Podría escribir sobre lo difícil que es vivir en una ciudad que no me gusta. Podría escribir también sobre lo extraño que es ver al chico (que me hizo enfrentar a todo lo que me rodeaba y en lo que creía para mantener vivo un lazo) caminando de la mano de una niña. Podría, escribir, sobre el miedo que me da todos los días, cuando en mi cabeza siento que mi cerebro es aplastado por un quiste que nunca he entendido para qué diablos está ahí. Podría también escribir sobre lo inesperado y sacudidor que fue ver a una antigua amistad de repente, en mi disco favorita, bailando y cantando a mi lado una de nuestras canciones. Podría escribir sobre el sentimiento indefinido que tengo desde que descubrí que tengo un quiste nuevo y que lo único que puedo hacer es, esperar. Podría escribir sobre la alegría que me da saber que hoy, hace 8 años, entré a un lugar donde poco a poco conocería a un grupo de personas tan importantes que me cambiarían la vida y me harían tan feliz. Podría escribir sobre las ganas que tengo de volver a España. También podría escribir sobre la desilusión que me produce pensar en tanta gente que se pasó un año diciéndome que volviera rápido y llevo un mes en Medellín y no los he visto sino una vez (y eso si los he visto)...
Podría escribir muchas cosas, pero tengo que ir a emborracharme con mi hermana y unas amigas, entre ellas, La Morocha... Gracias a vos por 8 años de millones de cosas... Que la vida no te quite de mi lado y que nunca me vuelva a alejar del tuyo...