Relación en desventaja. Uno siente amor, el otro no. Uno se entrega con todo el corazón para que el otro se enamore y puedan vivir juntos el sueño de tanta gente y en este caso, del enamorado. Sin embargo, cuando el que no está enamorado empieza a recibir todas las señales y la energía que el otro le envía, comienza el desequilibrio pues el que está enamorado no recibe tanto como da y el que no está enamorado no da más.
Es decir, la ley de conservación no se aplica, es una relación no rentable o inviable, pues son mayores las pérdidas. La relación entre una persona que está enamorada y otra que no tiende a llegar al fin, porque así el enamorado no quiera, la falta de entradas cansa y algo dentro de su sistema lanza una alerta. Esa alerta se manifiesta de alguna forma y el que no está enamorado la percibe, con lo cual se produce en él varios tipos de reacciones, de alivio (porque el que está enamorado se va a ir), de frustración (por no enamorarse a pesar del arsenal de energía recibido), de aburrición, etc.
Cuando se activa esta alarma no queda otra opción más que resignarse o luchar, pero ¿qué sentido tiene luchar por una relación que tiende a deteriorarse desde las condiciones iniciales de las partes?
Las relaciones son para dar 50 - 50, de lo contrario una de las partes se va a terminar yendo... ¡y mejor ya no digo más!
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