Personas de pequeño tamaño construyen día a día mi ciudad cerebral.
Han ido construyendo casitas, piscinas, puentes, carros, han creado todo eso por lo que han aprendido de los libros, de la interacción con la sociedad humana, de la tv, el cine, en fin, de donde sea que lo hayan aprendido.
No viven solos, sus mascotas son fuera de lo común, en los campos hay todo tipo de criaturas terrestres y de repente pasa un unicornio, que se estaciona a mirar como un duende miniatura trata de domar un dragón.
No hay reglas que encierren los animales, y las personitas se podría decir que son felices, pero no falta lo malo...Hay una criatura tan grande como el Sol esperando que alguien se atreva a pasar por su lado para devorarlo sin dudar, y eliminar la idea que esa personita fue, en un mundo donde todo debería ser alegría.
Por el lado de ese ser oscuro nadie quiere vivir, le tienen mucho miedo a pesar de que ha estado ahí desde el comienzo de los tiempos, y ha crecido a la par con la ciudad (si es que así se puede llamar a lo que ocurre allí).
Como toda organización de individuos, como todo hábitat, hay problemas...Es tan difícil controlar el tráfico y ¡evitar trancones! Miles de ideas se acumulan en un solo lugar y en sus pequeños carritos se desesperan, comienzan a transpirar y el calor comienza a emanar, entonces se va recalentando todo y ese ser grande que ha estado ahí siempre, se va ofuscando también y comienza a estirar sus patas, a mover su cuerpo en un fallido intento de evitar que toda esa energía lo golpee.
Mientras él se hace sentir, el sufrimiento de los habitantes aumenta, no sólo por el calor de la confusión, sino por que Peter estripa los espacios y ellos sienten apachurrarse.
Ahí esta, su nombre es Peter, Peter como el hombre araña, con mil paticas y una red que hacen poco posible su erradicación de este, mi planeta ideal. Apareció en escena un personaje determinante, algunos podrían considerarlo el malo de la historia, pero yo no creo poder calificarlo así, no sé si sea muy prudente hacerlo y enojar la Némesis.
Este podría estar creciendo, no lo sabemos aún, y no creo que lo vayamos a averiguar pronto, pues apenas existen guerreritos capaces de luchar por sus vidas y las de sus familias, aún no están en formación aquellos valientes que puedan desafiarlo y empezar a conocerlo, para algún día tal vez dominarlo y, porque no, exterminarlo.
Estos guerreritos necesitan mucho apoyo, no sólo de los hombrecitos, sino también de las otras criaturitas fantásticas, mágicas, imaginarias o reales, que ayuden a manejar el miedo a enfrentarse a quien estuvo ahí antes que todos los demás...
¡Fuck! llego el cirujano...esta historia continuará...
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