A veces miro las letras sobre el teclado y ni una palabra se forma en mi mente. Otras veces es como si todo estuviera ahí, esperando que mis dedos abran la puerta para dejarlo salir.
Hoy es uno de esos días de pensar y pensar, de dar vueltas como Luna, de divagar entre un mar que no sabe si está en calma o en tormenta.
A veces todo está muy claro, la vida es simple, los colores son nítidos, pensar es un acto sin mayores repercusiones. A veces por el contrario, se atacan pensamientos unos a otros, todo se vuelve una gran paleta desordenada, llena de pendientes, de asuntos sin resolver, un diluvio caótico de sensaciones y hormonas y todo se complica.
Sonreír, secarse lágrimas.