27.5.08

Caíste de nuevo, ¿no?

¿Se te había olvidado lo que se siente cuando perdés a quien amás?

Tanto que alegaste del amor y mirate, tenés el corazón arrugado porque te enamoraste hasta el delirio y de quien lo hiciste estaba lejos de entregarse sólo a vos porque su corazón ya tenía quien lo hiciera palpitar...

"No me vuelvo a enamorar", "ni a patadas, ni obligada, ni que fuera loca lo volvería a hacer".  La última vez que lo hiciste te dejaron en el medio de la nada, con las manos vacías, el corazón partido en pedacitos, la mente maquinando millones de cosas todo el tiempo y una adicción enorme.  Gastaste mucho tiempo, energía, lágrimas, noches sin dormir, minutos vacíos, deseos, ruegos, conversaciones y pensamientos tratando de dejar atrás el dolor que sentías y rejuraste, luego de haber tocado fondo de una manera indigna, que jamás volverías a ponerte en la misma situación y ahora perdiste por evitarlo, caíste sin darte cuenta y estás al frente de otra oportunidad obligada de replantearte.

Es hora de "hacer de tripas corazón" como dicen por ahí y volver a ver el Sol con ganas de levantarse, acostarse sin miedo a lo que traigan los sueños y acostumbrarse a la idea de que una vez más perdiste, pero todo va a estar bien.

No hay que odiar al amor, lo que no debes hacer es volverte a entregar a lo mismo de siempre, a quien no te entrega lo que vos querés o a quien lo entrega cuando el mundo deja.  Aceptá tu derrota y levantate con ganas otra vez, que muy pronto en el aire se volverá a percibir la alegría que te recorre por dentro y vas a sonreír sin la máscara puesta...

Volví....

Sólo un sueño.  Despertá.  Abrí los ojos.  Despacio.  Mientras lo hacés observá a tu alrededor.  Entendé un poco donde estás y con quien estás.  A tu lado no está quien quisieras.  Otra vez pasaste la noche al lado de nadie o de quien no debiste, es lo mismo.  La volviste a cagar o no.  Lo sabrás cuando terminés de abrir los ojos.  Soñaste que amabas y te amaban.  Soñaste haciéndole el amor con tanto voltaje que es lo único que tenés en la mente.  Quisieras que el sueño hubiera sido real y no hubieras tenido que pasar la noche al lado de nadie o de quien no debiste.  Te enamoraste.  Abrís los ojos porque empezó un nuevo día, no porque querés vivir un nuevo día.  Sentís remordimiento por no hacer tu sueño realidad.  Te duele el sabor de la derrota.  Crece el vacío que tenés adentro a medida que seguís abriendo los ojos porque sabés que ahí no está, pero toda tu energía está concentrada deseando que esté.  Ilusa.  Hace mucho tiempo te enamoraste y sabés que el que lo hace es quien pierde.  Sentís como si todo lo que viviste mientras te enamoraste, todo lo que te imaginaste y todo lo que soñaste en nombre del amor no fue más que eso, un sueño.  Un sueño que tuvo que parar cuando sonó el despertador.  Una campana.  Un timbre.  Sólo un sueño.  Ilusa, que vas a hacer ahora.  No la cagués más.  No te entregués al vacío.  No pasés la noche por pasarla.  Con eso no vas a llenar el hueco que te chupa el corazón.  Aceptalo.  El aire que elevaba el globo se escapó por el roto que hizo el perro al morder.  Es hora de meterle toda la energía a dejar la adicción.  Caída libre.  Ilusa.  Sabías que iba a pasar pero igual no evitaste enamorarte.  Te provocaste.  Jugaste con lo más escondido que había dentro de vos y te excitó el proceso.  Te gustó tanto como te gustó la primer vez que sentiste amor y sabías que te dolería tanto como esa vez, pero saltaste.  Te fascinó.  Abrí los ojos.  Todo tiene solución.  No hay finales felices.  Tal vez no hay finales del todo.  Pará y pensá.  Es hora de hacerlo.  Dejá de actuar sin sentido.  No vas a encontrar en entes lo que soñás.  No es bueno perder el juicio.  Vas a terminar metiendo la pata.  Dejá de soñar.  Despertá.  Abrí los ojos.  Bajate y volvé a pisar la tierra...

20.5.08

Qué pereza las mentiras

No tenés que cuadrar tu vida para complacerme, no tenés que mentir, no tenés que ocultar verdades.

Sea cual sea tu realidad la acepto y la respeto por encima de preferencias e ideales, sean cuales sean las cosas que te pasan a mi no me interesa tener versiones distorsionadas ni modificadas, no es eso quien sos, no es tu vida real y creeme que no quiero caminar al lado de una ilusión óptica, si quisiera arreglar tu mundo con mis deseos y mis sueños para vivir feliz y tranquila, la vida sería diferente.

Odio las mentiras, tanto como odio ser juzgada, las detesto de la misma forma como odio darme cuenta que la verdad es diferente a lo que me contaste.

¿Para qué engañás? ¿Qué necesidad tenés de hacerlo? ¿Te da miedo mi reacción ante lo que verdaderamente hacés? ¿No te has puesto a pensar que es peor lo que pasa cuando me doy cuenta de la verdad, cosa que casi siempre pasa porque hay muchos lados que hablan de vos? Qué desinfle, yo no te voy a juzgar, mucho menos a reprochar lo que hacés, pero la próxima vez que ocultés una verdad o digás una mentira, asegurate que no haya forma posible de que yo me de cuenta porque es desinflante abrir los ojos y ver que las cosas no son como dijiste.

¿Es esta una de esas cosas que no puedo cambiarte como alguien me enseñó a pensar y tengo que acostumbrarme a eso? Si es así no te dejés pillar más, ¡odio cuando pasa!

16.5.08

Demalas

Como cuando te cae una caca de pájaro en el hombro, llevando puesto un vestido especial que tenías planeado usar ese día desde hace tiempo.
Como cuando salís a tomar el bus que pasa cada 45 minutos y lo ves pasar frente a tus ojos sin poder hacer nada para que se detenga y se va dejándote ahí.
Como cuando pasás una tarde entera en la peluquería haciéndote un peinado super complicado y cuando salís a la calle está cayendo un aguacero que quiere causar un diluvio.

Ves como pasan los minutos gastando los días y vos no podés hacer nada para detener un tren que va a una velocidad absurda, y te va dejando atrás a medida que tu mente se va resistiendo a la idea del cambio.  Sentís que no es tu día, sentís que no es tu noche, sentís incluso que los dioses se están riendo de vos sentados en el Olimpo mientras ven lo que considerás tu desgracia, sentís que te amarraron de pies y manos a una boya y que te dejaron a la merced del mar con su marea y del cielo con su clima.

Si no sos capaz de aceptar las cosas que no podés cambiar, ¿qué se supone que tenés que hacer?

Sentidos...

Tocarte, olerte, verte, saborearte, oírte, una y otra vez...
Mis 5 sentidos en vos.
Sentirte, sentirme y enamorarme, enamorarme y enamorarte.

No damos lugar al tiempo, él, como dijo un cantante es arena, arena en mis manos o en las tuyas, o en ambas.  Sólo damos lugar a los sentidos que percibieron esto, desde hace un montón de mañanas, tardes y noches en los que este, un país caótico nos vió jugar a ser grandes, recorriendo lugares y coleccionando sensaciones que nos grabaron en la memoria, la realidad de un amor que tuvo sentido sólo entre dos mundos que nunca revelaron lo que palpitaba oculto entre los sentidos ajenos de los humanos.

11.5.08

El Carbiélago y el Mar

El Carbiélago viaja en un mar que tiene más colores que la paleta de un pintor que decidió plasmar en el cielo la imagen de la perfección.

El mar es tranquilo y agitado, es calmado cuando los tripulantes del barco lo enamoran y se pone furioso cuando siente que lo pueden contaminar.

El Carbiélago guardó el ancla, va avanzando sin prisa, sin camino definido y con el cielo a favor, sueña y vive con amor, amor al mar que lo sostiene y lo guía por unas aguas que desconoce, pero que lo atraen y lo incitan a recorrer la felicidad.

En cualquier momento el mar puede hacer que el Carbiélago alce sus alas y vuelva al cielo, a viajar entre las estrellas buscando destinos diferentes, pero por ahora este barco especial se gasta los días en pause, mientras llega a un puerto y vuelve a despertar cuando el mar lo toca y se lo lleva en sus brazos a donde nadie ha ido.

El Carbiélago y el mar tienen una relación simbiótica llena de alegría, aunque a veces quien comanda el barco se equivoca y se enfrentan a una furia que más que darles miedo les duele, porque cuando el barco parte a la mar todos se ponen contentos, pero cuando el mar no quiere que viajen, los deja en puerto tan aburridos que pierden hasta el sueño.

A veces en las noches se observa al capitán y a la tripulación del Carbiélago gritando con todas sus fuerzas al mar para que los abrace y se los lleve lejos, pero ese mar parece hacerse el loco o no alcanza a escucharlos, y el Carbiélago queda abandonado en su mundo de sueños y viajes sin destino final, lo más divertido es que ninguno tiene ganas de irse a viajar fuera del mar, es uno de los lugares más increíbles para estar y hasta que el mar no de la orden, el Carbiélago no zarpará en busca de otro destino.