Abre los ojos, desperézate, sonríe. Es hora de arrancar la vida. Muévete por la cama, levántate y camina hacia la cocina, prepara café. Todo es más lindo cuando hay café.
Desayuna, organiza tu cama, báñate. Jugar con agua es sin duda uno de los mejores momentos del día. El agua es la vida pura, la energía limpia, todo lo bueno que existe.
Vístete, ponte guapa, sonríe, canta. Cantar mueve fibras, sin importar si se hace bien o no.
Toma tus vitaminas, no olvides la pastilla del corazón. Todavía no hay suficiente kickboxing, TRX ni yoga que te eliminen la onda subnormal en tus latidos ni te disminuyan la disautonomía. No queremos que hoy sea el día en que te falle el corazón. Sonríe, tienes todo lo que necesitas para tu buena vida, nunca lo olvides.
Cepíllate, organízate un poco, sal de casa, mira al cielo. Cómo no sonreír, el cielo es la grandeza misma, te encanta, tanto como lo que eres. Eres el cielo para un mar que te ama, y con o sin ese mar, el cielo sigue existiendo.
Abre el garaje, entra al carro de tus sueños, Mini Cooper negro, ¡ah!, qué espectáculo de vida, la has ido viviendo como te ha dado la gana, has metido durísimo las patas hasta la nariz, pero también has hecho muchísimos méritos para tener más Dharma que Karma a favor. Te la has montado de forma maravillosa y por eso eres feliz.
Ser feliz, ser libre, ser grande, ayudar a la gente a vivir mejores vidas, ayudar al planeta y disfrutarlo, no sufrir, fluir -si, como el agua, tu elemento-. Se trata de eso, de ir definiendo tu vida bajo tus propias filosofías, no bajo las impuestas que tal vez no se ajustan a ti.
Agradece cada cosa que ha llegado, cada cosa que se ha ido, gente, momentos, experiencias, asuntos, lo material, lo inmaterial, lo que ves, lo que no ves, lo que sientes, lo que te rompe, lo que te arma, los colores, el amor y hasta el desamor. Todo pasa para que crezcas y lo estás haciendo de puta madre. Has lo tuyo y nunca pares de sonreír...
Así es la vida, la vida de riqueza, la vida de grandeza.
Juega por el mundo, juega con el mundo, recórrelo y diviértete. Ignora a los hijos de puta, a los de mente cerrada, a los que te la vuelan, a los que no te dan sino úlceras. Que no te quiten la paz ni te hagan reaccionar, pululan y son inevitables. Recuerda que la gente hace, la gente no te hace.
Mantente consciente, sonríe y acelera!
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