22/01/2022

Luna llena junto al mar

A las 18:18 salió la reina con un traje rojo, divina, conquistadora, imponente. Ella aparece y el resto de la Tierra se arrodilla luego de una venia y la obedece. Nada que hacer, el mar se levanta, los árboles crecen más rápido y hasta la sangre en las venas parece ebullir y bombearse más deprisa, al punto que uno cree que, si no corre como un loco, algo por dentro va a estallar.

Toda la vida me llamaron lunática y en noches como esta recuerdo por qué. En la ciudad hasta olvidamos sentarnos a contemplarla y tao vez intentar tomarle fotos. A veces con un vistazo nos sentimos satisfechos, y a veces hasta se nos olvida que la bonita se llenó y no vemos la magia que trae consigo.

Nubes negras la cubren, pero al final del horizonte del mar se ve el reflejo de su luz rozándolo y, por supuesto, el color del cielo se transforma. Como la luna no hay nada más en nuestro planeta. Ella nos mueve a su antojo y no hay nada que alguna criatura puede hacer para impedirlo.

Es hermoso ver a Natalia en su vestido blanco pararse en el borde del malecón para tomarle fotos.

Me fascina el reflejo de la luna sobre el mar. Ella está a cientos de kilómetros de distancia y aun así pone una capa de plata o de oro sobre su superficie. Una luz preciosa que cubre las ondas como premio para que ellas bailen con sus compañeras y se contagien todas de la magia.

Mi hermano me mandó a decir con Gloria la médium que por favor le escribiera una carta para empujarlo a irse a su casa, que ha resultado ser mi constelación favorita, la que tengo tatuada: Orión. Eso fue el 22 o 23 de diciembre, es decir que un mes después no he podido hacerlo. Pero ya sé por qué, lo que no sé es ¿para qué él necesita que yo lo empuje? ¿será que cuando nos morimos nos quedamos esperando a que alguien nos empuje para irnos a casa o qué?, y si nadie te empuja, ¿te quedas donde estás o qué? No entiendo nada, voy a tener que investigar.

No creo que Andrés lo haya dicho para ponerme a guevonear, aunque viniendo de él cualquier cosa se espera, pero yo creo que ya después de un año y un par de meses de estar en el más allá habrá evolucionado y por eso su petición no es una broma. Hoy, 22 de enero, en el deck del Ikaria, intentaré escribir lo que él necesita, aunque sea un poco como patadas de ahogado.

12/01/2022

Cruda

Hola. Soy Ana, la que juega con letras. Hace muchísimo tiempo que no lo hago a pesar de llamarme escritora. Lo he dejado atrás por miedo a excavar en mi interior y conseguir más dolor. Una paradoja: no escribo por miedo al dolor, pero no hacerlo me da más miedo, porque si no soy esto, ¿qué putas soy?

Debería dejar la cobardía y enfrentarme a cualquier cosa que alimente el diagnóstico ese. Depresión persistente. Hay cinco tipos de depresión y a mí me tocó la que no tiene cura, ¿ah?

A eso le sumamos unos cuantos duelos y la muerte de mi hermano el 1 de octubre de 2020, y terminamos con un resultado que no hace parecer extraño el pensamiento suicida. Sí, me encantaría seguir el ejemplo de Andrés, pero sin ahogo. Yo me tragaría todas las pastillas y me encerraría en el garaje con el carro encendido. Una delicia. No hay dolor, no hay escenas escandalosas ni charcos de sangre. Aunque qué encarte para el que herede el carro, ¡y el garaje!

Es frustrante. Dele y dele y dele, avanzo, me mejoro, me siento aliviada y ¡pum! De regreso al principio. Es como la historia del que tenía que subir una enorme roca por una montaña, que cada que creía que estaba coronando, ¡paque! desde la base otra vez, por los siglos -sin amén-. SÍSIFO. Ok. Pueden llamarme Sísifa, aunque la idea de volver a empezar y repetir la misma cosa toda la vida me resulta insoportable.

🚀Viaja al pasado ⏳

 
5