Cuando te recostás en esa camilla y comienzan a introducirla en los círculos de la máquina, sentís como si fueras un cañón que están a punto de enviar hacia el espacio.
Cerrás los ojos y escuchás el ruido de la máquina, los círculos en su interior giran rápidamente y empezás el conteo... 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1... ¡pum!
Abrís los ojos, hay millones de estrellas a tu alrededor, mirás tu cuerpo, estás flotando. Las estrellas son muy brillantes, tanto que te da miedo encandilarte, pero no te pasa.
Mirás hacia todos lados y no podés creer que llegaste hasta allí. La Tierra se ve como una canica, la Luna es otra, una de las minis, y los demás planetas se ven como canicas también.
¿A dónde vas?, pensás mientras te das cuenta que con leves movimientos, como si nadaras, te transportás fácilmente. "Lejos del Sol", pensás, no vaya a ser que terminés rostizada. Ir a la Luna sería divertido, ¿estará muy lejos?
¿Dónde queda Alnitak? ¿Qué hay de Bellatrix, Mintaka, o tu adorada Alnilam? No tenés idea, y en medio del tráfico caótico de pequeñas partículas de polvo espacial, estrellas y asteroides, no se te ocurre hacia donde ir.
Empezás a moverte, (esperás que te hayan eyectado perpendicularmente y recordás la localización que tienen, en esta época del año, ese grupo de estrellas), confiando por supuesto en que el viaje haya sido tan rápido, que no vas a nadar "millones de años luz" en vano.
Cuando te vas dirigiendo hacia el sitio (el cual a medida que te acercás te das cuenta de que su tamaño es grandísimo), sentís que algo por dentro te hala, como si te halaran el cordón umbilical siendo bebé.
"¿Qué pasa? ¡Hey, eso duele!", preguntás.
Pero no alcanzás a definir, por la agudeza y sutileza del halón, si te duele o te quema.
Todo se empieza a recalentar. Tu sangre se siente hirviendo mientras recorre tu cuerpo que no entiende lo que le está sucediendo con ese ataque energético no previsto.
De repente, sin darte cuenta, la ves... Lleva toda tu loca vida esperándote. Te hala hacia ella tan fuerte que te movés a una velocidad que creés que te va a desintegrar. Brillante, resplandeciente, increíblemente hermosa, es todo lo que habías soñado y ¡más!
Sonreís mientras gritás, tenés miedo por tu destrucción, pero pase lo que pase, resistirás. Sea del tamaño de un átomo, o sea en cuerpo entero, pero llegarás...
"Aaaaaaaagggggggghhhhhhhhh"
Gritás desesperadamente, estás a punto de llegar y no ves la hora de hacerlo...
... "¡Chica!", escuchás a la enfermera pedirte que te levantés de la camilla. Quieren hacerte más exámenes para saber qué diablos pasa en tu cerebro...
... ¡Nunca, nunca lo entenderán!
Así, de repente, destruyeron tu regreso a casa.
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