9.3.17

Vomitando letras

Vos sos de los capítulos más difíciles de cerrar en mi vida. Tal vez nunca lo logre cerrar del todo, tal vez siempre haya un espacio vacío para que lo llenés, no lo sé.

Pocas cosas me han costado tanto como cambiar el chip con vos, ese chip que te define como una amistad, una del alma y que elimina la eterna ansia de algo diferente. Es muy putamente difícil. Día a día lo intento y a veces me siento victoriosa y en medio de mi vanagloria sonrío, pero otras veces aparecés y cual tsunami desbaratás todo lo que tenía pensado, todo lo planeado y por algún huequito me hacés derretir y ¡pum! cae al suelo todo. ¡Me da una rabia!

Odio admitir que escucho tu voz y saberte lejana me corroe el alma.
"Uno recibe lo que merece" es de esas frases que ahora mismo, escribiendo a velocidades alarmantes por necesidad de cambiar mi taquicardia, no entiendo. ¿Qué cojones he hecho para merecer tanta dificultad de mandarte al carajo? ¿para sentir que es una condena? odio las condenas, a la mierda, yo soy más que eso.

Yo soy más que una emoción desbordada, apelo a mis 3/4 de cerebro para que dejen la "maricada" y entiendan cómo son las cosas.

Las cuentas claras.

Una de las personas más importantes de mi vida, una que hace parte de la realización de uno de mis más grandes sueños, una que ha sido amiga -intermitente pero poderosa- por mucho tiempo. Una mujer admirable, muy loca a veces, un desborde sin igual de energía y de alegría, una fuerza imparable, de esas que sabés que si no te ponés de su lado, va a seguir sin vos.

Si se te olvidó qué y quién soy yo en tu vida, es tu problema, yo no debería estar prestándole tanta atención a tu forma de actuar.

La gente hace, no me hace.

Siempre tendrás un espacio en mi recuerdo como "el paisaje más soñado, el lago en el cielo". Recuerdo cerrado, como merece ser.

...
Ese es el problema, los puntos suspensivos con vos.

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