20.5.08

Qué pereza las mentiras

No tenés que cuadrar tu vida para complacerme, no tenés que mentir, no tenés que ocultar verdades.

Sea cual sea tu realidad la acepto y la respeto por encima de preferencias e ideales, sean cuales sean las cosas que te pasan a mi no me interesa tener versiones distorsionadas ni modificadas, no es eso quien sos, no es tu vida real y creeme que no quiero caminar al lado de una ilusión óptica, si quisiera arreglar tu mundo con mis deseos y mis sueños para vivir feliz y tranquila, la vida sería diferente.

Odio las mentiras, tanto como odio ser juzgada, las detesto de la misma forma como odio darme cuenta que la verdad es diferente a lo que me contaste.

¿Para qué engañás? ¿Qué necesidad tenés de hacerlo? ¿Te da miedo mi reacción ante lo que verdaderamente hacés? ¿No te has puesto a pensar que es peor lo que pasa cuando me doy cuenta de la verdad, cosa que casi siempre pasa porque hay muchos lados que hablan de vos? Qué desinfle, yo no te voy a juzgar, mucho menos a reprochar lo que hacés, pero la próxima vez que ocultés una verdad o digás una mentira, asegurate que no haya forma posible de que yo me de cuenta porque es desinflante abrir los ojos y ver que las cosas no son como dijiste.

¿Es esta una de esas cosas que no puedo cambiarte como alguien me enseñó a pensar y tengo que acostumbrarme a eso? Si es así no te dejés pillar más, ¡odio cuando pasa!

16.5.08

Demalas

Como cuando te cae una caca de pájaro en el hombro, llevando puesto un vestido especial que tenías planeado usar ese día desde hace tiempo.
Como cuando salís a tomar el bus que pasa cada 45 minutos y lo ves pasar frente a tus ojos sin poder hacer nada para que se detenga y se va dejándote ahí.
Como cuando pasás una tarde entera en la peluquería haciéndote un peinado super complicado y cuando salís a la calle está cayendo un aguacero que quiere causar un diluvio.

Ves como pasan los minutos gastando los días y vos no podés hacer nada para detener un tren que va a una velocidad absurda, y te va dejando atrás a medida que tu mente se va resistiendo a la idea del cambio.  Sentís que no es tu día, sentís que no es tu noche, sentís incluso que los dioses se están riendo de vos sentados en el Olimpo mientras ven lo que considerás tu desgracia, sentís que te amarraron de pies y manos a una boya y que te dejaron a la merced del mar con su marea y del cielo con su clima.

Si no sos capaz de aceptar las cosas que no podés cambiar, ¿qué se supone que tenés que hacer?

Sentidos...

Tocarte, olerte, verte, saborearte, oírte, una y otra vez...
Mis 5 sentidos en vos.
Sentirte, sentirme y enamorarme, enamorarme y enamorarte.

No damos lugar al tiempo, él, como dijo un cantante es arena, arena en mis manos o en las tuyas, o en ambas.  Sólo damos lugar a los sentidos que percibieron esto, desde hace un montón de mañanas, tardes y noches en los que este, un país caótico nos vió jugar a ser grandes, recorriendo lugares y coleccionando sensaciones que nos grabaron en la memoria, la realidad de un amor que tuvo sentido sólo entre dos mundos que nunca revelaron lo que palpitaba oculto entre los sentidos ajenos de los humanos.

11.5.08

El Carbiélago y el Mar

El Carbiélago viaja en un mar que tiene más colores que la paleta de un pintor que decidió plasmar en el cielo la imagen de la perfección.

El mar es tranquilo y agitado, es calmado cuando los tripulantes del barco lo enamoran y se pone furioso cuando siente que lo pueden contaminar.

El Carbiélago guardó el ancla, va avanzando sin prisa, sin camino definido y con el cielo a favor, sueña y vive con amor, amor al mar que lo sostiene y lo guía por unas aguas que desconoce, pero que lo atraen y lo incitan a recorrer la felicidad.

En cualquier momento el mar puede hacer que el Carbiélago alce sus alas y vuelva al cielo, a viajar entre las estrellas buscando destinos diferentes, pero por ahora este barco especial se gasta los días en pause, mientras llega a un puerto y vuelve a despertar cuando el mar lo toca y se lo lleva en sus brazos a donde nadie ha ido.

El Carbiélago y el mar tienen una relación simbiótica llena de alegría, aunque a veces quien comanda el barco se equivoca y se enfrentan a una furia que más que darles miedo les duele, porque cuando el barco parte a la mar todos se ponen contentos, pero cuando el mar no quiere que viajen, los deja en puerto tan aburridos que pierden hasta el sueño.

A veces en las noches se observa al capitán y a la tripulación del Carbiélago gritando con todas sus fuerzas al mar para que los abrace y se los lleve lejos, pero ese mar parece hacerse el loco o no alcanza a escucharlos, y el Carbiélago queda abandonado en su mundo de sueños y viajes sin destino final, lo más divertido es que ninguno tiene ganas de irse a viajar fuera del mar, es uno de los lugares más increíbles para estar y hasta que el mar no de la orden, el Carbiélago no zarpará en busca de otro destino.

Un pedacito de una historia

Un día se topó con alguien como no había visto a nadie en su vida.
Un día pasó seguido por otros días y con cada uno de ellos, ese alguien que había conocido se fue volviendo más importante y hechizaba con todas sus cosas increíbles, diferentes, divertidas.
Poco a poco los sentimientos fueron apareciendo pasando por admiración, cariño, gusto y amor, creciendo y dejando huella, clavándose con garritas en cada parte de lo tangible y lo intangible que tenía.
Día a día ese alguien se iba volviendo más necesario en una vida que proporcionalmente se iba entregando a un sentimiento y a un deseo, que es inevitable cuando 2 personas son tan compatibles y se crean tantas oportunidades para que se muestren como son.
Un día despertó acompañada de ese alguien, habían pasado por muchas cosas y luego de ir muy despacio durante un tiempo pudieron soltar el miedo, los problemas que el mundo ponía en sus caminos, la gente que había alrededor y se entregaron, fueron tan lejos que no quedó un sólo rincón sin visitar, la profundidad de lo que habían hecho dejó una marca que le transformó la forma de ver muchas cosas en su vida y le abrió los ojos, le clavó en su mente mil imágenes y le dejó en todo el cuerpo marquitas diseñadas para hacerle pedir más.
Se había enamorado de quien llegó sin avisar, de quien entró a su vida como un tornado, de ese alguien que le enseñó un millón de cosas nuevas, de ese alguien que le recordó lo que es sonreír con el corazón alegre, de ese alguien que le devolvió la libertad de sentir.
Se había enamorado otra vez y se le había olvidado lo bien que se siente cuando se está en el cielo, pero también se le había olvidado lo mucho que duele cuando algo pasa y las cosas cambian.
Como un sueño increíble, como el sueño perfecto del que uno no se quiere despertar, camina por la cuerda floja de la mano de ese alguien, de su tormenta perfecta, de quien le eleva el ánimo con una aparición y le muestra la perfección cuando deja salir lo que verdaderamente guarda en su interior. 
Caminan despacio hacia un lugar que no conocen, pero no sienten miedo porque no se quieren separar y mientras eso siga así son capaces de enfrentar lo que se interponga entre este par de personajes y su felicidad.
Vos sabés que sos quien me hace feliz, sabés que sos vos quien me hace sonreír de corazón, sabés que sos mi tormenta perfecta, sabés que sos tan importante como el Sol...
¿Podés detener un momento toda esta locura y demostrarme quién soy? A veces es confuso, a veces me extravío viendo lo que hay en tus manos, lo que hacés con tus días y definitivamente te extraño.

¿Me quieres apoyar?