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4.2.21

¿Te imaginás vos y yo?

¿Te imaginás vos y yo? Yo sí lo hago, mirá te lo dibujo en la mente:

Es de día, el Sol acabó de salir y se entró por la ventana, sin pedir permiso iluminó una habitación en la que dormimos abrazadas en una cama de sábanas negras -o blancas- que nos atrae tanto como la una a la otra, una cama que está calientita porque tu cuerpo y el mío descansaron plácidamente juntos, sin separarse mucho porque no hay nada más rico que arruncharnos.

Me despierto y seguís dormida. Me separo de tu cuerpo, no sin antes darte un beso en la mejilla. Te envuelvo en las sábanas y voy a la cocina.

Preparo un café para vos y otro para mí. Voy a la cama y te lo doy luego de despertarte a besos y abrazos, “buenos días hermosa, te traje un café delicioso” -aunque no será tan delicioso como vos-. Soy lo primero que ves cuando abrís los ojos y sos lo primero que veo, ¿puede haber algo mejor?

Todo muy normal, pero repleto de buena energía pasa en casa, lo de siempre, lo cotidiano…

El desayuno -para que Lu no se desmaye-, el baño, la organizada, la casa linda, iluminada, llena de flores y olor rico. Todo es normal, pero tiene el toque que un par de nenas que se adoran le dan a un ambiente, a un lugar.

Te vas a hacer lo tuyo, me voy a hacer lo mío, o tal vez nos vamos juntas y en algún lugar nos separamos para hacer cosas. La despedida es fácil, un besote y un abrazo fuerte, de esos que transmiten paz, de esos que uno da para entregar buena energía y así desearnos el mejor de los días. Me llevás en el corazón, en la mente, en la boca y sonreís. Yo vivo lo mismo, te pienso tanto como lo hago hoy que te escribo esto. Siento que te adoro, que me muero por vos y no veo la hora de volver a verte.

Pasan y pasan las horas, uno que otro mensaje de texto y llamada para saber cómo vamos, no más para dibujar en tu recuerdo mi voz y para hacerte sonreír otra vez. Además, porque juntas solucionamos todo, todo es más fácil, hasta el más aterrador de los problemas.

Llega la hora de volvernos a ver… ¡por fin!

Nos encontramos en algún bar para tomar un par de cervecitas o cafés -depende del ánimo- y hablamos un rato. Cuando te veo tiemblo, me paralizo, te memorizo y salto a abrazarte, luego te doy un beso y sonreímos. Esos ojos tuyos son la locura, me mantienen como hechizada y hay que ver cómo brillan para entender que las estrellas de la Tierra viven todas en tus ojos.

Hoy nos dieron ganas de parcharnos con algunos amigos en común y bueno, llegaron al bar y se nos unieron en las copas. Pero no siempre es así, a veces sólo vamos vos y yo, a veces ni nos vemos en el bar sino en casa directamente. A veces es mejor refugiarse en el castillo de princesas que andar por ahí callejeando.

Hacemos la cena -sí, cocinamos juntas-, hoy hicimos arroz con pollo y cositas, delicioso, pura cenita hecha con amor. Después de cenar a veces lo que hacemos es sentarnos en el balcón a ver el mar y el cielo jugar mientras nos tomamos un vinito y obvio, nos fumamos un chococripi.

¿Sabías que tenemos vista al mar? Es obvio, no podemos alejarnos mucho de lo que somos.

Viendo las olas nos tomamos de la mano, nos reímos, hablamos mil cosas -como siempre- y hacemos eso que nos hace perfectas para la otra -que no sé qué es, pero lo hacemos-, eso que desde el día 1 nos enamoró.

Sentada en el balcón te miro, flipo, sonrío y me acerco a darte un beso. “Te amo Jo”, te susurro pasito en el oído. Vos me mirás y sonreís.

La buena música decora el fondo sin opacar el sonido recargante de las olas cuando rompen contra la playa.

Nos vamos a la cama, ya te dieron ganas de arrunche debajo de las cobijas, y para mí dormir con vos es un sueño de siempre que ahora es real y me fascina hacerlo.

Acostadas, abrazadas, me das un besito delicioso, suavecito, delibesitos me das vos y a mí hasta la última tripa se me revuelca por dentro.

¿Querés que pare o que te diga lo que te haría en esa cama siendo mía?

¡Ah, qué bobada! Yo te lo voy a decir, pero resumido, finalmente esta es mi imaginación y la idea es dibujarte un día de nuestra vida. No te lo voy a detallar mucho, no sea que cuando lo vivamos ya sepás exactamente qué pasará.

Te quito la ropa, despacio, a medida que a besos te recorro y te acaricio suavemente con mis manos. Quieta, te quedás disfrutando y sintiendo, esperando sin afán el momento en que podés tomar el control porque por ahora no te dejo.

Absolutamente hermosa sos, me saltan todas las células y les obedezco el impulso a darte más y más besos, millones de caricias y me derrito escuchándote gemir. Ese sonido se me clavó en la mente desde el primer día que lo escuché y ahora más que nunca me roba la decencia.

Juego con vos y cuando ya estás loca de sensaciones brutales y placer te dejo jugar conmigo y me hacés todo lo que querés -obvio, yo jamás pondría resistencia-. Me fascinás y no veo que haya algo mejor que hacer el amor con quien llevás años enamorada.

Sin ropa nos abrazamos y -depende de la estación- así dormimos. Con sonrisas enormes, corazones saltantes y ojos brillantes nos despedimos en un último besito de la noche, aunque claro, cada vez que una de las dos se despierta le da un beso a la otra, no sea que se nos olvide que vivimos en un sueño.

Ahí está. Podemos variar lugares, actividades, lo que sea, menos que vos y yo nos encantamos, nos fascinamos y nos amamos… ¿Qué no te gustó?

28.8.20

Así te amaré

Te veo en una cama, perdiendo la ropa lentamente, besándome y no sé qué será de mí el día que por fin pase.

Recuerdo que tu lengua es suave y me pregunto cómo será perderme en tu aliento, tocar tus labios y que al terminar abra los ojos y vea tu cara, tocar tu pelo, sonreír, besarte de nuevo, ¿cómo voy a parar de besarte si me muero por ti?

Son las 3:18 am, enero 24... Estamos a menos de una semana del comienzo de mi nuevo año y lo único que quisiera hacer ese día sería que me cerraras los ojos y me besaras. Desde que te conocí, no puedo dejar de pensarte y de soñar contigo.

No sé si perderé la cabeza, porque dicen que uno la pierde cuando pierde la cordura, y yo de tanto pensar y darle cuerda a mi cabeza, ya la perdí.

Me vas a hacer sentir todo lo que nunca he sentido y no te niego que me da miedo. No sé qué hacer, cómo actuar, sólo sé que cuando pienso en mi mano recorriéndote, siento delicadeza y suavidad en mis dedos, y cosquillas en la piel por un suave roce.

Lo que tocarán mis dedos lo besará con cuidado mi boca, en algunas partes de tu cuerpo te rozaré con mis labios y te besaré despacio, es mi objetivo amar cada pedacito de tu piel y hacerte temblar, hacerte sonreír y escucharte pronunciar ese “te amo” más sincero.

Te siento con tranquilidad, pero respiras agitadamente, voy por tu cuerpo jugando y escucho la música que me hace volar, sonrío y corro a besar tus labios, son tan bien delineados que provoca dibujarlos con la punta de los dedos, pero tengo que dejar tu boca quieta por un momento pues tengo un cuerpo que disfrutar.

Ya no tienes casi ropa y estás boca abajo, te toco la espalda, beso tus piernas y subo desde tus pies hasta tu cuello, besando todo a mi paso, tan despacio que sientes desespero por no poderte voltear, pero tienes que aguantarte porque amo tu espalda, mil veces he querido besarla y al fin la tengo desnuda a mi merced.

Tienes unas manos brutales, me tocas y tiemblo, respiro tan rápido que siento que se estallará mi corazón. Ahora soy yo quien se queda quieta mientras te paseas por mi cuerpo, tocándome con esa boca que muero por tocar, es hermosa y se la prestas a mi piel para que nunca olvide el día que la despertaron y le mostraron cómo ama el ser más deseado de todos los existentes.

Mi piel se eriza cuando tocas puntos sensibles, una sonrisa se apodera de mi cara y se me escapa una palabra que nunca antes había sido tan cierta.  Haces conmigo lo que quieres y yo hago contigo todo lo que un día te pedí dejarme hacer.

Atrás se quedó la ropa inútil, la noche de recorridos por la ciudad y el pasado, pues todo lo que me compone ha olvidado cómo es la vida sin besarte y sin amarte.

Es mi mayor deseo tenerte, no sólo tu cuerpo, sino elevar tu mente a un estado de placer que jamás te permita olvidar esa noche y a quien te amó como lo hace alguien por primera vez en su vida.

Vas a gemir seguramente, vas a temblar cuando tu cuerpo se esté acercando a estallar y no puedo imaginarme como podré contenerme o parar... ¿puede haber algo más emocionante?

No puedo parar, se arquea tu cuerpo y siento un estallido en mi cuerpo y el tuyo, es muy difícil mantener los ojos abiertos pues es la sensación más increíble que puede un ser humano experimentar, es imposible dejarte, no puedo alejar mi cuerpo del tuyo, tus labios y los míos se entrelazaron y no tiene sentido separarlos porque se buscan tan desesperadamente que se encuentran.

He perdido el control de mis manos, juegan con tu boca, con tus huesos que acaban conmigo, con todo tu cuerpo, te mueven, te tocan, te sienten y graban la sensación de tu piel.  He perdido el control de mi cuerpo y parar no es una opción cuando te veo cerrar los ojos y entregarte a lo que sientes.

Memorizo tu cuerpo para nunca olvidarlo, me robo tu esencia y me pierdo en tu aliento, dibujo en ti mi deseo, te entrego todo lo que tengo y lo que no conocía de mí, sin reservas para el futuro.

En esa cama donde te vi lentamente dormir abrazándome, se quedó el mayor recuerdo del amor entre las dos, y en ese lugar y en nuestras mentes quedó grabada la escena que se desató cuando el cielo se entregó a fundirse con el mar.

2.8.20

Ayer te quité la ropa

Llamé a tu número, respondiste y en unos minutos estabas en mi casa.  Yo estaba sola.  Empezamos a hablar como siempre, de cualquier cosa, recordando tiempos en los que nada malo habíamos hecho, sólo era diversión, si tan sólo hubiéramos dejado la estupidez de enamorarnos a un lado, nunca hubiéramos tenido que separarnos.

Yo tenía una camisita y unos calzoncitos blancos que me gustan mucho y desde que había llegado a casa me había quitado todo lo demás. Hace mucho calor en estos días de Agosto y la ropa nunca ha sido lo que más me gusta usar.

"¿Cómo es que me recibes con tan poquita ropa?", de repente dijiste.

 Me reí.

"No es algo que no hayas visto antes y hace calor, pero si te molesta me pongo más ropa, no hay problema", dije.

Me reí de nuevo y sonreíste.

"¡No! ¡cómo se te ocurre!", fue lo que lograste decir mientras mis ojos se encontraron con los tuyos cuando dejé de caminar por toda mi habitación.

Era inevitable estar nerviosa, me temblaban las manos tanto como los pies, me movía de un lado a otro guardando cosas, pasando otras de un lado a otro.

Me senté en la cama y te miré, estabas en una silla viéndome mover como loquita.

"¿Nos fumamos un cigarrito?", te pregunté justo cuando me senté, realmente quedarme quieta era imposible.

"Claro, ¡vamos!".

Salimos al balcón, había poca gente en la playa, era un poco tarde y los domingos la gente parece tener conciencia de levantarse a trabajar al día siguiente.  Sobre el mar se reflejaba un poco la Luna que se estaba llenando y el viento movía las hojas de las palmeras.

"Me gusta este lugar, me gusta este sonido", dijiste guardando el humo en tus pulmones.

"A mí me gustas más tu", pensé.

Me reí.

Soltaste el humo, "¿de qué te ríes?".

"Me gusta lo que esta pasando en este momento", dije sonriendo y mirándote, creo que no tienes idea lo mucho que me gusta mirarte.

No dijimos nada durante unos minutos.  No fue silencio incómodo, fue el mismo silencio que siempre hemos guardado cuando nos sentamos a observar.

"En este balcón me acuesto a veces a tomar el Sol cuando hay mucha gente en la playa y me da pereza bajar".

"Perezosa, no cambias" te reíste y yo hice lo mismo.

Para qué negarlo, es real.

"¿Con ropa o sin ropa?", preguntaste.

Te miré con los ojos muy abiertos, no supe como más reaccionar.

"¿Con ropa o sin ropa qué?", pregunté.

"¡Tomas el Sol!", riéndote respondiste.

"¡Ah! sin, así aprovecho para quitarme un poquito las marcas porque nadie me puede ver aquí", dije.

No supe qué pensaste, sólo sonreíste y no hablaste más hasta que dijiste que entráramos porque hacía frío y querías poner música.

The kooks fue tu elección, me gusta esa banda, puse una canción que me gusta mucho, se llama Naive, luego dejamos que sonara aleatorio.

De repente escuché, “yo te quiero ver como si estuvieras en el balcón tomando el Sol".

Me reí muchísimo, no sé si del susto o del alivio que sentí porque te atreviste primero.

"Primero tienes que estar como yo porque estoy en desventaja", te dije.

Me miraste, guiñaste un ojo y te quitaste la camisa.

"Cierra los ojos", me dijiste.

 Lo hice y cuando me dijiste que los abriera, me encontré contigo frente a mí sin camisa y sin pantalón. Algo dentro de mí se derritió, te sentaste en la misma silla de antes y yo volví a sentarme en mi cama.

A partir de ese momento hicimos lo que tantas veces habíamos hecho y tantas otras quisimos hacer. Jugamos despacio, hablando y haciendo peticiones para ver nuestras partes, huesos “del patrimonio”, tatuajes, rayitas, heridas de guerra... Mientras íbamos haciendo eso teníamos que ir apartando lo que nos quedaba de ropa, hasta que fue necesario perderla.

No sé quien temblaba más, hacía mucho tiempo no jugábamos así, había pasado mucho tiempo desde la última vez que lo hicimos y era el momento ideal.

La sensación que te absorbe la mente cuando no se tiene nada que perder se apoderó de mí Me levanté y caminé hacia tí, me viste acercarme sin decir nada, me agaché y te dije algo muy bajito, te puse una mano en el cuello y te dí un beso, delicioso como siempre, como si nunca lo hubiera hecho antes, lento, no tenía afán alguno, ya no habían barreras y ese lugar perfecto había que disfrutarlo.  Algo tiene tu boca que con un pequeño roce me dispara el movimiento, me gusta lo que siento cuando te dejas llevar y hago lo mismo, no es otra cosa diferente a perfección.

Te quité la ropa sin tocarte, te quitaste la ropa para que yo pudiera disfrutar. Me quité la ropa para enloquecerte y nos perdimos en la cercanía y en el secreto. Te levantaste de la silla, rodeándome de besitos me llevaste a la cama y haciendo lo que nadie sabe fui feliz, tocándote de pies a cabeza, enredándome en tu pelo, perdiéndome en lo que tanto me gusta, sintiendo como tu piel recorría la mía y tu boca me hacía temblar.

Es delicioso, es algo que dura más que el tiempo que estuvimos jugando a la seducción y a hacernos estallar.  Desatar lo que siempre guardamos vale, dejarnos llevar también, todo se valió anoche, cuando te llamé para volverte a ver y terminé durmiendo, con mi mano en un abdomen que me borra la decencia, al lado de quien me libera el diablo y me quita la cordura.

Ahora mi cama huele a ti, mi piel te guardó en su memoria y como siempre, fue una noche para recordar-nos-.

28.5.20

Nuevo libro "Las imperfectas formas del amor"



ITA Editorial lanzó en el mes de febrero de este año una convocatoria para publicar escritos acerca del amor. Ganamos de nuevo con una historia romántica erótica muy bacana, "Esta es una historia de amores", por lo que ahora hay tres libros ¡TRES! con mis relatos en su interior. Felicitaciones a los demás autores que hacen parte de esta antología.

Me siento honrada y feliz. 
Además afortunada, gracias a Nat que me dio un twist espectacular esta vez, ella le pone sabor a todo en mi vida.

El libro lo encuentran físico conmigo y físico y digital en www.itabooks.com

15.8.17

5 cosas que no se deben comer antes del sexo - Las Delicias de Maiky


Artículo publicado originalmente en la página web de "Las delicias de Maiky".

#LasDeliciasDeMaiky


Como siempre, en este tema hay tanta información que a la larga uno no sabe qué creer, casi queda a la experiencia de cada uno darse cuenta si lo que viene a continuación le aplica o no, eso sí, luego no nos eche la culpa si le pasa algo penoso que le dañe un buen polvito.

  1. Queso, lácteos y helados. Por muy deliciosa que suene una noche de vinos y quesos, si usted de casualidad es, aunque sea, medio intolerante a la lactosa, sabe que lo que pasará después de comer estos tres es que le dan gases, y no se querrá arriesgar a que uno de ellos huela horrible y espante a su pareja. Sólo falta que esté uno haciéndole oral y a usted se le suelte un peo hediondo por haberse comido ese helado con brownie en la tarde, se vomita cualquiera.
  2. Fríjoles. Ni se le ocurra incluir los fríjoles en su comida previa al sexo, en ninguna de sus presentaciones. Dan gases malolientes y su organismo va a tener que destinar mucha energía para digerirlos, por lo que se sentirá cansado y con menos alientos para desempeñarse como se debe. Que los fríjoles no lo hagan quedar como una vaca muerta, y esto no es sólo para las mujeres, qué desinfle un man que esté echado todo el tiempo como un bobo (porque se le ocurrió almorzar bandeja paisa) y uno encima haciendo todo el trabajo, no, no, esas comidas déjelas para cuando no vaya a comerse a ninguna chimbita.
  3. Bebidas energéticas. Si está muy cansado, intente darse una ducha, pero no tome bebidas energéticas porque, aunque usted no lo crea y no parezca tener sentido, aparentemente reducen la libido. Puede que sí, puede que no, pero es mejor no ensayar, ¿o sí? Para las mujeres es muy fácil fingir, pero un man al que no se le para no se olvida –créanme-, uno se para y se va, y ni se le ocurra volver a llamar porque ya la cagó, después de eso no hay segundas oportunidades.
  4. Alcohol. Nada peor que tener sexo con un borracho o una borracha, no se vienen nunca, ni se enteran de lo que están haciendo porque el alcohol reduce la sensibilidad, además de las erecciones. En fin, el alcohol lleva a un desempeño pésimo, cuando se consume mucho. Un traguito o dos para desinhibirse está bien, pero que no se le vaya la mano. Eso debería entrar en algún grado del “sexo sin consentimiento”, uno borracho no tiene puta idea de nada y queda como el peor polvo.
  5. Carnes rojas. Macho alfa lomo plateado que come un gran pedazo de carne para impresionar a su fémina, no lo haga. Las carnes rojas requieren un gran gasto energético para ser digeridas y ya sabe, si su cuerpo está ocupado haciendo digestión, no estará disponible como se debe para responder sexualmente.
Dicen por ahí, “si es bueno para el corazón, es bueno para el pene”, así que ya saben, es mejor una comida ligera, nada de cosas que generen gases (uno pasa por alto uno que otro pedo, pero no si huele maluco y uno nunca sabe con qué olor saldrán estos desgraciados). A mí me sale una pareja bien pedorra y chao, me visto y no me vuelve a comer en su flatulenta vida, y uno puede hacer excepciones –si es mucho el amor- pero si uno no cuida estas cosas, con seguridad que se va acabando todo más temprano que tarde. ¿O es que usted quiere tener una conversación en la que le reclamen su exceso de gases a la hora del sexo? Qué pena.

La dieta es un factor fundamental para el sexo, aunque nos cueste creerlo. No sólo se trata de alimentos afrodisíacos, existen investigaciones relacionadas con ingredientes que nos ayudan o nos joden a la hora de sexiar.

La idea es mantener niveles altos de energía, buena circulación arterial y la mejor disposición, por eso pilas con lo que comemos antes del sexo, a veces es mejor irse por lo que uno sabe que le viene bien a su cuerpo y a su mente, y no ponerse a inventar con comidas que le puedan a uno hacer pasar un rato vergonzoso.

14.6.17

Hablemos de juguetes sexuales... entre nenas - Las delicias de Maiky


Artículo publicado originalmente en la página web de "Las delicias de Maiky".

#LasDeliciasDeMaiky

Lo que viene a continuación es explícito, si lo tuyo no es el sexo lésbico, no leas esto, no es para vos.

Estoy en una tienda de artículos sexuales con mi novia. Ahí parada frente a las vitrinas, rodeada de juguetes, siento como si estuviera en un parque de diversiones pensando en cuáles serán las mejores atracciones, qué ofrecen, cuáles son sus ventajas, sus desventajas. Ahí mirando, sin mayor actividad más que mi imaginación, me siento mojada.

Antes de ella nunca había usado muchos juguetes, con algunas mujeres no era permitido –esas no saben lo que se pierden-, con otras sólo usaba un par, el vibrador de doble estimulación y los huevitos vibradores. Digo que no saben lo que se pierden porque a pesar de que el sexo entre dos mujeres no necesita juguetes para ser delicioso, con ellos se abre un mundo de posibilidades de sensaciones, posiciones, juegos y orgasmos diferentes. Si usted es una de esas mujeres, así no tenga pareja, úselos, confíe en mí y verá que me lo agradecerá la vida entera.

Como soy la más de buenas, ahora tengo a mi lado la mujer más kinky y “dañada” que he conocido y aunque al principio no usábamos más que nuestros cuerpos para darnos placer, un día le mostré mis vibradores y esa cara de maldad que se le salió me demostró que lo que se venía era candela pura. Empezamos a usar junto a nuestras manos, bocas, lenguas, y demás, el vibrador doble y los huevitos, y ¡jum! Con una sonrisa enorme les aseguro que son muy ricos y se siente delicioso que, por ejemplo, mientras te hagan oral te metan un vibrador y si estás muy caliente, un huevito en el culo no cae nada mal.

Está bien, sé que hay muchas mujeres que no gustan del sexo anal, ustedes omitan el huevito pues, pero lo de la penetración con un vibrador o incluso un consolador (odio esa palabra) sencillo mientras te “volean” lengua y te chupan el clítoris, es todo lo rico que hay en el mundo.

“Te quiero meter un arnés”, dijo una noche después de comerme delicioso. Les confieso que me tembló hasta el culo, nunca había pensado en usar uno y como esa mujer tiene una fuerza impresionante, me imaginé que me iba a desbaratar, pero como para seguirnos la corriente estamos, “vale, vamos a comprarlo” le dije, y eso fue lo que nos llevó al comienzo de esta historia, a la tienda de artículos sexuales.

Pierdo la cabeza estando ahí, me la imagino con un arnés puesto, dándome “como a piñata en fiesta infantil”, mientras al mismo tiempo me pone un huevito en el clítoris, después de haberme aplicado una crema “multi orgasmo” caliente… Si uno no se viene muchas veces con toda esa artillería actuando al mismo tiempo, está llevada del putas.

Las ventajas del arnés es que le dejan a ella las manos libres para jugarte con otras cosas mientras te penetra, y a diferencia de lo que muchas personas creen, no es lo mismo a que te penetre un man.  Sí que te está entrando y saliendo algo de plástico (o silicona) similar a un pene, pero yo no cambiaría a mi nena con un arnés por un man metiéndomelo, a no ser que ella esté en la misma cama, debajo o junto a mí tocándonos y estemos haciendo un trío.

No lo cambiaría porque ella tiene tacto, sabor, estilo y una capacidad increíble de cogerme durísimo sin necesidad de parar porque se vino.

Entre los geles lubricantes y estimulantes calientes o fríos no podría escoger, me gustan y recomiendo los dos porque dan sensaciones diferentes. Con uno frío uno siente algo como entumecimiento que atrae, es más parecido a cuando alguien te hace oral con un “halls negro” en la boca (que si no se lo han hecho, vaya desquítese que ha perdido mucho tiempo en su vida), pero el caliente hace todo lo contrario, siente uno una cantidad enorme de energía concentrada en el área y es delicioso.

Creo que ya les hice entender que un gel multi-orgasmo es una de las maravillas que se han inventado en cuanto a estimulantes, especialmente los calientes, porque te hacen sentir que tienes fuego en el clítoris y es de esas cosas que te hacen casi rogar que te toquen o que te chupen, o al menos así le grité yo a ella y bueno, como si se le fuera la vida en ello lo hizo y yo quedé de muerte.

Otra cosa que me gusta –aunque no siempre lo hago- porque te cambia el estado de consciencia es un Popper abierto en la habitación. No es necesario inhalarlo directamente, con sólo abrirlo y dejarlo por ahí cerquita, el aire empieza a cambiar y a uno se le van subiendo las revoluciones. Más revoluciones, más se prende el sexo y eso suele hacerlo más rico. Si lo suyo no son las drogas pues no lo haga, pero si lo son o no le disgusta la idea, bien pueda y sígame la corriente, es más, métase un popperazo justo cuando esté alcanzando el clímax, eso lo estalla a uno en otro nivel, es delicioso.

También existen –y me encantan- las velas para hacer masajes con cera caliente, no queman tanto como la esperma de las velas comunes y unos masajes eróticos bien saborizados son muy ricos, eso sí, hay que saberlos hacer, para eso hay que prestar mucha atención a las respuestas que da el cuerpo de tu pareja. Mi novia hace unos masajes deliciosos y como preparación antes de hacerme oral o penetrarme, es muy rico porque mi cuerpo se va relajando y siempre quedo lista para que me haga lo que a sus demonios internos les provoque hacerme.

Las esposas, los látigos, las plumas, las vendas para ojos, todos son ricos, todos los recomiendo, juntos o separados. A nosotras nos encanta amarrarnos y taparnos los ojos, que no se entere la otra de lo que se le viene (sobre todo cuando se va a poner duro y algo violento), que se asombre y descubra las sensaciones en su piel y en su cuerpo cuando no puede ver, que se aguante las ganas de moverse para responder, que se dedique sólo a disfrutar y a recibir placer. De eso se trata siempre, “no hay mayor placer que dar placer”, apúntelo bien y nunca lo olviden, esa es la clave de un polvo inolvidable.

En esto de los juguetes, los consoladores, los geles y demás, es tarea de cada una explorar (sola o acompañada) para descubrir cuáles le van bien, cuáles no, en qué combinaciones y en qué momentos. Sin miedos, sin penas, sin tabúes, sin pendejadas, conózcanse para que se puedan hacer conocer, hablen, jueguen, descubran, ensayen y disfruten.

Finalmente, mi conclusión es que los juguetes no son necesarios, créanme que dos mujeres sin ellos son capaces de hacerse sentir de todo, simplemente son un aditivo delicioso creado para expandir aún más el abanico de sensaciones y placer que pueden darse.

28.4.17

Mitos, verdades y errores del sexo anal - Las delicias de Maiky


Artículo publicado originalmente en la página web de "Las delicias de Maiky". 
#LasDeliciasDeMaiky 

No hay nada peor que un man que de entrada te lo quiera meter en el trasero cuando están cogiendo. No, queridos, eso no se hace. Es el error más grave que se puede cometer a la hora de tener –o intentar tener- sexo anal.

Si en el sexo más “convencional” de penetración vaginal es importante el calentamiento, en este caso, más que necesario, es obligatorio.

La idea es disfrutar, de lado y lado, y aunque para los hombres puede ser muy placentero debido a la estrechez del conducto que penetran, para las mujeres puede ser una experiencia magnífica, que sí lleva al orgasmo, a diferencia de lo que suele creerse por ahí. 
A veces se nos va la mano en lo mojigatos y creemos que es sólo algo “cochino” y que nada rico va a resultar. Si vos sos de los que piensa eso, estás muy equivocado y necesitás experimentar carajo que pa’ eso se hizo el sexo, como tantas veces hemos dicho, hay que dejarnos sorprender en estos casos, o mejor dicho, es mejor pecar por atrevido y no por santo.

Este es un tema tabú, mal visto para muchos, asqueroso para otros, encantador y muy excitante para otros tantos. Como todo en este mundo, es controversial, pero hay maneras de hacerlo bien. Como dije, no se trata de querer meterlo de una apenas le quitaste la ropa a tu pareja, por favor, no seas bruto. Una vez un man lo intentó hacer conmigo sin preparación y para no irme de bruces terminé dándole un golpe tan duro a la pared que me abrí la mano, obviamente, él nunca más me volvió a comer. Y pilas, que esto aplica igualito para el sexo entre dos mujeres, no hay que andar por ahí metiendo dedos o consoladores a secas, ¡por favor!

La verdad es que para empezar es necesaria una buena estimulación, relajarse, explorar y ver las reacciones del cuerpo ante lo que se siente, besar, lamer, usar los dedos, incluso juguetes anales -tipo butt plug- antes de penetrar, con el fin de generar confianza y de tomárselo con calma, porque esto en definitiva no debe ser un tema de afanes. Es muy recomendado usar lubricantes porque allí no se lubrica naturalmente, en cuanta cantidad sea necesaria porque es un área delicada que debe ser tratada con cuidado. Y eso si, una vez que esté adentro, arranque despacio, no es una carrera contra el tiempo, disfrútelo y vaya aumentando la velocidad, le aseguro que si lo hacen bien es delicioso para los dos.

Las posiciones pueden ser muchas, es cuestión de sentir, ensayar y comunicarse. No es cierto que la mejor sea el perrito, aunque si es la que más propicia el orgasmo femenino. Por favor no sean aburridos, en el sexo la creatividad siempre es un plus que lleva a mayor disfrute. Eso si, estando adentro hay que agarrar bien las nalgas para que no se salga apenas estén dándole “como a cajón que no cierra”, porque queda como si se le fuera el aire y además se puede poner feo, no me ha pasado pero sí conozco historias que dicen que es como si se abriera una canilla en el culo y guácala, nadie quiere ver eso ni mucho menos vivirlo, eso debe dejar un rayón en el coco miedoso.

Contrario a lo que algunos creen, no es cierto que debido al sexo anal los músculos se estiran de manera irreversible. No se te va a dañar nada por allá abajo por hacerlo, el esfínter anal es el encargado de contraer y liberar dichos músculos, entonces no hay por qué creer pendejadas que no tienen fundamento. Eso suena a puro mito urbano que alguien se inventó para tener una excusa y no dejárselo meter en el “chiquito”, tipo “si trago semen quedo en embarazo” jaja, hágame el favor.

Y si, como todo músculo es posible entrenarlo y con la práctica se va volviendo más sencillo, más entretenido e incluso más placentero. No quiere decir que porque la primer vez fue doloroso tenga que seguirlo siendo, pues eso depende mucho de la actitud, de las ganas, de con quien se hace y obviamente del momento en el que se hace. Al día siguiente de mi primer experiencia no podía ni sentarme bien, me dolían hasta las piernas, fue muy extraño, pero con el tiempo y la buena práctica se mejoró todo y ya lo disfruto. Ahora que tengo más sexo con mujeres que con manes, lo disfruto increíble, no se imaginan, y por eso lo recomiendo a ojo cerrado.

La cruda verdad es que el sexo anal no tiene por qué doler si se hace bien, es más, los médicos recomiendan detener la práctica si hay dolor, porque puede ser debido a una lesión interna, o simplemente porque no se está lo suficientemente relajado, y si eso le está pasando, deje de inventar y vuelva a intentarlo cuando esté en la disposición de hacerlo bien, ¡sin mediocridades pues!.

¿Puede ponerse feo? Un poco si, pero para eso es importante la higiene, bañarse y lavarse bien, y no comer cosas pesadas antes de hacerlo. Además, si después de la penetración anal se pasa a la vaginal, es obligatorio cambiar de condón y limpiarse muy bien, porque ahí si es muy fácil ganarse una infección y qué rabia.

Eso si, si estás en una calentura bien deliciosa no vas a parar a bañarte, tipo “ay no, espérate me baño y ahora vuelvo”… pffff ya mató el momento, más bien vístase y váyase que la cagó. En ese caso lo que hay que hacer es dejarse llevar porque justo con esa calentura lo vas a disfrutar más, y si se pone feo, pues demalas, la pulcritud y el recato nunca deberían caber en el sexo. El sexo hay que disfrutarlo y punto, no estar pensando si se va a ver bien, si puede pasar un desastre, no no, dejemos esas bobadas atrás.

Esto del sexo anal es muy entretenido, pero para algunas personas, primero hay que cogerle el sabor. Como dice una amiga “es como un premio que se le da a un man (o a una nena) muy buen polvo, no a cualquiera”, y como tal, hay que sollárselo al máximo, en un momento de mucha excitación para que sea una experiencia memorable y no un desastre que uno no sabe si llorar de pena o reírse de dolor.

Ojalá se antojen y lo prueben bien, en serio, el sexo anal es todo lo rico.

16.4.17

Bombón, esto es para vos

Si te veías tan provocativa en una hamaca a media noche y a oscuras, no me imagino cómo te verás de bien con el pelo revolcado, enredada entre sábanas mientras te recorro de pies a cabeza...

¿Cómo llegamos ahí? No sé si es tu boca, tus ojos, tu mirada, tu cuerpo o la forma como me hablas, pero era inevitable que en algún momento te saltara encima para besarte, y vaya sorpresa me llevé, ¡qué delicia!

En tu boca me podría quedar horas, sintiendo tus labios, tu lengua, mordiéndote suavecito, jugando... Lo recuerdo y se me revuelca algo adentro y por eso estamos aquí (aparte de que me pediste que hiciera algo similar a esto)

Te beso y algo se despierta en mí, las ganas se van abriendo paso a medida que nos besamos y te voy quitando la ropa, esta vez juego yo y te tocará quedarte quieta, a ver cómo lo soportas porque no te voy a dejar el control. Se va yendo la ropa y te tiro en la cama, esas sábanas grises me encantan y te resaltan la piel, me gusta muchísimo ese color tuyo, me provoca tocarte toda y eso es lo que haré.

Te recorro la cara, las orejas, el cuello con mi boca, mientras enredo mis dedos en tu pelo y te sigo besando, bajando poco a poco y así, despacio ya tengo mis labios en tus senos, los lamo, los respiro, los toco de lado a lado con la lengua y a mordiscos y de repente se te sale un gemido. Me mojan los gemidos, es demasiado excitante tenerte así debajo de mí.

Sigo bajando por tu abdomen, costados, piernas... arriba y abajo, pasando por el lado de tus calzones sin detenerme en ellos, te volteo y recorro tu espalda que me fascina y de repente bajo, te muerdo la nalga, le doy besitos, la acaricio, la aprieto y así boca abajo te quito lo único que te quedaba de ropa, ¡por fin!

Empiezo a pasar la lengua, despacio y a sentir lo que tu cuerpo dice, te busco con mis dedos y sin prisa los muevo de lado a lado, te volteo y con tus piernas alrededor de mi cabeza voy pasando la lengua por uno de mis lugares favoritos, mordiendo despacito, chupando, aumentando el ritmo a medida que tus movimientos y tus gemidos me dicen que lo haga. Mis dedos se unen al juego y entre ellos, mis labios y mi lengua te hacen venir en mi boca, ¡qué arqueada tan bonita y qué sensación tan deliciosa!

Me gusta muchísimo recostarme sobre vos y es lo que hago para descansar un ratico, un abrazo grande para recargar las energías antes de seguir haciéndote sentir delicioso siempre es bueno, ¿no?

 En esas sábanas revueltas te revolqué y te recorrí de un lado a otro, disfruté cada pedacito de tu piel y no veo la hora de volver a tenerte frente a mí porque ya sabes lo que te voy a hacer...

18.2.17

¿Es mejor el sexo con un man o con una vieja? - Las delicias de Maiky


 Artículo publicado originalmente en la página web de "Las delicias de Maiky". 

#LasDeliciasDeMaiky 

 

Esta pregunta me la hacen muy a menudo y la verdad es que siempre sonrío porque me obliga a recordar las mejores experiencias para poder definir y responder. No es una respuesta fija, no es una decisión tomada, de ser así me encasillaría en un solo género y dejaría la bisexualidad en el pasado. Honestamente y sin tapujos confieso que ambos me encantan, pero por épocas o gustos, me inclino más hacia unos o hacia otros. –Incluso si, a veces prefiero juntar ambos sexos… -.

Últimamente la respuesta simple y rápida es: con una vieja.

Me fascina pensar en revolcarme con una nena. El tacto, la delicadeza y la suavidad que te encuentras en cada centímetro de su piel, en sus movimientos, en las miradas, es una obra de arte, hasta su forma de gemir es deliciosa y nada que decir de la expresión de un orgasmo de una nena, es sublime. Nada como un pelo largo desordenado sobre una cama, unas piernas entre sábanas y perderse jugando hasta que no se pueda más… Las mujeres sabemos cómo tocar a otras mujeres, tenemos cuerpos similares y sabemos dónde hay que presionar, dónde es riquísimo morder, dónde hay que ser un poquito más suave y lo mejor, sentimos en qué momento acelerar movimientos o por el contrario, bajarle al tiempo y provocar sensaciones más fuertes.

Esa respuesta simple y rápida que doy a veces realmente no cubre la totalidad de lo que me gusta, porque la verdad es que cuando pienso en un buen polvo con un man, vuelvo y sonrío. Algunos saben bien como sacudirte, como moverse, y la verdad es que es muy rico que un man te coja y te zarandee mientras te da como a “

El sexo con los manes es muy rico, pero puede llegar a ser más primitivo. No quiero ser malinterpretada, pero a veces los hombres actúan como si su objetivo fuese meterlo y venirse, en vez de dedicarse a jugar, a recorrer, a dar placer. Chicos, la penetración es muy rica, pero los preliminares son también lo más saborizado que existe y si los hacen bien, se van a llevar lo mejor de una nena.

¡Y no es que las mujeres siempre sean buenos polvos! Hay algunas que (incluso en los momentos más ociosos) no provocan más que volverse a vestir porque no hay ni una pizquita de energía ni de ganas que te hagan continuar. Es la cruda verdad, también existen viejas que no tienen talento para el sexo.

Finalmente, como dice una gran amiga, “no se comparan”, es que son tan distintos que puede ser tan delicioso con cualquiera de los dos como uno quiere que lo sea, cada uno tiene lo suyo y es cuestión de explorar, disfrutar y mantener en mente el placer de todos dos –o de los que hayan-.

Lo que si es cierto es que la respuesta a esa pregunta depende de cada uno, y lo último que podría decirles es que los invito a descubrirla.

12.2.17

Random thoughts

I wonder if he already knows how to play with your clit or if you taught him.

30.11.16

Grrrrrrr y todo lo rico

¡Esas ganas que le tengo no se van a ir nunca o qué!

Me la imagino y me emociono, ahí tendida en una cama, con su abdomen marcadito, llena de tatuajes, los ojos brillantes, sonriendo nerviosa...
¡Ay, ay, ay! golosa con ella como siempre -la lejanía lo alborota, lo acepto-.

Y no crean que no lo combato, todas las razones por las que no debería querer comérmela toda salen por todos lados y están más claras que el agua, pero hasta que yo no lo saque del sistema, sé que no se irá de mi, menos siendo ella como es.

Está idealizada, lo sé.

Seguro y es mal polvo.

¡Ja! de todo menos eso, es una cosita loca, una cosita deliciosa, lo recuerdo, no hay sino que despertarla y hace estragos, ella es un tsunami per se.

Si ella supiera... Pues seguro lo sabe ya y si no, lo sabrá, o lee esto o se enterará si vivimos lo que planeamos. Si "me hace ilusión" dice ella, ni se imagina lo que me hace a mí.
Oh por dios, he perdido la cabeza.
No, no debo hacer nada. No a ella.

¡Algún día le quitaré los calzones, joder! o se me quita la gana y no pasa nada. Normal.

jajajaja qué deschavete más charro este

2.12.15

Juguemos a que...

Le tapo los ojos, le quito la ropa despacio, la acaricio con la yema de los dedos.  Que tiemble, que sienta escalofrío. La beso, le dibujo la piel con los labios y a veces con la lengua. Que se excite, que se desespere.
Es mío el turno y me lo voy a tomar con calma.
La saboreo, es deliciosa.
Me gusta jugar con ella, me gusta escucharla gemir, es una locura. Ella lo hace y yo me mojo. Yo me mojo y más la beso, la toco, me quemo y me pierdo en ella. Es un círculo vicioso.
Se arquea, me enloquece, gime más y ya mi cerebro se ha desconectado de todo lo que hay alrededor y sólo está ella. 
Sólo está ella disfrutando, y yo feliz.
¿Cómo no ser la más feliz provocándola y haciéndola estallar?
Que se venga, que se venga en mi boca, de la forma que quiera.
Quiero saborearla enterita, que no me detenga sino el cansancio. 
Me la quiero aprender de memoria, descubrir sus puntos y lo que se necesita para que pierda la cabeza y se suelte.
Me lo imagino y sonrío... misión del juego cumplida.

4.11.15

Deli

Ella no me deja trabajar porque se instaló en mi cabeza y secuestró mi sonrisa.
No se va, está jugando a lo que quiere, saltando de un lado a otro, metiéndose en todo, hasta en mis calzones.
¡Qué feliz! Me encanta verla jugar y hacerlo con ella. No me puedo concentrar en nada, ni en dormir porque hasta en mis sueños decidió aparecer con su cara de maldad, su picardía y sus ganas.
¿De dónde salió? No sé, no me importa. ¿Por qué justo ella? Porque la vida es así.
La voy a disfrutar enterita hasta que quiera irse.
¡Bua! Ay cordura no te vayás.
¿Cómo resistirse? Yo sabía que era cosa de locos, pero no imaginé que fuera tanto, y todavía ni la conozco.
Sonrío, muevo con un dedo los hielos de mi whisky y la miro atónita mientras juega a acabar conmigo y lo va consiguiendo.
Se me acelera montones el corazón.
Puede que sea un error, puede que sea todo lo contrario, pero de este momento no me bajo. Lo disfruto completico, la disfruto completica, con o sin vestido.
¡Viva la vida que me puso al frente a este bombón! Llegó en el momento exacto, qué perfección, ¡qué ganas!
Chao que me voy a intentar trabajar, mientras ella aparece por los laditos, asomándose con su sonrisa y saludando a la que estaba dormida, invitándola a recorrerse, a perderse en sus mundos.
¡Deli!

16.8.15

Jummmm

Con esta lluvia, este delicioso vino blanco, música en el fondo y vos...
Me pierdo.

28.9.14

Te lo confieso

Nada me gustaría más que perderme en vos, en tu piel, en tu pelo, en tus ojos, en tu cuerpo, en tu boca. Si, en tu boca.

Navegarte como capitana, de la calma al delirio, y de vuelta otra vez. 

Provocar tu descontrol, erizarte, que se te olvide el mundo entero menos lo que nos está pasando, enloquecerte, que se caiga todo pero que detenernos no sea opción, saborearte, que en tu desespero no te quede más que dejarte ir y estallar.

Nada me gustaría más que perderme en vos, en tus movimientos, en tus expresiones, en tu energía, en tus ganas, en tu locura.

Cariño, vamos a jugar con el tiempo y  a perdernos en vos y yo.

3.1.14

Expresión de placer estallando nuestro mundo

Me sumerjo entre tus besos,
En tu cuerpo que vibra,
En tu voz que desordena mis neuronas,
Y me humedece hasta el alma

Navego por tu piel,
Disfrutando el recorrido, 
Tus puntos tiemblan expectantes,
A la cercanía de mis labios

Divagando en nuestros cuerpos,
Descubriendo nuevas formas,
Impulsando al infinito nuestro placer,
Dejándonos fluir sin control

Me deseas sin pudor,
Tus labios me consiguen,
Tus manos me van recorriendo
Y sin reparos me vas descubriendo

Vulnerables y débiles,
Despertando lo dormido,
Explotando desde adentro,
Sin afán hacia ningún destino

Se nos acaba el tiempo,
Despertamos de un sueño,
Nos refugiamos en nuestros unidos cuerpos,
Deseando el momento de volver a estremecernos

4.10.11

LA HISTORIA ENTRE LOS DOS

Por: Juan Sebastián de los Ríos y Ana Lucía Pérez Escobar

En un ataque desenfrenado por dejar que el sudor fuera la única barrera entre sus cuerpos, ese hombre, quien hacía 80 minutos era un completo desconocido para ella, besaba hasta lo más profundo de su cuerpo caliente, palpitante de deseo...

Ella era una secretaria de clase media... jamás pensó que sus "necesidades" carnales llegaran al punto de proponerle descaradamente a un desconocido que se tomaran un café... y algo más.

Bueno, démosle un crédito a ella... el hombre no era tan desconocido... de hecho ella llevaba varios meses soñando con el día en que por fin, por alguna casualidad, pudieran hablar, y por qué no? acostarse.

Todo comenzó con el tedio de un lunes, ella llegó muy puntual a su oficina y en el elevador estaba él... sus miradas se cruzaron, esta vez tratando de aprovechar el escaso momento de estar juntos… ella nerviosamente le preguntó el piso, él inquieto respondió: 16. El ascensor subía piso a piso, lentamente, como si fuera cómplice de una situación cargada de emoción... El elevador paró en el piso 10, era donde ella se bajaba... volteó, lo miró a los ojos y le dijo: hasta luego... salió con el remordimiento de la cobardía, pero no sabía que ese mismo día, el sentimiento cambiaría drásticamente.

La jornada laboral se le hizo eterna, no avanzaban los minutos ni disminuía el constante pensamiento en aquel desconocido que le encantaba. Sabía que trabajaba en el piso 16 y se lo imaginaba, en su oficina, con la puerta cerrada, sentado en su escritorio tal vez pretendiendo trabajar.

No podía concentrarse mucho en los papeles acumulados que debía entregarle a su jefe para ser firmados, sentía que en su entrepierna había un calor y unas palpitaciones poco comunes cada vez que su mente se desviaba a la desconocida oficina del piso 16.

Miraba inquieta el reloj sin saber para qué necesitaba que avanzara, no tenía mucha idea qué debía hacer para llamar la atención del hombre desconocido. No sabía absolutamente nada de él.

Logró entregar a su jefe los documentos antes de la hora del almuerzo y decidió salir a almorzar al café-restaurante ubicado en el local al lado del edificio, en vez de comer los alimentos que había llevado para la hora de la comida, se le ocurrió que salir un rato sería bueno para despejar su mente.

Una vez en el café, pidió el menú ejecutivo -su sueldo no le alcanzaba para un lujo mayor- y mientras almorzaba, vio sorprendida como el hombre desconocido del piso 16 entraba solo al lugar. Era su oportunidad, lo sintió y sin pensarlo dos veces, se levantó hacia la mesa donde él se encontraba. Al verla acercarse el hombre compartió con ella una sonrisa, y ella, absolutamente decidida a hablarle, lo invitó a tomar un café.

¿Te puedo invitar a un café? fue el único tembloroso sonido que pudo salir de su seca garganta. Él la miro con la cara de sorpresa que solemos poner las personas cuando alguien nos habla, pero con un tinte de malicia de aquellos que tenemos cuando está pasando algo que sabíamos que pasaría.

Él decidió romper el hielo, ¿cómo te llamas?

- Eso ahora no importa... dijo ella.

Él sonreía entre nervioso y seguro, ella moría por dentro, pero una falsa seguridad se había apoderado de su cuerpo, más aún después de haber sido capaz de, por primera vez en su vida, hablarle a un hombre desconocido.

Dicho esto comenzó un juego de miradas salvajes, era el día en que los planetas se alinean para calentar todo lo humanamente posible. Intercambiaron un par de frases sin sentido, la meta era demasiada clara y los dos estaban en el mismo equipo. Él sugirió pagar la cuenta, más como una invitación a irse de aquél lugar tan público que interfería con sus reales intenciones.

Caminaron por inercia, entraron al edificio fingiendo que no se conocían, sin embargo ya sus cuerpos había entrado en un trance que solo ellos entendían.

Por fortuna estaban solos cuando el ascensor llegó... entraron y en medio segundo estaban dándole todo un espectáculo al personal de seguridad. Ella, quien era decididamente la protagonista de esta película, no oprimió el botón 10, ni mucho menos el 16... pícaramente sus dedos se dirigieron al 18 y luego a su boca, y luego a la de ella, y luego la puerta se abrió...

Alguien entró.  Los dos sintieron como si un balde de agua fría les hubiera caído encima y miraron hacia el piso del ascensor que debía ser la locación para desatar su deseo carnal, pero una vez más, no había podido serlo.  La desilusión que sentían era tanta como las ganas.  Piso 10, se bajó ella, no sin antes mirarlo y en sus ojos él pudo ver la frustración.

Siguió él hacia su oficina, en donde intentó calmar sus deseos pensando en el trabajo, pero no lo lograba.  Ella tras su escritorio hacía lo mismo, miraba papeles, atendía el teléfono, pero su mente estaba en el piso 16.

Una de las llamadas que contestó fue diferente.  Él la había localizado y la estaba llamando a invitarla al piso 16.

“En 5 minutos estoy ahí”, dijo ella intentando sonar lo más seria posible, haciéndolo esperar para no parecer desesperada – aunque ambos sabían que era una sensación mutua - .

El reloj pareció detenerse en el transcurso de esos minutos, que al finalizar la dejaron a ella tocando la puerta de la oficina 1609, al abrirse la puerta sintió como todo se le bajó hasta los pies y una mirada brillante llena de atracción la invitó a entrar.

Sin mucho preámbulo, sus bocas se unieron apasionadamente, mientras él ponía seguro a la puerta.  Ahí de pie, continuaron besándose y comenzaron a tocarse desesperadamente, en un afán explícito de quitarse la ropa.

En medio de sudor, gemidos, sensaciones excitantes, calor y placer se derritieron sobre el escritorio del hombre del piso 16, al cual lograron llegar entre tumbos desenfrenados.  Un revolcón que fue todo lo que querían, sin saber que sería solamente el primero…

28.9.11

Recorte

“Como se está amaneciendo deberíamos ponernos la ropa, no sea que tu prima nos vea empelota”, dijo con la sinceridad característica.

“Que nos vea, no soy yo quien se queda con una imagen que no le gusta en su mente”, respondió en tono seguro.

Realmente poco o nada le importaba que alguien entrara en su habitación y viera una escena que en su mente quedaría inmortalizada como la mejor escena de su vida.

“Prefiero recibir el Sol con vos así como estás, vale la pena la emoción de mi primer mañana”, continuó.

“¿Cómo es eso, tu primer mañana?”, preguntó

“Acabo de nacer en un mundo nuevo, por eso lo dije”, respondió mirando hacia la ventana, sobre el mar se veía como el cielo se aclaraba con el paso de los minutos y las gaviotas comenzaban a cantar anunciando la mañana.

“No puedo creer que en vos exista ternura” le dijo sintiendo, entre otras cosas, asombro.

“Vas a ver muchas cosas de mi que habían escondidas, es tu culpa si no te gusta, vos fuiste quien me provocó”, le dijo y sin dejar que dijera nada y sin pensar en quien pudiera entrar, rápidamente le dio un beso, no un beso como los de siempre, fue un beso sintiendo algo muy parecido al amor.

2.12.10

Pudor

Nunca entendí esta noche,
Un sueño que desapareció de repente, 
Una sensación que me atacó y me hizo despertar algo, 
Un encuentro fantástico...

Dejó el pudor a un lado, 
Realmente no sé si en algún momento tuvo mucho,
Sólo sé que lo que tenía, 
Lo dejó a un lado del camino.

Sin miedo dejó caer su toalla,
Con la imagen de su cuerpo entero,
Mi cuerpo sintió un corrientazo, 
Y mi cerebro se paralizó por un momento.

Sonreí, 
Me mordí los labios,
Mis ojos brillaron,
No había mucho que decir.

Se acercó a mí, 
Hacía mucho tiempo no hablábamos,
Se abrazó a mi cuerpo,
Y lentamente comencé a perder la ropa.

La sensación de sus manos en mi piel,
De sus labios y los míos acercándose,
De su aliento mezclándose con el mío,
Y de su cuerpo desnudo junto a mí es perfecta. 

Sin nada más que temblor,
En una escena llena de expectativas,
Sentí como solté mis riendas,
Y las tomó quien muy bien sabía hacerlo.

Por un momento todo fue rápido,
Luego llegó la calma y el disfrute,
Nadie nos podía interrumpir,
Y sabiendo eso nos detuvimos.

Intercambiamos un par de palabras,
No hacían falta pero no sobraron,
Sonreímos saboreando la victoria,
Que representaba sobre el mundo ese momento.

Nos miramos con admiración,
Despacio, siendo su cuerpo mi mundo,
El mío, igualmente, el suyo,
Jugamos a tocarnos sin restricción.

Nunca entendí bien esta noche,
Cómo terminó o mucho menos comenzó,
Sólo sé que la dejo guardada,
Como la muestra clara de nuestra ausencia de pudor...

29.11.10

Mi mano se conectó para esto...

Cuando pienso en vos sin ropa se me revuelcan las tripas, se me mueven los pies inconteniblemente, se me sacude la cabeza, se me acelera el corazón y todo mi cuerpo por dentro empieza a temblar, mis manos pierden el control, mi respiración aumenta su ritmo y en mi mente se proyectan velozmente mil escenas de voz y tus movimientos, tus posiciones, tu pelo enredado, tu sonrisa, tus gemidos, tus miradas, tus manos recorriéndome, tu boca, las partes de tu cuerpo, y siento que me estallo mentalmente sin el más mínimo contacto...

Es algo instantáneo, como el café de 55 segundos, sentir que todo se me alborota cuando recuerdo tenerte sobre mí, debajo de mí, de espaldas, de lado, de figuras, de cualquier forma que te recuerde me despertás el instinto y me hacés saltar del letargo.

Tenerte tan cerca a mí en ese momento que sólo vos y yo compartimos y podemos compartir, porque definitivamente no hay nadie como vos y como yo, es algo sublime, es mostrarnos exactamente como somos sin arreglos, sin miedos y con la frescura que sólo el agua sabe tener.  Es espectacular abrazarte así, tocar despacio cada pedacito de tu piel, rozarte y dibujar con mis dedos lo que ya la naturaleza creó a la perfección.  Es algo que va más allá de lo carnal y del placer sexual, es fundir mi espíritu con el tuyo, disfrutarnos durante todo el tiempo que se nos antoje y abrazarnos para la eternidad.  Es sentir que el amor existe porque sin afanes y con toda la atención nos vamos descubriendo cada día y vamos sintiendo profundamente tenernos como nadie nos puede tener y con la mayor sinceridad posible, porque aquí no hay espacio para los engaños, para los alardes, para pretensiones.  Es un momento en el que sólo estamos vos y yo tal cual somos y aparte de la belleza absoluta que percibimos, se siente algo mágico, por eso cada vez que te recuerdo sin ropa me desbarato, deseando volver a vivirte así...

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