Entre la tristeza que deja estar lejos, sale a la superficie un sentimiento de libertad a causa de comenzar a sentir independencia día tras día.
No es fácil decidir volver a empezar en un lugar desconocido en el que no se es nadie más que un ciudadano de un país lejano, no es fácil dejar atrás un lugar en el que hacés parte de grupos sociales, tenés la seguridad que si algo extraño sucede no vas a estar sólo porque de una u otra forma siempre hay alguien alrededor, esperando o no, dispuesto a ayudar con una mínima seña de auxilio.
Es fácil sentir que se ha perdido la cabeza cuando alrededor no hay más que desconocidos, cuando cada paso que se da es uno nuevo que te llevará hacia algo que nunca antes habías vivido, todo es nuevo, todo es diferente, todo es excitante y al mismo tiempo asustador.
Es fácil apreciar así las cosas sencillas de la vida, volver un poco al pasado, descubrir su propio valor, dejar las costumbres y salirse de la rutina que cansa para meterse en una nueva que eventualmente también cansará porque atrás se dejaron tantas comodidades que hacían la vida más simple, tan simple como ir a mercar sin tener que preocuparse que la cantidad de objetos comprados pesarán y no podrás llevarlos caminando hasta tu apartamento.
Es lindo, es aburridor, es solo, es raro, es feo, es genial, es poder respirar aires nuevos, conocer gente que no sabe de vos nada diferente a lo que les digás o vayás mostrando, es poder quedarse sentado en un sillón sin nadie que te pregunte si te pasa algo malo o por qué tenés tantas ganas de llorar o por qué estás haciendo mala cara, sin nadie que te pregunte por qué hiciste o dejaste de hacer algo porque realmente a nadie le importa lo que hagás o no con tus días y lo mejor es que poco o nada te importa lo que pasa con quienes te rodean.
Nadie te juzga, a nadie tenés que responderle más que a vos mismo, nadie te va a cuidar más que vos mismo cuando cruzás una calle, cuando estudiás o no, cuando comés o no, a nadie le importa si hoy te levantaste con ganas de pegarle al mundo o si por el contrario querés abrazar a alguien, porque tampoco hay alguien para abrazar que entienda que lo hacés por algo tan simple como el contacto, porque sos más de contacto de lo que creías ser.
Así como el contacto aprendés muchas cosas de vos, aprendés muchas cosas de la vida y la odiás mientras la amás por un vaivén de inconvenientes que hacen que tus días tengan características que sin darte cuenta necesitás para hacer lo que estás haciendo, es en el medio de la soledad donde se desnuda tu ser y volvés a nacer para formarte en torno a tu beneficio, dejando atrás la forma que te dió tu pasado entorno...
0 Comentarios:
Publicar un comentario
¿Tienes comentarios o dudas?