A reclamar, a esperar, a pedir
No tenés derecho
siquiera a acercarte
Te esperé y no llegaste
Te busqué y te escondiste
Ahí mismo, en tu mundo de libreto
Y me dejaste
No tenés derecho
A sonreírme, a intentar,
Lo perdiste todo
Cuando pasaste por encima
Como se pasa por encima de la nada
Las lágrimas, los golpes y la rabia
Dejaron surcos profundos
Repletos de desilusión
Y mi mirada desconcertada
No tenés derecho
A regresar, ni tan siquiera a pensar
Tu silencio respondió
Mil preguntas incrédulas
Y en la respuesta hallé mi paz
Y frente a eso,
No se te ocurra manifestarte
Porque no tenés derecho a nada.
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