Ella no me deja trabajar porque se instaló en mi cabeza y secuestró mi sonrisa.
No se va, está jugando a lo que quiere, saltando de un lado a otro, metiéndose en todo, hasta en mis calzones.
¡Qué feliz! Me encanta verla jugar y hacerlo con ella. No me puedo concentrar en nada, ni en dormir porque hasta en mis sueños decidió aparecer con su cara de maldad, su picardía y sus ganas.
¿De dónde salió? No sé, no me importa. ¿Por qué justo ella? Porque la vida es así.
La voy a disfrutar enterita hasta que quiera irse.
¡Bua! Ay cordura no te vayás.
¿Cómo resistirse? Yo sabía que era cosa de locos, pero no imaginé que fuera tanto, y todavía ni la conozco.
Sonrío, muevo con un dedo los hielos de mi whisky y la miro atónita mientras juega a acabar conmigo y lo va consiguiendo.
Se me acelera montones el corazón.
Puede que sea un error, puede que sea todo lo contrario, pero de este momento no me bajo. Lo disfruto completico, la disfruto completica, con o sin vestido.
¡Viva la vida que me puso al frente a este bombón! Llegó en el momento exacto, qué perfección, ¡qué ganas!
Chao que me voy a intentar trabajar, mientras ella aparece por los laditos, asomándose con su sonrisa y saludando a la que estaba dormida, invitándola a recorrerse, a perderse en sus mundos.
¡Deli!
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