12.4.20

Terminando amistades

Las relaciones de pareja no son las únicas que se terminan.

Siempre he pensado que las relaciones son como el neumático de una llanta. Se pincha, lo parchas. Se pincha de nuevo, lo vuelves a parchar. Puedes seguir haciéndolo,  hasta que el neumático sea más parches que neumático mismo, y ahí, ¡pum! Explota y no tienes forma de repararlo más. Es hora de descartarlo. Déjalo ir.

Las relaciones se dañan completamente después de muchos arreglos (o parches en un neumático).

Intentas solucionar el nuevo daño, lo arreglas. Vuelve y se daña (por el mismo motivo o por otro) y lo parchas de nuevo. Pero inevitablemente llega un punto en que pasas más tiempo arreglando la relación que disfrutándola y ¡pum! Estalla, punto de no retorno. Es hora de cortar el lazo. Déjalo ir. 

Las relaciones de pareja no son las únicas que se terminan.

Las relaciones de amistad pueden ser más resistentes a los arreglos, pero no son infalibles. 

Con los amigos te acercas, creas un lazo, compartes pensamientos, filosofías, energías, etc. Con los amigos una diferencia puede ser fácil de equilibrar, es más sencillo dejar pasar las molestias (si no eres un megadramático) y seguir adelante. 

Luego puede ser que te alejas, porque no lograron limar la aspereza, o porque la vida es así. Si te das cuenta a tiempo y vale la pena, acortas la lejanía y fortaleces el lazo. Si no haces esfuerzo por volver a acercarte, pues ya sabes, no era valiosa para ti.

Te acercas, todo es lindo de nuevo, fluyen y disfrutan juntos, comparten historias y todas esas cosas que los hicieron compatibles anteriormente.

Pero si te alejas por diferencias irreconciliables, por discusiones o por daños que te han ocasionado, seguramente entenderás que en ese momento el neumático estalló, porque sin importar la cantidad de veces que hayas intentado arreglar la relación, esta ya no es la misma, ya no sientes la energía, las ganas de conversar, de disfrutar. Eso que te unía se ha vuelto imperceptible. 

Terminar relaciones de pareja es relativamente sencillo, de acuerdo a la vida que hayas llevado, tendrás más experiencia y se te hará menos complicado hacerlo cuando llega el momento.  Pero no sabemos dar por terminada una relación de amistad.

¿Por qué no sabemos terminar una relación de amistad?

Creo que nos han enseñado que los amigos han de estar en las buenas y en las malas, que así crezcan pueden seguir compartiendo de una u otra forma, que los amigos son tesoros y han de cuidarse y aguantarse. Pero la realidad no puede ser más diferente.

Hay puntos de no retorno en amistades. Todos lo hemos vivido, seguramente no eres tan cercano a todos los amigos que has tenido a lo largo de tu vida. 

Te puedes convertir en ese alguien que no encuentra en común nada más que los recuerdos y el cariño por una amistad, pero que más allá de eso, con esa persona no vas a crecer, no vas a aprender, vas a estar atascado porque probablemente, las diferencias irreconciliables volverán, y de nuevo habrá que poner un parche al neumático, pero llegas a ese punto en que ha estallado. 

Y siempre es más sencillo alejarse que terminar.

Pero sea dicho o no, hay relaciones de amistad que deben terminar. Tal vez hasta por el bienestar de ambos.

El cariño puede quedar, pero para que la vida continúe, es necesario mantener la bicicleta funcionando, y con neumáticos reventados no puedes avanzar.

7.4.20

Nuevo libro, "Barco de papel"

¡Alegría!
Un nuevo libro con mi nombre ha salido a la luz. 💃 ¡báilalo amiga!
Esta vez ITA Editorial juntó a varios autores que escribimos sobre viajar y sacó un libro hermoso, está en formato físico y en digital en esta web:

https://itabooks.com/producto/barco-de-papel/
Yo también tengo algunas unidades disponibles, si estás interesado, contáctame

Me encanta la portada, el nombre y qué honor hacer parte de este nuevo proyecto.

1.4.20

4 de marzo

Hoy es el cuarto día del mes de marzo del año 1956, íbamos caminando por la calle, Carlos, mi mejor amigo Jorge y yo, cuando de pronto oímos un ruido. Nos extrañamos porque las calles estaban muy solas y era de noche, lo cual no era normal. Fuimos rápidamente hasta el lugar de donde creíamos venía el ruido y encontramos un hombre, tirado en el suelo, muy alto, con una ropa muy extraña, toda de color negro, con un arma en la mano. Era un revólver, se había disparado en la cabeza. 

Nos pareció raro la expresión que tenía en su rostro, estaba sonriendo, parecía muy feliz porque se iba a morir, los tres nos miramos, no lográbamos entender, ¿por qué si sabía que se estaba muriendo, estaba tan feliz?

Asustados, nos acercamos para revisar sus signos vitales, aún tenía pulso, aún respiraba, aún estaba vivo, parecía estar feliz los últimos minutos de su vida, ¿cómo puede estar aún vivo si se acaba de disparar en la cabeza?, ¿por qué se quería suicidar?, ¿cree que todo será mejor al suicidarse?, ¿cómo puede ser tan egoísta?, nos preguntamos. 

No lo lográbamos entender. Le preguntamos al hombre, pero él no nos escuchó, o simplemente no nos quiso responder. En ese momento, ¡¡¡BIIPPPP!!!, sonó el pito de un automóvil, “ya sonó el timbre, se acabaron las clases, ¿se van a quedar ahí parados?

El conductor extrañado nos gritó, estábamos de vuelta al cuatro de marzo de 1999.

30.3.20

Despertar

Me desperté de un largo sueño, vi a mucha gente reunida, todos vestidos de negro. Vi a mi madre y a mi abuela llorando, recostando sus cabezas sobre un cajón negro, parecía un ataúd, ¿quién se murió?, pregunté, mi madre me miró a los ojos, los tenía muy hinchados, no me respondió. Fui hacia una silla en la que estaban mis hermanos llorando, los miré, pero ellos no notaron mi presencia, ¿qué está sucediendo?, volví a preguntar. De nuevo, nadie me respondió. Entró un hombre, vestido de blanco, un blanco totalmente puro, brillaba, me sorprendió por ser único, por su vestimenta y por ser el único que me miró y me habló, me dijo: “vamos, no esperes más, será más duro mientras más te quedes aquí”. “¿A dónde vamos?”, le pregunté, no me respondió lo que yo quería oír, sólo me dijo: “sígueme”, y así lo hice. Caminamos muchas horas, si es que así las puedo llamar ahora, sentí como si fueran años, muchos años, pero yo no estaba cansado, podría seguir caminando toda la eternidad, y estoy seguro de que no me cansaría. Llegamos a un lugar en medio de la nada, todo era oscuro y había tres entradas, una era tenebrosa, la otra era profunda y tenía mucha fuerza, sentía que me quería halar hacia ella, y la tercera era clara, se sentía mucha paz al mirarla. El hombre de blanco me dijo: “Ahora es tu decisión, piensa qué vas a hacer, ya que de ello dependerá tu vida”, me miró y entró por la tercera puerta, yo intenté seguirlo, pero de repente sentí una poderosa fuerza y me desperté de un largo sueño, vi a mucha gente reunida, todos vestidos de negro, y de repente mi madre se tiró sobre el cajón negro y gritó: “¡Está vivo!”, yo sonreí y volví a cerrar los ojos.

22.3.20

One deserves to be written about

One might think that one's friends would be happy about one's accomplishments, especially the so called best friends. But that is not always the case. Why does it happen? Maybe one's best friend is not really that connected with one in the way one thought they were. One might be disappointed. One might be sad. One might even be angry, but one might ignore if one feels angry at one's friend for not supporting one the way that a best friend should do, or if one feels angry with oneself because one should never expect anything from anyone, but one did, and now, on top of angry, one might feel stupid, used and/or unworthy.

24.2.20

En este país el sistema de salud no te cura, te mata.

El sistema de salud en este país debería ser considerado una de las causas de mayor mortalidad, sino es la más. Qué frustración, qué indignación.

Nada está bien cuando deciden tratar al cuerpo (mente incluida) como si fuera un video que puede ponerse en pausa para que no avance. No es así, honorables caballeros encargados de la maquinaria fallosa y asesina, a las enfermedades no se les puede poner en pausa.

En este país el sistema de salud no te cura, te mata.  

Lo escribe una persona que ha sido beneficiada durante la mayor parte de su vida por un servicio de salud diferente al que usa la mayoría de personas. Desde hace un par de años me vi obligada a pagar ambos servicios y bueno, ya que los pago, más bien los uso, ¿no? 

No debería ser tan complicado pedir una cita, ser atendido por un especialista, recibir atención digna en urgencias. Lo único que no me parece una estrambótica demostración de corrupción e inutilidad es el reclamo de las medicinas.  Las medicinas para nosotros los deschavetados del coco son costosas, sale más barato matarse y pagar el sepelio completo que pagar un par de meses de estas medicinas, entonces por ese lado, bien por las hijas-de-las-tres-mil-p**** EPS (Entidad Prohibitoria de Salud, si me preguntan) que mes a mes nos ayudan a algunos con medicinas.

Pero vaya pues consiga una cita con un médico, cualquiera, general o especialista. No es posible contar con eso en el corto plazo, es decir, si sufres de alguna enfermedad repentina grave, date por muerto si no es lo suficientemente escandalosa y sangrienta como para que en las urgencias se apuren a atenderte. 

Hace unas semanas mi papá sufrió pérdida de la visión en uno de sus ojos y ¡ay, circo de pendejos el que lo atendió! Esta es la historia:

Un sábado cualquiera se despertó y no sólo no podía ver por el ojo izquierdo sino que sentía fuerte dolor de cabeza. Llamó a su sobrino, médico, quien le dijo que debía ir a una clínica especialista en neurología lo más pronto posible. A regañadientes, el macho alfa lomo plateado de la familia, fue. Allí lo examinaron y le recomendaron ir a un oftalmólogo, porque no consideraban que su problema era neurológico. Fin de la ayuda el sábado.

Lunes en la mañana. Va mi papá a la institución en donde deben atenderlo por orden de su EPS, luego de esperar un buen rato lo atiende un médico general, quien lo debe remitir al oftalmólogo, pero no hay cita con dicho especialista hasta dentro de dos semanas, por lo que el médico muy amablemente, llama al especialista y le pide que atienda a mi papá lo más pronto posible. Consiguen una cita para esa misma tarde, a la 1. El oftalmólogo lo revisa, le hace un examen y le dice que debe ir a un neurólogo, pues no tiene ningún problema en los ojos. De todas formas le pide hacerse un examen para descartar alguna otra cosa. La cita para ese examen se la dan para dentro de un mes. (Qué velocidad).

Bueno, ¿entonces dónde está el problema? A estas alturas, empezamos a desesperarnos porque no es como que estemos frente a un pinche resfriado, ni nada así de pendejo. Mi papá anda por el mundo como un tuerto, el oftalmólogo le recomendó no salir a la calle solo, no sabemos qué es lo que tiene y en la puta EPS no tienen afán alguno por ayudarlo.

Hablamos por teléfono mi hermana y yo, decidimos que, aunque una cita con mi neurólogo es bastante costosa, la vamos a pagar entre las dos, porque este asunto no se va a resolver con el sistema de salud de mierda que tiene este país.
Pido una cita urgente con dicho doctor, la próxima es en 2 semanas. Ah, nada que hacer más que esperar y prender velas o algo así para que no le pase nada a mi papá.

Por fin llega el día de la cita, jueves. Llevo a mi papá y afortunadamente el neurólogo me tiene afecto, porque al revisar a mi papá dice que es necesario hacerle varios exámenes urgentemente pues puede ser grave, y él personalmente se encarga de contactar al doctor putas-de-aguadas en el examen más urgente, y en horas de la tarde nos confirma que ha logrado que nos haga un espacio al día siguiente en hora de almuerzo. Ese mismo día lo llevo a hacerse unos exámenes de sangre, por supuesto los pagamos mi hermana y yo, no la EPS. Sin embargo, uno de los exámenes que pide el neurólogo es necesario hacerlo mediante esa entidad, porque el costo es exagerado. Muy diligente pido en la EPS que por favor nos ayuden a hacerlo lo más rápido posible, a lo que me responden que en dos días hábiles me darán respuesta.

Al día siguiente, esperamos un buen rato a que el doctor putas-de-aguadas en el examen nos atienda, afortunadamente al hacerlo, el resultado es positivo (no para el bolsillo mío, pero sí para mi papá), por ahora dependemos entonces del examen que pedí a la EPS.

El lunes siguiente recibo un correo de la EPS en el cual me indican que a principios de marzo me darán respuesta sobre el examen, que me contactarán para indicarme si lo harán y cuándo. Hágame el HP favor, ¡para eso falta más de un mes!
Super de buenas que somos, el neurólogo había prometido ayudarnos porque conoce las falencias del sistema y cuando me llama a preguntarme por mi papá, le cuento que falta todo ese tiempo para el examen y le receta unos medicamentos para ayudarlo mientras tanto.
Como era de esperarse, cuando un médico como él receta algo, es porque ese algo sirve, y mi papá se mejoró muchísimo desde que los tomó.

Estamos todavía esperando a la respuesta de la EPS, en lo que a ellos respecta, a ellos la salud de mi papá les importa un carajo.

Para no hacer más largo el post, no les voy a contar la odisea en la que estoy actualmente intentando conseguir una cita con mi psiquiatra, a pesar de pagar más de medio millón mensual en salud.

Son unos hijos de puta, mejor paro porque me voy a alterar y se me están acabando las medicinas, que ahora no me están dando porque se ya debo volver a cita con un psiquiatra para renovar la orden.

¿Me quieres apoyar?