19/12/2023

¡Qué difícil es vivir del arte!

¿Ser artista es fácil en Colombia?

Es desanimadora la abrumadora red de editoriales que abundan en el mundo, cuyo negocio es "ayudar" al autor a publicar sus textos a cambio de módicas sumas.

Todo es dinero.

Lo que muestran en las películas y se ha grabado en el imaginario (al menos en el mío), de que un autor recibe dinero para que escriba un libro, es una utopía si me lo preguntan, y si no lo hacen, igual lo digo: es utópico.

No sé qué clase de mago hay que ser para que suceda, porque al parecer en todas el que paga es uno, y vaya a ver si recibe luego algún dinero.

Se paga en las editoriales independientes. Las corporativas, las grandes, las famosas son las que le pagan al autor, pero tiene uno que crear en un nivel altísimo de calidad (y no sé qué más) y si tiene suerte, se alinean los planetas y caen polvos mágicos sobre el que recibe el manuscrito, tal vez sus letras pasen al comité editorial y de ahí en adelante, que los dioses las bendigan para que lleguen a las librerías.

¡Qué difícil es vivir del arte!

Seguir en la lucha.

Buscar editoriales. Averiguar cómo lograr ser publicado, o como mínimo, ¿cuánto vale ser publicado?

Más allá de la publicación, uno requiere distribuir y vender sus libros, de lo contrario, ¿para qué publicó? Algunas editoriales independientes hacen el favor de distribuir, pero hay que tener mucho cuidado, porque algunas prometen el cielo y entregan el infierno.

Entonces no es solo publicar, es publicar y vender.

Ay bendito, qué abrumador.

¡Qué difícil es vivir del arte!


Fuente: Shutterstock_1714803409-1024x1010.jpg (1024×1010) (lamenteesmaravillosa.com)


16/12/2023

Se murió mi vecina, qué maluquera

Se murió mi vecina, qué maluquera.

No estoy siendo irónica, en absoluto.  Estoy siendo sincera, porque mi vecina era una viejita tan genial, que siento auténtica y cruda maluquera.

95 años, se murió de desgaste físico, de tantos meses habitando este planeta, pero se hubieran muerto de risa con ella y hubieran deseado coincidir más con ella, se los aseguro.

"Sufría" de Alzheimer, y lo pongo entre paréntesis porque no le dolía un pelo, y si le dolía algo, si se lastimaba, en cuestión de instantes lo olvidaba y retomaba inmediatamente su personalidad alegre, fiestera, despreocupada. Para ella, el dolor no existía, ¡cómo no querer a un ser humano que jamás se quejó en mi presencia!

Era auténtica, cuando quería irse lo decía, de frente, sin rodeos, sin pena, no como uno que se inventa excusas y mentiras para no quedar mal por querer irse.  Cuando quería que la visita se fuera, decía frases como 一ve, está como tarde一, 一ve, se está haciendo como tarde, y ¡ustedes solas!一, con una entonación paisa que borraba cualquier intención de tener tacto. Era sincera, una maravilla de mujer.

A mi casa entraba muy a menudo, y cada vez le parecía nuevo todo, siempre se sorprendía y admiraba el tamaño de mi casa (que no era muy superior al de la suya) y mi balcón siempre recibía calificativos especiales, 一ve qué balcón tan bueno, frente a ese parque tan hermoso, aquí se debe pasar muy rico一.

Ay, doña Aura, qué grandeza. Yo era feliz dándole el tour, así como llevándola a su casa, cuya entrada es literalmente perpendicular a la mía, a escasos centímetros. 

一¿Y es que esta es mi casa?

一Si doña Aura, esta es su casa.

一Ve, ¡qué tan bueno como estamos de cerquita!

Cada vez que le daba la cantadera, uno sabía que estaba muy feliz, y pedía cigarrillos. Se sentaba a fumar en el quicio de las dos casas y cantaba, a mí no me gustaba el olor, pero igual salía a verla cantar, me reía y cerraba la puerta si estaba ocupada.

Matilda, mi perra, se entraba a su casa todos los días, y cuando ella la veía, decía, 一ve, ese perrito negro está como perdido一, o 一¿de dónde habrá salido?一 o 一¿ese es de nosotros?一 jajajaja, me muero de risa con los recuerdos que tengo de mi querida vecina, siempre en batica, con su 1.50 de estatura, ese cuerpecito chiquito y frágil albergando tanta grandeza.

Nunca me reconocía, yo me le presentaba cada día y a ella le parecía "una dicha" tenerme de vecina. Pero realmente, la dicha era mía porque siempre me llenaba de alegría.

La extrañaré, mucho, qué maluquera que se haya muerto mi vecina. 

🚀Viaja al pasado ⏳

 
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