24.8.08

Escuchando wishlist

En su coche convertible va sentada, la velocidad le encanta, su cabello va jugando con el viento, sonríe porque es feliz, en la oscuridad encontró la confidente perfecta para hacer su vida clandestina.  Sobre ella la Luna llena vigila cada uno de sus movimientos, en su mano sostiene un cigarro que se consume en el aire que pasa tan rápido que el humo se hace imperceptible, suena en la radio una canción que canta a alto volumen, las luces de la carretera no son muy visibles, por el contrario, es la Luna quien se encarga de iluminar lo que ella recorre en su convertible.
¿A dónde va? No lo sabe, ni lo quiere saber, simplemente maneja sin rumbo, huyendo de la vida que va dejando atrás con cada aceleración y cada segundo que pasa trayéndole su nueva libertad.  Tiembla algo dentro de su cuerpo, siente adrenalina de huir sin avisar, sin despedirse, como en un acto de magia desapareció del mundo que la conocía y sin intenciones de volver, mira por el retrovisor y sonríe, sonrisa que dice adiós a sus cadenas y hola a su propia vida real. No hay nada seguro, su mente es un enredo que se va aclarando con cada metro recorrido tan velozmente que no hay tiempo de pensar en nada y tampoco le interesa, es un nuevo comienzo y todo lo vivirá desde cero, con nada del pasado, sólo la seguridad de que nunca cometerá los mismos errores.

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