28.2.23

Gambito de dama






Artículo publicado en Nota Random (Revista Digital), diciembre 5/2020.



Por: Ana Lucía Pérez Escobar


Gambito de dama es una miniserie en Netflix que inmediatamente trae a mi mente una palabra: IMPRESIONANTE.


Ambientada entre las décadas de 1950 y 1960, en 7 capítulos se cuenta la historia de una niña llamada Beth Harmon, quien desde pequeña es ingresada a un orfanato en donde, además de educación, recibe diariamente pastillas de tranquilizantes, los cuales forman la base para su posterior adicción a los fármacos, que será complementada con alcoholismo. 

Una niña callada, descomplicada e ignorante de las normas sociales y del funcionamiento del mundo, encuentra en el orfanato su pasión por el ajedrez gracias al conserje, el Señor Shaibel, quien le enseña las reglas del juego en las partidas que hacen a escondidas en el sótano, cada vez que ella logra escapar de sus deberes.

En el orfanato encuentra además una amiga en una niña mayor llamada Jolene, quien ha estado durante más tiempo ahí y entre otras cosas, le enseña a Beth a guardar en su boca las pastillas tranquilizantes y le recomienda tomarlas de noche. Beth descubre que, al tomarlas, en su mente el juego de ajedrez toma vida y puede recrear partidas enteras en el techo de su habitación.


Es una joya de Netflix realmente impactante, en la que se tratan diversos temas sociales que se entrelazan con el desarrollo de la vida de la protagonista: suicidio, abandono, drogadicción, alcoholismo, discriminación, depresión, entre otros. Además de todas las bondades y lo hermosa que es la producción, ver a Anya Taylor Joy y al resto de actores desarrollar sus los retos de sus personajes en diferentes tiempos de sus vidas, ha sido todo un placer.


Basada en el libro de Walter Tevis que lleva el mismo nombre, nos encontramos con una producción detallista que cuenta con actores atinados y reales, con una fotografía hermosa, vestuarios bien elaborados, escenarios bien diseñados y diálogos muy acertados. En esta miniserie viajamos a través de diferentes momentos de la vida de Beth, mientras ella se convierte en la mejor y la más joven jugadora de Ajedrez en el mundo, al mismo tiempo que batalla con sus demonios y su decadencia. 


No es en vano que esta producción al día de hoy tenga tantos logros: 

-En los primeros 28 días fue vista en 62 millones de hogares, estableciendo un record en Netflix.

-En 92 países se ubica en el Top 10 y en 63 es la miniserie número 1.

 -La novela ha entrado en la lista de los Bestsellers del New York Times, 37 años después de haber sido publicada.

-Las búsquedas en Google sobre “cómo jugar ajedrez” se han duplicado, alcanzando su pico en 9 años.



Tenet






Artículo publicado en Nota Random (Revista Digital), diciembre 17/2020.


Por: Ana Lucía Pérez Escobar

Christopher Nolan es un director que nos ha acostumbrado a películas de factura impecable, excelentes escenas de acción y tramas no muy fáciles de digerir, como es el caso de esas inolvidables El origen e Interestelar. Ahora nos trae para nuestro deleite, Tenet que, por decir poco, es una película rarita y cautivante, de esas que uno no puede despegar su atención de la pantalla porque si lo hace se pierde algún detalle que eventualmente explicará algo, como si de piezas de rompecabezas se tratara.

Los diálogos no son extraordinarios, no hay líneas memorables, aunque en algunas encontramos unos cuantos toques de comedia, no sólo por las frases sino por la interpretación de los actores que, por cierto, es algo que llama la atención. 

El protagonista (John David Washington) es un hombre negro, de tamaño estándar y complexión normal, no es el tipo de actor de cara espectacular y cuerpo muy trabajado que estamos acostumbrados a ver, y esto es particularmente rescatable porque está muy bien que se sigan haciendo películas en las cuales los roles principales sean interpretados por actores que puedan desafiar el status quo y  romper los paradigmas anticuados que por tantos años hemos visto en Hollywood. En los roles secundarios encontramos a un Robert Pattison actuando impecable, a pesar de su poker face, lo cual va desplazando de nuestras mentes la imagen del vampiro enmirellado y nos hace tomarle más gusto y respeto a su polifacetismo.

El tema central de Tenet es la inversión temporal para salvar el mundo, es decir, que el tiempo no corre para adelante como lo conocemos, sino para atrás. Sí, eso suena muy loco y por eso es esta una película muy entretenida, con escenas de acción muy buenas y ciertamente divertida porque ver objetos y personas moviéndose hacia atrás en el tiempo es genial.

Cuando la termine de ver, si no la entendió, no se preocupe. En la película hasta los mismos personajes dicen que no tienen idea de lo que está pasando y esa es la sensación que nos acompaña durante los 150 minutos que dura la cinta. Véala dos veces, tres o las que sea necesario si quiere, lo importante es que recuerde disfrutar de una banda sonora muy compatible con la trama, de unas imágenes espectaculares y de pronto así, podrá entender por qué invirtiendo el flujo del tiempo el mundo consiguió salvarse de la guerra que un loco con mucho dinero quería desatar.

Oktoberfest: cerveza y sangre






Artículo publicado en Nota Random (Revista Digital), diciembre 25/2020.


Por: Ana Lucía Pérez Escobar


En 6 capítulos que componen la Temporada 1, el director Hannu Salonen nos lleva a la Alemania de los años 1900, Múnich específicamente, para contarnos la transformación del famoso festival cervecero Oktoberfest desde un evento local y modesto hasta uno mucho más famoso y concurrido.


Suciedad, cerveza en cantidades, mucho polvo y lo equivalente en sangre son elementos que desfilan frente a nuestros ojos en cada uno de los capítulos. La serie se basa en hechos de la vida real y de forma cruda y sin tapujos devela las terribles mañas de las que se valen algunos hombres cuando en posición de poder, buscan aún más.


Curt Prank (Mišel Matičević) aparece como un hombre de negocios que tiene como intención deshacerse de los taberneros y pequeños cerveceros que ponían sus carpas tradicionalmente en el festival para instalar una sola que sea enorme, una en la que puedan estar hasta 6000 personas. En el proceso chantajea, asesina, extorsiona, destruye y manipula a todo el que se atraviesa en ese camino. Sin embargo, su hija Clara (Mercedes Müller), se enamora de Roman (Klaus Steinbacher), el hijo mayor de una de esas familias que pretende desterrar, y como es de esperarse, un drama tipo ‘Romeo y Julieta’ hace parte de la historia.


La fotografía es excelente, la escenografía y el vestuario también lo son. La miniserie tiene una factura muy buena. Su pecado son los diálogos: sosos, no dicen nada que valga la pena recordar, no deslumbran como sí lo hacen los detalles visuales. Los efectos y las actuaciones nos regalan por unas horas la sensación de estar caminando entre el mugrero, la oscuridad y la desgracia que acompaña a ese festival, que tiene como objetivo conseguir borrachos que no puedan irse caminando a su casa.


Es interesante que en la serie, aparte del drama romántico que viven los jóvenes de las dos familias que mayor enemistad desarrollan, se habla de carteles y sus abusos, de poder, de prostitución, violencia contra la mujer, homosexualidad, homofobia y de locura, esa que llega a una mente que no puede soportar una tragedia más.


Recomendada para entretenerse un rato cuando no hay nada más para hacer. 

Cielo de medianoche






Artículo publicado en Nota Random (Revista Digital), diciembre 30/2020.


Por: Ana Lucía Pérez Escobar

Aunque a veces se torna un poco lenta, esta nueva película dirigida y protagonizada por George Clooney es buena, no es excelente, pero sí buena.  

Basada en la novela ‘Good Morning, Midnight’, de Lily Brooks-Dalton, la historia gira en torno a un científico que dijo haber encontrado (en teoría) un planeta en el cual la humanidad podría vivir, después de haber destruido la Tierra, y a una tripulación que, a bordo de una gigante nave espacial, debía comprobar si el científico tenía o no razón. 

Como es de esperarse de una película de ciencia ficción, todo lo que puede salir mal, lo hace. Afortunadamente, los efectos especiales son monumentales, tanto que hacen que uno se enfoque en ellos, en vez de lo predecibles que son algunos acontecimientos. 

Junto al -cada vez más viejo pero igual de talentoso- Clooney, debuta Caoilinn Springall (Iris), una niña pequeña con una actuación hermosa, y además vemos a Felicity Jones (Sully) como la tripulante encargada de mantener comunicación con alguien en la Tierra. 

Todos los actores hacen un buen trabajo, la banda sonora es buena, la fotografía también y la producción en general es de alta calidad, pero la cinta no es muy diferente a las películas post-apocalípticas que suceden en el espacio, por eso es entretenida, pero no es una película que marcará un hito en la historia. 

¿Me quieres apoyar?