16.4.17

Bombón, esto es para vos

Si te veías tan provocativa en una hamaca a media noche y a oscuras, no me imagino cómo te verás de bien con el pelo revolcado, enredada entre sábanas mientras te recorro de pies a cabeza...

¿Cómo llegamos ahí? No sé si es tu boca, tus ojos, tu mirada, tu cuerpo o la forma como me hablas, pero era inevitable que en algún momento te saltara encima para besarte, y vaya sorpresa me llevé, ¡qué delicia!

En tu boca me podría quedar horas, sintiendo tus labios, tu lengua, mordiéndote suavecito, jugando... Lo recuerdo y se me revuelca algo adentro y por eso estamos aquí (aparte de que me pediste que hiciera algo similar a esto)

Te beso y algo se despierta en mí, las ganas se van abriendo paso a medida que nos besamos y te voy quitando la ropa, esta vez juego yo y te tocará quedarte quieta, a ver cómo lo soportas porque no te voy a dejar el control. Se va yendo la ropa y te tiro en la cama, esas sábanas grises me encantan y te resaltan la piel, me gusta muchísimo ese color tuyo, me provoca tocarte toda y eso es lo que haré.

Te recorro la cara, las orejas, el cuello con mi boca, mientras enredo mis dedos en tu pelo y te sigo besando, bajando poco a poco y así, despacio ya tengo mis labios en tus senos, los lamo, los respiro, los toco de lado a lado con la lengua y a mordiscos y de repente se te sale un gemido. Me mojan los gemidos, es demasiado excitante tenerte así debajo de mí.

Sigo bajando por tu abdomen, costados, piernas... arriba y abajo, pasando por el lado de tus calzones sin detenerme en ellos, te volteo y recorro tu espalda que me fascina y de repente bajo, te muerdo la nalga, le doy besitos, la acaricio, la aprieto y así boca abajo te quito lo único que te quedaba de ropa, ¡por fin!

Empiezo a pasar la lengua, despacio y a sentir lo que tu cuerpo dice, te busco con mis dedos y sin prisa los muevo de lado a lado, te volteo y con tus piernas alrededor de mi cabeza voy pasando la lengua por uno de mis lugares favoritos, mordiendo despacito, chupando, aumentando el ritmo a medida que tus movimientos y tus gemidos me dicen que lo haga. Mis dedos se unen al juego y entre ellos, mis labios y mi lengua te hacen venir en mi boca, ¡qué arqueada tan bonita y qué sensación tan deliciosa!

Me gusta muchísimo recostarme sobre vos y es lo que hago para descansar un ratico, un abrazo grande para recargar las energías antes de seguir haciéndote sentir delicioso siempre es bueno, ¿no?

 En esas sábanas revueltas te revolqué y te recorrí de un lado a otro, disfruté cada pedacito de tu piel y no veo la hora de volver a tenerte frente a mí porque ya sabes lo que te voy a hacer...

Besitos encoñadores

Besitos encoñadores, de esos que uno pide al Universo cuando piensa en su gusto por alguien, "que bese rico, que bese rico", por favor, eso lo superaste con creces.

Todo lo rico bombón, qué delicia de noche, hasta la parte de dormir un poco fue deliciosa. Me encantó dormir entre tus brazos -y eso no lo suelo hacer, no me gusta-.

Tengo esta cabezota entamborada y seriamente antojada, ¿por qué te tenías que ir?, deberías venir en mayo o en junio conmigo otra vez.

¡Quiero más! Te quiero conocer, porque de verdad no nos conocemos mucho, aunque digas que sabes cositas sobre mí, no es recíproco.
Toda, por dentro, por fuera, quiero saberlo todo. Qué te gusta, qué odias, qué te mueve, qué te hace levantar en las mañanas. Cuáles son tus sueños, tus filosofías, qué es lo importante y lo que te hace estallar de felicidad.

Sin afán, lo quiero todo... con vos.

7.4.17

¿Yo qué les dije?

Al final, ¡yo siempre me quedaré con la chica!

Para vivir como millonario hay que tener cojones - Las delicias de Maiky


Artículo publicado originalmente en la página web de "Las delicias de Maiky". 
#LasDeliciasDeMaiky 

¿Se han puesto a pensar cómo hace esa gente que se la pasa viajando, que tienen una vida como toda buena, pero que uno no los ve que se matan trabajando? De esos que le provoca a uno seria envidia, porque uno está atrapado en un cubículo o una oficina, con quince pinches días de vacaciones en el año.

Esa gente sí sabe para qué es la vida, parece como que se hubieran ganado la lotería, pero uno los ve y no es que estén nadando en billetes cual Warren Buffet, no, entonces es inevitable preguntarse ¿cómo carajos hacen ellos y uno no?

La verdad es que para vivir como millonario, definitivamente no hay que serlo, sólo hay que querer vivir como uno. Ojo, no estoy diciendo que por querer tener las cuentas taqueadas de millones eso vaya a pasar, ¡nuah! ojalá fuera tan fácil. No, no estoy hablando de dinero, estoy hablando de estilo de vida. A la hora de la verdad, eso es lo que diferencia a esos que aparentemente “hacen lo que les da la gana” de los mortales que viven embalados, sin tiempo, sin energía y soñando con vivir mejor. Si no cree, vaya cuélese a un club exclusivo de la ciudad y fíjese quienes están a las 10 de la mañana tomando cocteles y jugando golf, los que manejan su tiempo son los millonarios.

Hay que “echarse al agua” si uno quiere vivir un estilo de esos parchados, de los que te permite decidir qué hacer con cada hora de tu tiempo, dormir hasta que se te acabe el sueño si te da la gana, o despertarte a hacer deporte si es lo tuyo, o irte de viaje en cualquier momento porque así lo sentiste. Vestirte como te de la gana, mantenerte en pantaloneta y no volver a ver una corbata si no te gusta, trabajar en lo que te apasiona, comer lo que se te antoje y cuando se te antoje y por qué no, poder quedarte en tu casa viendo películas. Ir a visitar a tu familia, parchar con tus amigos o jugar con tus mascotas. Esa “buena vida” es el que hace que todo esto valga la pena y no creo que uno tenga que ser millonario para hacerlo.

¡Pum! Explotaron las cabezas de los incrédulos, esos que están moviendo la cabeza en negación, pensando “oigan a esta, yo no puedo hacer eso”, y ojalá se sientan así para que se replanteen y abran los ojos a los hechos, porque la verdad es que vivimos en un mundo tan abundante, tan lleno de posibilidades, que conformarse con una vida planita y básica, casándose con la idea de la esclavitud al dinero es la mediocridad más grande del siglo XXI.

¿Se acuerdan del artículo “Detrás de la Web Cam de Alice Baudelaire”? Esa nena se dio cuenta que haciendo algo en lo que es rebuena se podía dar una vida “suficientemente cómoda”, además de aprender que no es necesario regalarle el tiempo a nadie. Esa pelada vive como viven los millonarios, no nos digamos mentiras.

Para uno hacer lo que le de la gana en la vida no necesita sino tener los cojones para hacerlo, es la verdad. ¿Para qué gastarse los días en un trabajo de mierda? Esa excusa de que hay que pagar las cuentas está más mandada a recoger que las tiendas de alquiler de películas.  No seamos ciegos pues, hay muchísimas formas de generar dinero, y si uno se pone a ver para qué es exageradamente bueno y explota esas habilidades en pro de resolver el tema de platica, seguro lo logra. Honestamente, si algo permite la globalización y la tecnología es encontrar mercados para cualquier cosa para la que sirvamos. 

¡Y ya está! Cuando uno encuentra esa manera de librarse de pensar en dinero, de estar trabajando todo el tiempo, se puede dedicar a parchar, a vivir eso que nos hace dar envidia de los que se la pasan haciendo lo que les da la gana. Eso si, la cantidad de dinero que usted tiene que resolver es problema suyo, eso no es una medida estándar ni un número público, cada quién verá con cuánto vive lo que le gusta vivir.

La riqueza no se mide en términos de dinero, sino en términos de tiempo (palabras de mi admirado Robert Kiyosaki). Para una vida feliz, de riqueza, de esas envidiables, es necesario vivir conscientemente enfocado en lo que a uno lo mueve por dentro, en disfrutar y aportar. No es más. Yo decido no regalarle mi vida a nadie, y ustedes, ¿qué van a hacer?

¿Me quieres apoyar?