¡Un poco de aguardiente, un poco de limón, un poco de cerveza y… ¡a cantar!
Con el alma, con huevos, con alegría y ojalá con mucha concentración, no sea que se nos olvide lo que debemos hacer y sea todo un completo desastre.
¡Qué felicidad, qué emoción! Ese desborde de adrenalina, ¡ese sustico que impulsa a saltar!
Pocas sensaciones se asimilan a pararse en un escenario y ver al frente a unas personas que están ahí, esperando que hagamos lo que nos gusta hacer, lo que hemos practicado y principalmente lo que ellos tienen pensado que van a ver.
Divertirnos, no decepcionarlos, son nuestros objetivos, pase lo que pase, asegurarnos que todos pasemos un buen rato, porque de eso se trata todo esto.
Cuando nos subamos al escenario, prometemos que daremos todo para sollarnos juntos el momento en que los Tortas de Chócolo rockeamos.
Como siempre… ¡VAMO’A DARLE!
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