19.12.14

Tan ácida como se puede ser

Si usted decide drogarse, es su decisión no la mía.
Si usted decide pasar su vida durmiendo, es su decisión no la mía.
Si usted decide inventarse una dolencia todos los días para justificar su inutilidad, es su decisión no la mía.
Si usted decide no luchar por su hija, que ella crezca criada por otras personas y usted ni se entere, es su decisión no la mía.
Si usted decide malgastar su dinero en sus pésimas elecciones, es su decisión no la mía.
Si usted decide ser un mantenido y vivir eternamente como un adolescente problemático, es su decisión no la mía.
Si usted se quiere creer traqueto y malo, es su decisión no la mía.
Si usted decide aceptar que su familia no pueda compartir con su hija porque no es capaz de enfrentarse a la mamá de ella, es su decisión no la mía.
Si usted decide vivir en un mundo de mentiras, es su decisión no la mía.
Podrirse, llenarse de moho, refugiarse en sus conflictos autoinventados o autoganados, es su decisión no la mía.
Sus problemas son suyos, no míos.
Sus excusas son suyas, no mías.
Sus dramas son suyos, no míos.
Su mediocridad es suya, no mía.

Nada de lo que usted haga, diga, piense, enrede, decida, etc.,  es mi problema, mucho menos mi karma, pues cada quien que haga con su vida lo que le de la gana y mientras más lejos esté su agujero negro de mi, más tranquila, más feliz, más inspirada voy a vivir. Cada quien escoge qué karma vivir y yo el suyo ni lo escogí ni lo escogeré. 

¿Le quedó claro?

18.12.14

¿Qué le pasa al mar?

¿Qué le pasa al mar?
Se está desahogando, entre el cielo y la tierra lo miran gritar.
Se sacude con violencia, se desata y se queja.

Está harto de que lo limiten.
Golpea la tierra con fuerza, pero no la deja, no la puede dejar. 
Ella lo hala, lo suelta y vuelve y lo llama.

Afuera es libre, tranquilo, se mueve como quiere, va a donde se le antoja, recorriendo de un lado a otro con su vaivén.
Y el cielo es su cómplice, lo anima, lo calma, lo alborota, juega con él.

Se dan algo que sólo ellos pueden darse, magia eterna.
Se tocan un poco la piel y así van por el mundo.

15.12.14

Razón más para amar el mar

Había olvidado el objetivo de escribir, pensé que se trataba de lograr algo bueno, medianamente importante, pero me encontré bloqueándome a mí misma con esa errada forma de pensar.

Escribir no se trata más que de sacar pensamientos a la calle, hacerlos recorrer y encontrarse con otros para que formen ideas frente a lo que cada uno lleva consigo. De tal manera que al conseguir un poco de claridad, se intente desenredar la maraña de pensamientos caóticos que a menudo llevan a los famosos y detestables sentimientos encontrados.

Y que si no llevan a sentimientos así, tampoco hacen fácil entender lo que uno mismo piensa.

¿Y así entonces qué?

Frente al mar es difícil mantener la concentración en los problemas que tiene uno consigo o de vuelta en casa, nada aquí parece importar, todo se olvida. Lo raro -o maluco más bien- es que cuando se regresa a casa vuelven y atacan todos juntos en manada, como desquitándose del abandono al que fueron sometidos.

28.11.14

Vuelta al campo

El universo se está reivindicando, no lo dudo.
La tranquilidad de saber que pase lo que pase estaré bien, y si llega el momento de despedirme, seré más grande.
Completa, comparto apartes, historias, sonrisas, filosofías, teorías, caricias, besos, formas, creencias. No me pierdo, no me entrego, solo me comparto.
Nada había sido tan así, ilógico, "confrontador", lleno de un susto transparente, emocionante y calmado.
Avanzando sin aparente avance, sin esperar y sin desenfreno perceptible. ¿Será hoy, será mañana? ¿Hasta donde llegará nuestra negociación?
Fluir, se trata sólo de eso...

16.11.14

Darse cuenta

Ella está aquí, no a mi lado, sólo aquí.
Ya no la extraño, poco a poco he dejado que se desdibuje de mi vida, de mi ansiedad, de mi mente, pero no de mi corazón.
Siempre fue fácil quererla, nunca lo fue entenderla, mucho menos seguirle el vuelo, porque así fue, libre, imparable, indomable.
Voló por el cielo dejando mi mirada estática, mi respiración agitada y mi mundo tambaleando con su inexplicable paso.
Se van yendo con el tiempo sus recuerdos, algunos con más silencio que otros y me voy despegando de aquella locura que por un momento sentí atraparme... "Poder decir adiós es crecer", crecer con la inefable certeza de no querer repetir nuestra -o mi- hecatombe.

¿Me quieres apoyar?