27.2.23

Blanco de verano


Artículo publicado en Nota Random (Revista Digital), septiembre 23/2021.


Por: Ana Lucía Pérez Escobar


Blanco de verano es una película mexicana acerca de un niño de 13 años y su madre soltera. 


Inicialmente, entre ellos dos existe una relación muy amorosa, amistosa y se ven muy unidos, sin embargo, las cosas empiezan a cambiar cuando la madre consigue un nuevo novio. A partir de ahí, la personalidad y los comportamientos del niño se transforman. 


Adicionalmente, la mamá parece ser sumisa y cargante, y el nuevo novio pasa de ser un tipo agradable a un ogro en segundos, lo cual no ayuda para nada al niño que de por sí ya es un poco rebelde.


Rodrigo es el niño, lo interpreta Adrián Rossi, la mamá se llama Valeria, interpretada por Sophie Alexander-Katz y el novio, Fernando, por Fabián Corres. La película es dirigida por Rodrigo Ruiz Patterson, dura 1 hora y 28 minutos y hace parte de Talento Emergente de la Cineteca Nacional de México.


Es una película dramática que puede considerarse un tanto lenta, pero esa misma característica es el reflejo de la impotencia de Rodrigo y lo lento que para él pasa la vida. Además sirve para contar solo un pedacito de la historia y dejarnos tiempo para pensar y detallar todo sin que nos perdamos ni un segundo.


No hay más personajes, lo cual me parece genial y es una historia muy básica, rayando con el cliché de “madre soltera de hijo problemático estrenando novio”, pero es una película muy buena de lo sencilla que es, además el final es perfecto.


Fuente: Sensacine 

Britney vs. Spears


Artículo publicado en Nota Random (Revista Digital), octubre 19/2021.

Por: Ana Lucía Pérez Escobar


El 28 de septiembre se estrenó en Netflix el documental sobre la tutela que ha tenido a la cantante de pop bajo la estricta custodia de su padre, Jamie Spears, que bien puede considerarse el villano de la historia.


El largometraje de 93 minutos fue dirigido por Erin Lee Carr. En este, ella y la periodista Jenny Eliscu muestran y discuten sus investigaciones y hallazgos acerca de las numerosas luchas que ha tenido que llevar a cabo Britney Spears para recuperar su libertad, después de perderla hace más 13 años de manera irregular.


Britney vs. Spears está basado en entrevistas, grabaciones de voz, mensajes de texto, documentos y hasta en experiencias personales (pues Jenny Eliscu es amiga de la estrella). Al verlo podemos conocer información que desconocíamos acerca de esta infame tutela, como la corrupción de los involucrados, la injusticia que se ha cometido contra ella durante todos estos años y los intentos fallidos de Britney por pedir ayuda y recuperar su autonomía.


Incorrectamente medicada, desahuciada, dada por loca, atrapada sin comunicación con el mundo exterior, alejada de sus amigos, amenazada con quitarle el poco tiempo que se le permitía con sus hijos, despojada de cualquier acto de libertad y autonomía que pudiera realizar, sin poder usar dinero siendo multimillonaria, uno no entiende cómo no se desquició peor esa mujer que ahora tiene 39 años, pero que fue encerrada a los 26 al estilo de una película de terror.


Al ver Britney vs. Spears es inevitable preguntarse, por ejemplo, si la mamá de la cantante no ha movido un dedo para ayudarla a librarse del yugo de Jamie Spears, y ¿qué es lo que le pasa a ese “padre” de la estrella pop? Afortunadamente, posterior al lanzamiento de este documental y de otros que han tratado el mismo tema, y de la fuerza que tomó el movimiento #FreeBritney que iniciaron sus fans, sabemos que el señor Jamie Spears por fin ha renunciado a ser el tutor de su hija, y aunque se le han asignado nuevos tutores, es menos horroroso que la idea de un papá manteniendo a su hija encarcelada, explotándola y robándole su dinero.


Es un buen documental, es entretenido (aunque puede dar rabia), y muy recomendado. Por supuesto, si usted es fan de la cantante, seguramente ya lo vio y si no lo ha hecho, vaya hágalo ahora mismo. Y si no es fan, no creo que pierda nada al verlo, tal vez termine de acuerdo conmigo al afirmar que en Estados Unidos pasan cosas tan horribles como esta (y más), que servirían para escribir más películas dramáticas, y que, si eso ocurre allí, en nuestros países cualquier cosa peor podría pasar.


Fuente: IMDB



El olvido que seremos


Artículo publicado en Nota Random (Revista Digital), noviembre 11/2021.
Por: Ana Lucía Pérez Escobar

Sin temor a equivocarme, El olvido que seremos es una de las mejores películas colombianas de los últimos tiempos. 


Dramática, bien ambientada, descriptiva y con diálogos genialmente escritos, el director Fernando Trueba nos trae la adaptación cinematográfica de la novela homónima escrita por Héctor Abad Faciolince, en la cual relata la vida y obra de Héctor Abad Gómez (su padre) hasta el día en que es asesinado en una calle de Medellín.


Héctor Abad Gómez, interpretado magistralmente por Javier Cámara, es un personaje muy reconocido en la caótica ciudad de Medellín. Médico, escritor de ensayos, político y defensor de derechos, vemos un hombre entregado a la enseñanza y a ayudar a las poblaciones menos favorecidas, en las cuales la falta de agua potable y condiciones sanitarias adecuadas, resultan en un enorme número de niños y adultos enfermos.


De manera simultánea a su lucha por la salud de sus compatriotas, este personaje se configura como el eje central de una familia formada por su esposa Cecilia, cinco hijas (Mariluz, Clara Inés, Eva Victoria, Marta Cecilia y Sol Beatriz) y un hijo, Héctor Joaquín. 


Como toda familia (especialmente una numerosa), esta vive una buena cantidad de situaciones dramáticas como el viaje de Héctor al extranjero para estudiar e investigar, el nacimiento de su nieto, la enfermedad y fallecimiento de su hija Marta Cecilia, y finalmente, las amenazas de muerte recibidas por denunciar grupos al margen de la ley.


Todas las actuaciones son muy buenas, nos hacen percibir la unión tan bonita entre Héctor y su hijo, el fervor típico de una familia paisa de esa época, el amor entre todos y el desgarrador episodio de la muerte del padre. La escenografía es impresionante, tan exacta que casi que pudimos devolvernos a esa ciudad de los años 70 y 80, tan llena de contrastes como fue Medellín.


No solo soy yo quien dice que es una gran cinta, ha recibido un buen número de nominaciones, premios y reconocimientos (aquí nombraremos los más recientes):


Mejor película iberoamericana, Premios Goya, 2020.

Mejor película, Premios Platino, 2021.

Mejor director, Premios Platino, 2021.

Mejor guión, Premios Platino, 2021.

Mejor director de arte, Premios Platino, 2021.

Mejor interpretación masculina, Premios Platino, 2021.


En conclusión, El olvido que seremos es la prueba de que de un buen libro, sí puede hacerse una buena película, y nada más por eso, véala en Netflix, vale la pena disfrutar de esta obras (y del libro también).


Fuente: Filmaffinity, Netflix, Caracol Televisión.


19.2.23

Me dieron

Hace un par de días me arrancaron un pedazo del corazón. 

Ahora no debo escribir ni buscar de ninguna forma a la hija de mi hermano. Con lo que la amo, con lo que la he extrañado por tantos años, con lo que me he preocupado y lo hago en el diario vivir. Vaya mierda, pensé que debía mantener contacto con ella para que sintiera que nosotros, es decir, este lado de su familia, siempre hemos estado pendientes de ella y que siempre estaremos ahí dispuestos a ayudarla y a amarla, pero ahora resulta que debo dejarla en paz. 

Olvidarme de ella.

Sentí que un pedazo de mi corazón o de mi fue arrancado, removido como si de una cirugía a corazón abierto se tratase.

Lo último que escribió su papá fue "HIJA TE AMO" en una hoja sobre una carpeta que contenía los documentos de una empresa que él había creado para que la mamá la sacara adelante y darle a su hija un mejor futuro. Ella fue su último pensamiento cuerdo.

Me dieron en un punto débil.


31.1.23

¡Nuevo libro!



Disponible en www.itabooks.com en formato físico y digital

22.1.22

Luna llena junto al mar

A las 18:18 salió la reina con un traje rojo, divina, conquistadora, imponente. Ella aparece y el resto de la Tierra se arrodilla luego de una venia y la obedece. Nada que hacer, el mar se levanta, los árboles crecen más rápido y hasta la sangre en las venas parece ebullir y bombearse más deprisa, al punto que uno cree que, si no corre como un loco, algo por dentro va a estallar.

Toda la vida me llamaron lunática y en noches como esta recuerdo por qué. En la ciudad hasta olvidamos sentarnos a contemplarla y tao vez intentar tomarle fotos. A veces con un vistazo nos sentimos satisfechos, y a veces hasta se nos olvida que la bonita se llenó y no vemos la magia que trae consigo.

Nubes negras la cubren, pero al final del horizonte del mar se ve el reflejo de su luz rozándolo y, por supuesto, el color del cielo se transforma. Como la luna no hay nada más en nuestro planeta. Ella nos mueve a su antojo y no hay nada que alguna criatura puede hacer para impedirlo.

Es hermoso ver a Natalia en su vestido blanco pararse en el borde del malecón para tomarle fotos.

Me fascina el reflejo de la luna sobre el mar. Ella está a cientos de kilómetros de distancia y aun así pone una capa de plata o de oro sobre su superficie. Una luz preciosa que cubre las ondas como premio para que ellas bailen con sus compañeras y se contagien todas de la magia.

Mi hermano me mandó a decir con Gloria la médium que por favor le escribiera una carta para empujarlo a irse a su casa, que ha resultado ser mi constelación favorita, la que tengo tatuada: Orión. Eso fue el 22 o 23 de diciembre, es decir que un mes después no he podido hacerlo. Pero ya sé por qué, lo que no sé es ¿para qué él necesita que yo lo empuje? ¿será que cuando nos morimos nos quedamos esperando a que alguien nos empuje para irnos a casa o qué?, y si nadie te empuja, ¿te quedas donde estás o qué? No entiendo nada, voy a tener que investigar.

No creo que Andrés lo haya dicho para ponerme a guevonear, aunque viniendo de él cualquier cosa se espera, pero yo creo que ya después de un año y un par de meses de estar en el más allá habrá evolucionado y por eso su petición no es una broma. Hoy, 22 de enero, en el deck del Ikaria, intentaré escribir lo que él necesita, aunque sea un poco como patadas de ahogado.

¿Me quieres apoyar?