13.11.19

Freedom brings a hidden curse

Lo lindo de ser como somos es la libertad de hacer cada día lo que nos da la gana, pero… Es más un demonio, ¡una maldición!
¿Para qué se levanta cada día un ser humano que no debe ir a trabajar para vivir?
La maldición de la libertad es no saber qué hacer con tu vida.

6.10.19

1 año sin Hernán

Lo que más me gusta de este día es que no tengo que pretender, sino que puedo estar vuelta mierda y nadie me dice nada. Excepto mi familia, ellos no ven bien que llore, así sienta minuto a minuto que se repite la mierda que viví el año pasado y eso me destroce por dentro. No lo ven bien, por eso no los visito, porque odio que me digan que no debo llorar. Llorar o no es mi problema. Mis sentimientos y pensamientos son mi asunto y su opinión no me ayuda para nada a lidiarlos de manera sana. No es sano inundarse en lágrimas, no es sano atrapar la tristeza y todos los sentimientos que me abruman, día a día o año a año. Suficiente tengo con mi propio desbalance químico para seguir viviendo atragantada con tristeza.
En conclusión, todo el que no entienda que voy a llorar hasta que no tenga más lágrimas, que me voy a sentir mal hasta que empiece a sentirme bien, puede irse tranquilamente a tomar por culo.   

10.9.19

Manillas limpia mares

¿Han visto las manillas y pulseras con temas marinos que llevan algunos años acosándonos en redes sociales?

La mayoría son muy bonitas y dicen ayudar a buenas causas.

Unas de mis favoritas son las de 4ocean.com quienes a cambio de tu compra de una pulsera aseguran que retiran 1 libra de plástico del océano.

1 libra = 453 gramos

En un principio me gustó la idea y hasta pensé en comprarla para ayudar a eliminar mi librita del océano. Sin embargo, me puse a pensar y como es costumbre, un exagerado sentido crítico me llevó a lo siguiente:

Yo como habitante de zona costera, que está llena de plásticos en las playas, caminos y hasta en el océano encuentro a menudo, cada vez que tengo la oportunidad voy recogiendo y llevándolo a un basurero. Ahora incluso conseguí una bolsa para recoger basuras mientras careteo o buceo, porque no podía sacar todo lo que veía.

Todo esto me ha llevado a concluir que si vos tirás basura en medio de la naturaleza, sos un hijo de puta cochino que no le enseñaron nada en la vida. Si te comés un helado, llevate con vos el plástico envoltorio, el palito, la servilleta hasta la basura. Lo mismo si te tomás algo en botella plástica o que tenga pitillo. Llévese todo eso lo más lejos que pueda de la playa y ni se le ocurra dejarlo tirado en el suelo en el medio de un camino, que eso no saca patitas para caminar hasta el basurero más próximo, donde siempre debió estar.

A vos no creo que te provoque comprar una de esas pulseras porque básicamente sos un pendejo a quien la salud de nuestro planeta le importa un carajo. Ojalá entraras en razón y pudieras comprar manillas -por montones- para que otros recojan el desastre que vos y los de tu tipo siguen causando.

Si vos no tirás al suelo y sos de los que bota en el basurero como debe ser, ¿te parece muy maluco ir andando con una bolsita en la que podás ir echando algunas cosas que en tus recorridos te encontrés? No te juzgo si no te apetece recoger la basura de otros. Para vos recomiendo encarecidamente comprar una de esas pulseritas, que te puede ayudar a dar un paso extra cuando las manos no te querés ensuciar.

Para nosotros los que nos ensuciamos las manos por culpa de los pendejos que tiran basura a su paso, sigamos haciéndolo, si alguien quiere una manilla pues magnífico, más limpieza para el océano, lo más necesario es que no nos hagamos los locos y sigamos limpiándole a las playas, océanos y naturaleza en general, la basura con la que no debería lidiar por culpa de nuestra estúpida especie.

Eso sí, te felicito si comprás una manilla de las que hablo, pero cuidala mucho, que no se te vaya a caer en el suelo ni en el mar, porque no te hacés parte de la solución, sino del problema. 

FIN DE LA CANTALETA

29.7.19

Tips mentales

En mi próximo libro de salud mental voy a enseñar cómo, fácilmente, pasar de "estar bien" a "quiero mandar todo a la mierda, púdranse todos y déjenme en paz" en cuestión de minutos.

2.2.19

Esta mañana vi un post que decía: "Menciona algo que no tengas". No supe qué responder… Tengo todo, más de lo que necesito… ¿Puede haber algo más bueno que darse cuenta de eso?
#GraciasGraciasGracias

10.11.18

Limpieza hepática y la madre que la parió

Mi novia de vez en cuando sale con ideas locas. A continuación el relato de la última:

Fue donde su nutricionista y cuando llegó a casa me contó su nuevo plan de alimentación y un pequeño detalle, debía hacerse una limpieza hepática antes de empezar su nueva forma de alimentarse. Me lo contó y yo, como siempre, después de escucharla hice la respectiva cara de asco y de rechazo ante la idea. Creo que la cosa se quedó por mi parte así, aunque conociendo a Natalia, seguro le siguió dando vueltas y comentándome el asunto.

Quedó de averiguar el kit de limpieza al día siguiente para comprarlo y empezar.

Al día siguiente volvió a surgir el tema de la dieta y la bendita limpieza y me dijo: "¿es que tú no la vas a hacer conmigo?" y yo, no sé en qué momento ni bajo qué clase de raciocinio le dije: "la limpieza si, pero la dieta no".

Hágame el favor, millones de años de evolución para que los humanos tengamos el cerebro y la razonalidad que tenemos ahora, ¡para que el mío salga con semejante cosa! Lo deja a uno tirado cuando más lo necesita, cerebro hijuemadre...

El plan era empezar un fin de semana porque el doctor le advirtió que el último día de la limpieza debía estar quieta, tranquila, relajada en casa.

Pues así pasó la cosa, llegó el fin de semana, compramos los kit (uno para cada una) y decidimos empezar el lunes festivo para poder terminar el domingo siguiente.

Fuimos a comprar todas las cosas que podíamos comer durante esa semana y listo, estábamos "preparadas" para lo que íbamos a vivir, que nos iba a resultar en un hígado limpio, más energía, sin cálculos, menos grasa, bla, bla, bla. La verdad es que yo no tenía ni puta idea en lo que me estaba metiendo...

Día 1 a día 4: tomando una cantidad "normal" de pastillas, no se siente nada diferente, hasta ahora lo único difícil es la dieta, extraño mucho el queso. La leche deslactosada no sabe bien para nada, pero es temporal entonces no le doy mucha mente.

Día 5: al final del día cuatro tuve que aumentar la dosis de una de las pastillas y se puso feo, cólicos miedosos, mis tripas sonaban como si una batalla de orcos se estuviera desarrollando ahí adentro y lo peor es que a Natalia no le pasó nada. Yo tuve que entrar al baño incontables veces y ¡a esta otra ni se le mueve un pelo! Tomo mucho líquido, empiezo a odiar este asunto de la limpieza, me siento sin energía, me duele la panza y ya estoy harta de entrar tanto al baño. Afortunadamente falta poco, porque qué estado tan horrible.

Día 6: en la mañana me sentí un poco mejor, comí bastante porque sabía que era el día del ayuno. Almorzamos ensalada y a partir de las 3 pm sólo podíamos tomar agua hasta el día siguiente, qué asco. 
Hicimos siesta para pasar el tiempo y cuando despertamos sentí morir de hambre y apenas son las 6 pm. Tome agua y hágase la boba. Pronto querré matar a Natalia. Tomo agua, hablo poco, me muevo poco, me falta la energía. Natalia está preocupada por mí, ¿qué diría mi cardiólogo?, pensamos. 
Mejor no pensar mucho en la situación, hablamos bobadas. Es hora de tomar 12 pastillas, en 2 horas tocarán otras 12. Natalia se las toma una por una, qué floja, yo me tomé eso de una y ella no lo podía creer. Decidimos hacer un video para la próxima tanda de pastillas. (les quedo debiendo el link)

Seguimos tomando agua y leyendo el libro del curso de buceo, a ver si nos entretenemos y dejamos de pensar en el hambre.

12 pastillas más, gas.
Natalia quedó con la pancita llena, yo estoy que me como el pelo, pero sigo  tomando agua. 
Quiero matar a alguien. Llevo siete horas sin comer y estoy odiando todo lo que se menea. 
Vemos Netflix, entretenemos el coco a ver si ayuda a no pensar en lo vacío del estómago y en la energía que cada vez se me agota más. Natalia me ha dicho varias veces que coma, pero yo pienso que ya en este punto, después de todo lo que he aguantado, más bien sigo con la limpieza de la madre que la parió. Más le vale a mi hígado que quede reluciente y que las neuronas que contiene queden bien lavaditas. A este paso, mañana levito y escribo una novela.

Tomando 12 pastillas me sentí como una mula, ¿cómo son capaces de aguantar eso? la necesidad y la mentalidad y a saber qué cosas más lo llevan a uno a locuras.

A las 11 pm nos tuvimos que tomar una porquería de jugo de naranja con aceite de oliva, yo hice mi mejor esfuerzo y como si estuviera tomando guaro me mandé eso lo más rápido que pude sin saborearlo. Natalia por otro lado casi se vomita -o vomitó-, no sé, le dio muy duro tomarse eso. Afortunadamente nos debíamos acostar a dormir inmediatamente y eso hicimos, es mejor dormir que aguantar hambre, como hacen los indigentes.
Mis tripas suenan toda la noche, esto se va a poner peor.

Día 7: se destapó pandora, y de tanto entrar al baño me ardía el culo y pensé en pasar el día en el baño, "con el cargador, la botella de agua y el celular puedo estar aquí". ¿Cómo no compramos pañitos húmedos? Juemadre, se han destaqueado nuestras tuberías.
Pudimos comer algo suave, pero sólo para alimentar la bestia que estaba emergiendo de nuestro interior.
Yo que pensé que el día 5 había sido la cagada, el día 7 me sorprendió.
Teníamos que estar tranquilas y fue casi obligatorio, porque al más leve movimiento nos encontrábamos otra vez sentadas en el sanitario...


PD: Cuando le conté a mi cardiólogo me regañó durísimo por haberme sometido a ese proceso, mejor dicho, poquitas cosas buenas puedo rescatar del recuerdo de toda esa hazaña.

¿Me quieres apoyar?