a ser...

"No vaya a ser que te esté olvidando".

De la costumbre te salís con cada día que pasa y estás ausente. 

Si te salís de mis días, ¿qué me queda? Los recuerdos.

Contra ellos tendré que luchar para dejarte en el pasado y dejar de pensar en lo que haríamos si estuvieras a mi lado, basándome en lo ya vivido.
Contra ellos tendré que pelear si quiero dejar de pensar en vos, lo difícil es que me gustan tantas cosas que viví con vos, fuiste algo tan nuevo, delicioso y diferente, que es difícil parar de recordarte, sobre todo cuando tengo tanto tiempo libre y tantas ganas de desahogarme.

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