22.11.10

Sobre inundaciones - "Patada de Realidad"-

Realmente no entiendo muchas cosas en el mundo, comparto con mi amigo Juan Camilo la idea de la imposibilidad de la existencia de Dios mientras haya en el mundo tantas injusticias irremediables, representadas en claros abismos tangibles y visibles a cualquier persona, como pobreza absoluta al mismo tiempo que al otro lado del mundo existen grupos enteros de personas que podrían, literalmente, llenar piscinas olímpicas en dólares y sumergirse en su propia riqueza.

Tampoco entiendo la violencia y las agresiones, físicas, verbales o de cualquier tipo a otros humanos o animales, especialmente hacia aquellos que poco o nada pueden hacer por defenderse.

Menos entiendo algunas formas de pensar como la homofobia y la xenofobia, quien se cree tanto como para decidir que un humano es menor o peor por su forma de ser, inclinaciones o gustos sexuales, o por su lugar de proveniencia, y se atreve a tomar la mínima actitud o posición de juzgar, yo lo encuentro repugnante.

No entiendo tampoco la actitud de los humanos frente a catástrofes ambientales de ocurrencia periódica como las inundaciones.  Todo es cuestión de acción/reacción y de prepararse, pero esa mentalidad de buscar soluciones al final del tubo, ya cuando el problema está encima, es lo que tiene a este país por estos días nadando y rezando, como si esa fuera la solución.  A mí no me cabe en la cabeza que cuando pasa la temporada de lluvias, el Gobierno y el pueblo continúa como si nada, quienes deben rehacer su vida se enfrentan a la tarea y quienes no, siguen atendiendo sus propios asuntos como siempre, hasta que vuelve el segundo semestre del año, todo se inunda y los comentarios amarillistas apocalípticos regresan, algo así como Ilona, “este es el peor invierno que ha vivido el país”, y no podía ser mayor el desacierto.   No es que la intensidad de los inviernos y las lluvias cada vez sea mayor o menor, es que no existe prevención o preparación alguna contra esta serie de eventos.
Recordamos masacres pero nos queda grande recordar para darnos cuenta que las inundaciones son un asunto anual en este territorio.
Si en este país no se destina parte del presupuesto a crear planes de contingencia y a desarrollar medidas de prevención y mitigación, los nadadores pueden seguir encomendándose a Dios y a cuantos santos, mártires y sus símiles conozcan y nadie les va a evitar que las lluvias no se detengan, las crecientes se hagan más frecuentes, los ríos se desborden, los deslizamientos sean mayores y el caos colombiano en el segundo semestre se desate cada año.

Yo no  entiendo de guerras tampoco, de religión nunca he querido entender, ni tengo la intención de gastar mis ¾ de cerebro en ello.  La política me da diarrea mental a pesar de pertenecer a una familia en la que gracias a un exitoso político, desde pequeña aprendí a navegar en el mundo de las campañas electorales y todas esas cosas.
Ver noticias a veces me da asco por la falta de comprensión que tengo del comportamiento de los humanos, me cansa tanta cosa mala, tanta barbaridad, me patea el espíritu, me provoca salir corriendo y estallar.  Quien dijo que hay que estar informado, claramente trabaja en ese medio y de eso depende su alimentación y sustento, porque a mí, informarme de lo podrido que está cada día más el mundo, no me interesa.
En fin, muchas cosas no entiendo sobre el mundo y honestamente, algunas no me interesa entender pues están  arraigadas en lo más profundo del ser humano como tal, y no pretendo complicarme la vida pensando en asuntos que son de otros humanos y que yo simplemente debo dejar ser, pero algunas otras parecen ser simplemente la costumbre y la facilidad de los pueblos de victimizarse, y eso, más que una actitud mediocre y derrotista, me parece estupidez y falta de “cojones”  de líderes que se subleven y exijan a quienes les prometieron ayudar a mejorar sus condiciones de vida que lo hagan, así no sea llevando a cabo lo estipulado en sus planes.

16.11.10

No es necesario un título

Vos la recordás como una noche de noviembre que primero fue cálida y luego fría, yo la recuerdo como una de las peores noches de mi vida, por no decir la peor.
Vos recordás el calor de las balas y el frío de la muerte arropándote, yo recuerdo cada minuto como si no hubieran pasado todos estos años.

Recuerdo la llamada de la noticia, la lluvia que me golpeaba en la calle, el transporte que no conseguía, el llanto, el miedo o mejor dicho el pánico disfrazado de susto, el abrazo más fuerte con Nani que con cualquiera, su bata de Picasso, la gente corriendo, los gritos, los insultos, las miradas rabiosas cargadas de frustración.
Recuerdo que lo único que quería era verte, abrazarte, darte la mano y con mis poquitos años y mi ignorancia de la situación decirte que ahí estaba como siempre y que de esa saldríamos, mientras del otro lado de los fríos muros de la clínica la muerte te robaba la vida.

No sabía nada, sólo veía gente afuera, familia, amigos, conocidos, toda esa cantidad de personas que sólo alguien como vos puede reunir rápidamente sin quererlo en una noche del invernal y lluvioso noviembre.  Todos lloraban, se abrazaban, algunos rezaban, otros planeaban venganzas, otros se daban consuelo y yo, una niña que nunca fue normal, no tenía idea qué hacer.
Esperar y esperar, no había nada más que hacer mientras los médicos intentaban arreglar el lastimado cuerpo del maestro que luchaba por su vida.  Fue una noche muy larga, los minutos parecían estirarse como chicles infinitamente elásticos, una noche cargada de emociones y sentimientos muy fuertes, no todos muy buenos.  Fue una noche que cambió para siempre la vida de todos nosotros, el principio de muchas noches de insomnio, días de dolor, llantos, desesperos, intentos de salir adelante, ensayos, errores y esperanza.

Yo nunca olvidaré el 16 de noviembre, pero no sólo ese día sino todos los días que siguieron después, porque para mí significaron mucho por permitirme unirme de otra forma a mi maestro, porque me llenaron de una fuerza increíble y hoy, tantos años después, lo único que pretendo con esto es darte las gracias por haberte soltado de los brazos de esa fría muerte y haber regresado junto a esta niña anormal y loca que se apegó a vos más que nunca como garrapata y junto a vos aprendió a ser fuerte y grande.
Te amo, como siempre y como nunca.

Ana.lú.

PD: Yo sé que me prohibiste escribirte, pero eso es imposible, eso es como decirle a Antonia que se quede quieta

9.11.10

Cierro los ojos, estás frente a mí...

Abrazarte es como abrazar las estrellas, se siente la energía transmitirse a través de cada uno de nuestros puntos de unión y sonrío, se que sonreís porque lo que se siente es tan grande que te vuela la mente.
No hay nadie alrededor, sólo vos y yo unidos en la representación física del descanso de mi alma al fundirse en la tuya durante unos instantes que hacen que valga la pena la espera.
Te amo, con todas las fuerzas de mi corazón, la capacidad de mi mente y la energía de mi alma y agradezco poder construir a tu lado un imperio sincero, tranquilo y lleno de grandeza, de paz y de los sentimientos más bonitos que dos seres humanos pueden sentir.
Es hermoso pensar que realmente dos mortales, porque finalmente es lo que vos y yo somos, puedan tener un castillo como este.

¡Máximus!

8.11.10

Jugando en color rojo

Frente al espejo mis manos tocan un cuerpo.
No se siente como mi cuerpo mientras mis manos lo recorren.
Suavemente, las yemas de mis dedos van rozando la piel que ven en el espejo, desde el rostro, bajando sutilmente, pasando por el cuello y la espalda, recorriendo cada una de las células que la conforman.
El cuerpo del espejo se estremece poco a poco a medida que mis manos dibujan sobre él mis deseos y antojos, a veces tiembla, se arquea, se mueve despacio, a veces es imperceptible, a veces de su interior se escapan leves y suaves sonidos, finas señales de placer.
El tiempo no existe, Tacar está a mi lado alzando sus brazos, no tengo afán y puedo deleitarme jugando con el cuerpo del espejo, desesperándolo y excitándolo hasta hacerlo estallar cuando así lo desee, porque es mi juego.

5.11.10

Se me va(n)...

La paciencia, la educación, la calma, la tolerancia, el respeto, el aguante, las ganas, la tranquilidad, el tacto, la verdad...
Se me va todo, no queda más que un cuerpo sin espíritu que sobrevive entre un mundo que no quiere, no le gusta y no merece, un cuerpo que no es capaz de levantar la mirada al cielo para sonreír, para encontrar una luz o un motivo que lo empuje a salir de la latencia en la que desde hace tanto tiempo está.
Un cuerpo que solo siente algo bueno cuando frente a él se para su amor, pero no es ni capaz de cuidarlo como se debe, ni tratarlo correctamente.
Un cuerpo ente, sin sentido, un mu point.

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