8.2.11

De hipocresía, diferencias y gente extra. - Patada de Realidad -

¿A cuánta gente no te has tenido que aguantar en la vida?
Es increíble la cantidad si uno hace la tarea de hacer un conteo, por lo menos superficial, de todas las personas que sin desearlo, sin quererlo, se ha tenido que aguantar uno por el hecho de compartir un ambiente de estudio, trabajo, incluso de vida.
Da risa, ¿no? ¿Por qué debería uno aguantarse gente en vez de mandar al carajo a cada uno de los que considera insoportables, o con quienes no tiene empatía, o con quienes a pesar de algún esfuerzo (por vago que sea) no se la lleva bien?
Mantiene uno en su lista de contactos a una cierta cantidad –indeterminada- de “pedorros” que no sirven para nada en la actualidad, pero los deja ahí “por si algún día los llega a necesitar”, es decir, los deja ahí por si algún día decide romper el silencio y entablar una conversación hipócrita e incómoda, con el único fin de obtener un beneficio de alguien cuya vida es irrelevante y bien podría irse a vivir al fondo de un abismo después de hacernos el favor, que seguramente nos hará de mala gana –si es que lo hace-, porque honestamente no tiene por qué hacernos favores gente extra en nuestras vidas si para ellos tenemos la misma condición.
Somos irrelevantes pero no nos borramos.
Lo peor es pensar que en algún momento del futuro incierto, uno de esos personajes indeseados, ignorados (porque cuando los vemos conectados no los saludamos y en la calle hasta hacemos el intento de no hacerlo) nos va a ayudar, y lo peor es pensar en no borrarlos porque ¿qué irán a decir?, ¿qué van a decir de qué? ¡A tomar por culo! Si no nos vamos a enterar, si no nos va a afectar porque son extras, ¿qué importa?
Toda la vida, desde que pequeña entendí el concepto de la hipocresía lo abracé, me pareció útil y lo apliqué a mi vida.  Pero considero que hay diferentes tipos de hipocresía y que algunos son sencillamente absurdos, como ese de tener una lista gorda de contactos “x”, de los cuales no se puede entablar una conversación decente con ninguno porque somos abismalmente distintos y para qué esforzarnos en una conversación que alimente la farsa, pero es mejor dejarlos ahí porque ¿qué dirán de uno? Me vomito.
Uno debe ser hipócrita con quien valga la pena el gasto energético de montar el teatro de la buena cara, el saludo medio cordial y la conversación pseudo-interesante, pero eso no se debe hacer con todo el mundo, ¡para eso mejor se cambia totalmente de contactos!
Eso se hace con los suegros insoportables, con los familiares raros que incomodan, con los personajes importantes que se encuentran tomando el algo con los tíos, con los jefes, con la gente que uno tiene que soportar así no quiera, ¡pero no con todo el mundo!
La hipocresía no es un talento bien manejado por todos y no debería ser administrado a los incapaces, por eso es mejor mantenerse rodeado de la gente correcta y no intentar relacionarse mucho con la gente con quien no se tiene empatía o correspondencia.
Creo yo que así el mundo iría un poco mejor, nada de desgastarse en relaciones sociales innecesarias e insatisfactorias, sólo hacer esfuerzos cuando sea necesario.
Suena facilito en teoría, ¿no?  ¡Pues ahí está! Que conozco gente que lo practica, cuyo círculo de amigos es pequeño y definido y no andan por la vida pendientes de no borrar sus listas gordas de inútiles contactos, porque entienden que la vida es más fácil, no hay que andarse con apariencias porque es tan cortica como a ella le da la gana de ser y no tenemos como modificar su duración para hacerla más larga y que valga la pena todo el cuidado del “qué dirán”, de los contactos “x”, y de la hipocresía inútil por intentar caerle bien a todo el mundo.
¡Es que por eso es que hay tanto lambón en el mundo!
Hay que aceptar que todos somos muy diferentes y en esas diferencias radican imposibilidades de socialización.  No todos nos tenemos que querer –eso no significa que nos tenemos que odiar-, no todos nos tenemos que gustar y el que no entiende eso que se busque un tiquete para vivir en uno de los cuentos de Walt Disney, ¡joder!

7.2.11

¡Es muy fácil!

¡Para qué se va a poner a repartirle a todo el mundo si le puede repartir sólo a uno!

28.1.11

Vos verás si te cae

No te debo nada, ni a vos ni a nadie.  No tengo que llamarte porque vos me llamás, no tengo que contestar si no siento ganas de hablar, yo, en definitiva, no tengo que hacer nada que no quiera o no sienta.  

Fastidiosa, indiferente, insoportable, repelente, mal educada, egoista, llamame como querás, no me importa ni hace alguna diferencia en mí la forma como me llamés.

Estoy cansada de todos aquellos que creen que tienen derecho a reclamar algo de mí.  Pues, ¡"os podeis ir a tomar por culo"!, ¿cuándo en mis años me han visto hacer lo que alguien quiere sin mi consentimiento o mi deseo? ¡Nunca!

Si, esta soy yo, alzando la voz interior, oprimiendo emociones menos la necesidad de expresarme, mamada, con ganas de mandar al carajo a muchos que no me aportan más que pérdidas de energía.

Sobre ruedas miro al cielo y siento la libertad de hacer, literalmente (y como siempre), lo que me de la gana.  Pues eso, no me pidás nada, no esperés nada, hasta que no me hagás sentir que vale la pena, por lo menos, volver a llamarte o tener algún tipo de relación con vos.

22.1.11

¡Reinicie su mente!

No se puede confiar en los sentidos todo el tiempo.  Fallan.  ¿Cuándo?  Vaya uno a saber.  Cuando uno más lo necesita pierde el sentido o los pierde todos y se jode, queda en el medio de la nada sin información, sin dirección, sin rumbo y sin idea.  ¿Y cómo queda? Como la mamá de José Miel.
Todo escrito, todo guardado, nada en la memoria, nada en el cerebro.
Amnesia.  Tiempo.  Olvido.  Muerte.  Todo se puede perder en algún momento de la vida.  Hasta se puede tener que aprender a escribir a los 50 años, se olvida ser médico, se pierde la ingeniería, ¿y qué queda? ¡Nada! Volver a empezar.
Hay quienes dicen morir si su ordenador se daña.  ¿Qué pasaría si en vez de su ordenador lo que se daña es el cerebro y se les reinicia?  Vaya tela, reiniciado de cerebros, deberían ofrecer ese servicio.
Si usted está cansado de quien es, sino le gusta su vida, si su cerebro está lleno de recuerdos inútiles que no le hacen bien, ¡le tenemos la solución!  ¡Reiniciamos su cerebro!  Le garantizamos la pérdida de la memoria hasta el punto que lo desee, y podrían ofrecer diferentes combos, dependiendo de las habilidades que permitirían conservar.
Combo 1: conserva el habla, lectura y escritura de su lengua madre.
Combo 2: conserva su lengua madre más la capacidad de caminar, correr y saltar.
Y así, dependiendo del combo varía el valor del procedimiento de reiniciado.
¡Ah! ¡Qué divertido!

20.1.11

En las noches...

No puedo dejar de pensar en abrazar tu cuerpo cada vez que el mío se acuesta porque ha llegado la hora de dormir. He sentido que nuestros cuerpos encajan en el medio de la oscuridad y se mantienen unidos por fuerzas que parecen ser magnéticas, permaneciendo de esta forma hasta que alguna de las dos mentes escapa del mundo Onírico y busca cambiar de posición, manteniendo a toda costa el contacto y la cercanía en la máxima medida posible.
Mis noches lejos de vos son extrañas porque te extraño y a tu piel suave, tu pelo enredado, tus manos buscándome y tus pucheros. No es fácil, aunque no es imposible, dormir sin vos, el asunto es que cuando estás a mi lado, tienen sentido el insomnio habitual, las despertadas repentinas, las mañanas, ¡todo!

5.1.11

Vaya mañana

Entre las loras, el perro, los peces y el mar mental se crean cocteles mañaneros que bastante distan de los ideales que alguna vez fueron concebidos.
Un poco de mal genio, otro poco de desespero, un poco de aburrición también y las ganas de salir corriendo (que no faltan), son el resultado básico y bastante común de tomar lo que no quiero.
Vaya tela.

4.1.11

¡Vuelvo a ensayo!

Espero (aunque no espero nada) que no lo considerés una traición.
Hoy volveré a jugar con 2 de 3 y uno nuevo a que todo durante un momento es insignificativo, que sólo las ondas sonoras y energía que producimos e invaden nuestros cuerpos y mentes son los elementos necesarios para nuestro bienestar.
Te echaré de menos, eso lo aseguro, pero el mundo no se puede detener en tu ausencia y trataré de disfrutarlo sin vos, aunque conociéndome será muy extraño no tenerte ahí.
Sabés bien que preferiría que estuvieras ahí, pero las circunstancias no lo permiten, y no es una opción abandonar el barco, no mientras me siga gustando tanto navegar en él.
Hoy me daré cuenta si me gusta o no el cambio de tripulación para decidir que sigue… Ya te enterarás (o no).

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