Me entretuve hasta que sentí que podía tener un poco de sueño. Me acosté y cerré los ojos, mi cuerpo quedo extendido en mi cama mientras mi mente siguió maquinando millones de escenas, recordando palabras, caras, analizando reacciones, pensando en el futuro, más incierto que nunca, y entró en mí un desespero que me hizo pensar en Morfeo y el por que de mis trasnochadas.
Pensé en levantarme al baño, pensé en sentarme a escribir, pensé en un cigarro... Sé que si me levanto ahora lo haré, fumaré... Nadie lo sabrá, será mi secreto, pero no se trata de eso. Si lo hago esta noche, pensaré en hacerlo y seguramente lo haré en las noches que están por venir, pues los problemas de ahora no parecen solucionarse pronto, mucho menos disminuir un poco, por el contrario, creo que aún faltan más cosas por estallar.
Tengo miedo, mucho miedo. Confié en quien no debí confiar y en estos momentos esa bomba puede estar en cuenta regresiva para explotar y mandar mucho a volar.
Sigo esperando, van 2 semanas y sigo penando. Mi decisión esta tomada, sin importar lo que piensen de mí o de lo que puedo llegar a hacer, no voy a cambiar de posición, no ahora. Pero el problema es lo que requiero para solucionar la maldita espera que me hace temblar y tiene a punto de colapsar mis nervios y mi aguante.
Mente, ¡callate! No te soporto y no me dejás dormir, ¡mirá la hora que es y yo no puedo más!
Quiero hablar con Ale, que me calme, que me diga que me relaje, que todo va a estar bien.
Sigo esperando... ¡Maldita espera! ¡Otra vez la misma mierda! Pienso que esta vez es distinto, pero eso he pensado siempre que espero esto... ¿Qué pasará esta vez?
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