Sentir que tu cuerpo es tan liviano que podés volar, sentir que tus brazos son tan largos que podés abrazar el mar, alzás los brazos y sentís como el aire te pasa entre los dedos, te desordena el pelo y una sonrisa se te dibuja en la cara, mientras en los ojos se te asoman unas lágrimas... Es demasiado sublime...
Podrías jurar que tu cuerpo se puede elevar, que no estás tocando el suelo, respirás profundo y la energía se eleva en todo tu cuerpo, no lo podés evitar... ¡Querés saltar!
Sos tan pequeño frente al horizonte, frente al cielo y al mar, pero sos tan grande que sentís que podés hacer todo lo que querás, nada te va a detener, sos responsable de tu vida, de tus días, sentís que podés gritar y que desde el fondo de tu cuerpo cada célula brinca, nada malo puede pasarte cuando no tenés ataduras...
Una sensación que no se describe fácilmente...es como un orgasmo, es una explosión en cada partecita de tu cuerpo y de tu mente...todo lo malo parece no importar, es demasiado bienestar, ¡¡es felicidad!!