I could touch the sky.
Nunca había visto algo así, nunca había vivido algo así. Que mezcla de orgullo, de placer y de miedo. Algo amargo entró a mi boca y se convirtió en algo dulce mientras lo tragaba. Luego, algo muy dulce se volvió amargo mientras lo saboreaba.
Cubriendo un poco mi piel, la ropa perfecta. Cubriendo su piel (un poco también), la ropa que le quedaba tan bien.
En medio de un aguacero, decidimos dejar de jugar a los chicos que ven absortos una pantalla y de vez en cuando se miran de reojo.
Así, una mano poco a poco me empezó a recorrer las piernas, otra, el cuello y los brazos. Mientras lo hacían, activaron mis manos, que torpemente intentaron tocar lo que podían de su cuerpo, algo un poco difícil porque estaba detrás de mí...
Sin sentir el paso del tiempo, jugamos.
Envueltos en la atmósfera que siempre nos creamos, en esa perfección que podía haberme vuelto loca de habérmelo permitido, cruzamos las barreras físicas y en un temblor lo grabé en mí.
Adiós... Una despedida perfecta, sin saber que lo sería.
Por otro lado... Saber que todo podría volver a seguir su curso, ese en el cual todos confían, me despertaba un diablo, un espíritu dañino que guardo con mucho esfuerzo (a veces). Algo se activaba por dentro y me impulsaba a dar estocadas, mientras algo más fuerte me pedía mantener el control y seguir actuando según mi buena conducta y mi respeto al karma.
Deambulo, vaya estado mental... Vaya estado, en general.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
¿Tienes comentarios o dudas?