Te veo en una cama, perdiendo la ropa
lentamente, besándome y no sé qué será de mí el día que por fin pase.
Recuerdo que tu lengua es suave y me
pregunto cómo será perderme en tu aliento, tocar tus labios y que al terminar
abra los ojos y vea tu cara, tocar tu pelo, sonreír, besarte de nuevo, ¿cómo
voy a parar de besarte si me muero por ti?
Son las 3:18 am, enero 24... Estamos
a menos de una semana del comienzo de mi nuevo año y lo único que quisiera
hacer ese día sería que me cerraras los ojos y me besaras. Desde que te conocí,
no puedo dejar de pensarte y de soñar contigo.
No sé si perderé la cabeza, porque
dicen que uno la pierde cuando pierde la cordura, y yo de tanto pensar y darle
cuerda a mi cabeza, ya la perdí.
Me vas a hacer sentir todo lo que
nunca he sentido y no te niego que me da miedo. No sé qué hacer, cómo actuar,
sólo sé que cuando pienso en mi mano recorriéndote, siento delicadeza y
suavidad en mis dedos, y cosquillas en la piel por un suave roce.
Lo que tocarán mis dedos lo besará
con cuidado mi boca, en algunas partes de tu cuerpo te rozaré con mis labios y
te besaré despacio, es mi objetivo amar cada pedacito de tu piel y hacerte
temblar, hacerte sonreír y escucharte pronunciar ese “te amo” más sincero.
Te siento con tranquilidad, pero
respiras agitadamente, voy por tu cuerpo jugando y escucho la música que me
hace volar, sonrío y corro a besar tus labios, son tan bien delineados que
provoca dibujarlos con la punta de los dedos, pero tengo que dejar tu boca
quieta por un momento pues tengo un cuerpo que disfrutar.
Ya no tienes casi ropa y estás boca
abajo, te toco la espalda, beso tus piernas y subo desde tus pies hasta tu
cuello, besando todo a mi paso, tan despacio que sientes desespero por no
poderte voltear, pero tienes que aguantarte porque amo tu espalda, mil veces he
querido besarla y al fin la tengo desnuda a mi merced.
Tienes unas manos brutales, me tocas
y tiemblo, respiro tan rápido que siento que se estallará mi corazón. Ahora soy
yo quien se queda quieta mientras te paseas por mi cuerpo, tocándome con esa
boca que muero por tocar, es hermosa y se la prestas a mi piel para que nunca
olvide el día que la despertaron y le mostraron cómo ama el ser más deseado de
todos los existentes.
Mi piel se eriza cuando tocas puntos
sensibles, una sonrisa se apodera de mi cara y se me escapa una palabra que
nunca antes había sido tan cierta. Haces
conmigo lo que quieres y yo hago contigo todo lo que un día te pedí dejarme
hacer.
Atrás se quedó la ropa inútil, la
noche de recorridos por la ciudad y el pasado, pues todo lo que me compone ha
olvidado cómo es la vida sin besarte y sin amarte.
Es mi mayor deseo tenerte, no sólo tu
cuerpo, sino elevar tu mente a un estado de placer que jamás te permita olvidar
esa noche y a quien te amó como lo hace alguien por primera vez en su vida.
Vas a gemir seguramente, vas a
temblar cuando tu cuerpo se esté acercando a estallar y no puedo imaginarme
como podré contenerme o parar... ¿puede haber algo más emocionante?
No puedo parar, se arquea tu cuerpo y
siento un estallido en mi cuerpo y el tuyo, es muy difícil mantener los ojos
abiertos pues es la sensación más increíble que puede un ser humano
experimentar, es imposible dejarte, no puedo alejar mi cuerpo del tuyo, tus
labios y los míos se entrelazaron y no tiene sentido separarlos porque se
buscan tan desesperadamente que se encuentran.
He perdido el control de mis manos,
juegan con tu boca, con tus huesos que acaban conmigo, con todo tu cuerpo, te
mueven, te tocan, te sienten y graban la sensación de tu piel. He perdido el control de mi cuerpo y parar no
es una opción cuando te veo cerrar los ojos y entregarte a lo que sientes.
Memorizo tu cuerpo para nunca
olvidarlo, me robo tu esencia y me pierdo en tu aliento, dibujo en ti mi deseo,
te entrego todo lo que tengo y lo que no conocía de mí, sin reservas para el
futuro.
En esa cama donde te vi lentamente
dormir abrazándome, se quedó el mayor recuerdo del amor entre las dos, y en ese
lugar y en nuestras mentes quedó grabada la escena que se desató cuando el
cielo se entregó a fundirse con el mar.