27/05/2024

¿Quién mató a Matthew Perry?

¿Pudo alguien matar al genio que nos dio al increíble Chandler Bing?

Matthey Perry
Munawar Hosain/Fotos International/Getty Images

Esto es lo que sabemos: 

Lo encontraron muerto en su jacuzzi.

Sufrió un paro cardio-respiratorio.

Estaba limpio, luchando para estarlo, pero limpio desde hacía un año y medio. 

Recibía dosis de Ketamina de forma periódica, suministrada por su médico. 

En su casa, la Policía de Los Ángeles no encontró ni un solo narcótico.


¿Cómo murió?

Primero se detuvo su sistema cardiopulmonar, si eso no lo mató, entonces murió ahogado, no sé cómo funciona bien la cosa, no soy médico. Averigüen ustedes y me cuentan.


¿Por qué investigan su muerte como un crimen?

Aunque Matthew Perry tuvo más recaídas que meses tiene el año, estaba limpio, consumía la dosis de Ketamina requerida para no morir de cuenta de la abstinencia que lo atormentaba día a día, y nada más, prueba de eso es que la Policía de los Ángeles no encontró drogas en su casa.

Sin embargo, en la autopsia de nuestro amigo se encontró que en su sistema había una gran cantidad de Ketamina, que no hacía parte del tratamiento médico. Entonces, ¿de dónde la sacó?, ¿quién se la dio?, ¿por qué se la dieron? 

Eso es lo que pretenden responder la Policía de Los Ángeles (LAPD) y la Administración para el Control de Drogas (DEA), pues dado el estado de salud en el que se encontraba uno de los protagonistas de la mejor serie de televisión de todos los tiempos (si usted no es fan de Friends, no hable), y dados los problemas médicos que casi lo llevaron a la muerte en episodios anteriores, conseguir su muerte con esta mega dosis de ketamina era una certeza. 


Conclusión

Si él se la tomó solito, esto ya se puede calificar de suicidio. Si a él se la dieron, he ahí un crimen. Afortunadamente este hombre fue un grande y nos dios uno de los más queridos personajes, y el hecho de que la DEA se haya involucrado, nos da una esperanza de que esto se va a resolver y no nos vamos a quedar con la duda.

Aunque la verdad, creo que él debe estar riéndose, en donde sea que esté, diciendo... you don't have to investigate that, is not like I'm gonna come back, you know? could I be any more dead?


Foto: Reuters

25/05/2024

Los cruceristas

Hace un par de semanas conocimos a una pareja y su hija de seis años, Sophie, mientras jugábamos con Ziki y Mati en la Unidad Deportiva de Belén. Por cierto, ese día empezó mi rodilla a traquear.

El papá no estaba. Sophie, una rubia barbie se enamoró de mis perritas y mientras le tirábamos el palo a Matilda y Ziki intentaba perseguir otro palo, Natalia con su enorme habilidad de tía le puso conversa a la chica, Fabi. La pequeña y yo nos reímos, jugamos con las perritas y conversamos muy poco, pero no fue necesario mucho más para admirar su naturaleza de niña criada sin exceso de pantallas. Feliz, sonriente, observadora, creativa.

Viven en un barco que, por ahora, está en San Blas, es decir, por ahora viven en San Blas, una de muchas islas panameñas cerca de la frontera con Colombia por el Atlántico. 

Qué vida tan atractiva. Me hicieron recordar mi viaje a Ecuador en 2005 con mi hermano, del cual llegué diciendo a mis mejores amigos que quería vivir en un barco. Y sí, todavía lo quiero.

En el barco duermen, en el día van a la playa y pasan así sus días, entre olas, peces, arena, sol y sonrisas. Hacen parte de una comunidad de cruceristas que conviven juntos, pero no revueltos, en las playas de San Blas que, según ella, es un paraíso y tiene todo.

Le pregunté, mientras tomábamos café en La Manchuria en Santa Fe de Antioquia, en qué lugar del mundo le gustaría quedarse. San Blas fue su respuesta, aunque se demoró un poco en responder.

Me sorprendió que Natalia los invitara a nuestra casa, pero afortunadamente lo hizo. El primer intento, martes 5 pm, falló porque el invierno hizo crecer tanto el cauce de la quebrada que nos protege, que era imposible cruzarla. Al día siguiente lo logramos. Estuvimos con ellos en nuestra casa, recorrieron un poco, acariciaron nuestros caballos y Fabi me dijo, esto es un paraíso. Yo le dije, lo sé, si tuviera mar nunca me iría, y ellos se rieron dándome la razón. Somos cómplices del amor innegable y apasionado que sentimos por el mar.

Sophie se fue en el camino viendo videos de Frozen en la enorme pantalla de nuestra camioneta, el poder de la caja mágica. Siempre recuerdo la película de Batman en la que el Acertijo de Jim Carey -espectacular- hacía que la gente se conectara un cable que más parecía un tubo de PVC a la cabeza y eso le llevaba su cerebro al tv y de ahí llegaba a él. Él quería dominarnos así, y así es como nos tienen, pegaditos a pantallas grandes, pequeñas o de cualquier tamaño, sin mucha autonomía, porque se nos descarga o desconecta algo y tenemos el descaro de sufrir.

Al salir de nuestra finca fuimos a almorzar a La Plazuela, un restaurante encantador en donde hacen la mejor pizza de burrata que uno puede probar, y unas pastas que rayan con experiencias espirituales. A Sophie no le gustó la pizza, pero tiene seis años y es absolutamente espectacular entonces se la perdonamos.

De ahí pasamos a nuestro café favorito: La Manchuria. Fabi mencionó que, de todos los viajes en los que ha tomado café, el de Colombia era el que más le gustaba. Buen punto, ¿les mencioné que nuestros amigos cruceristas son brasileros? No se diga más, vamos a llevarla a que pruebe nuestro preferido. Le expliqué que el café común y corriente que venden aquí es el residuo, el sobrado porque el de calidad es el de exportación, pero que cuando uno toma un café de origen como el de La Manchuria, se está tomando el de calidad. Allí Natalia escogió una experiencia de café con el método de sifón japonés. Es todo un espectáculo porque te enseñan la forma de prepararlo, la historia del método, te hablan sobre el café que escogiste, es todo un cuento muy bacano.

Allí, una Sophie cansada estaba desesperada porque no podía jugar con unas derrotadas Matilda y Ziki, entonces saqué mi arma secreta, remedio contra toda aburrición infantil -y adulta-, mi celular superpoderoso y le mostré cómo podía dibujar con él y funcionó. De nuevo, el poder de la pantalla y la magia de un lápiz de cualquier color y estilo hicieron lo suyo, dejándonos un hermoso recuerdo de un día junto a tres hermosos cruceristas que decidieron romper los esquemas, tirar sus carreras de ingeniería y capitanía de barco de la marina brasilera y embarcarse a una vida aventurera gobernada por vientos, corrientes, oleajes y naturaleza, en vez de todo eso que gobierna las vidas de los mortales que habitan la tierra.

A nuestros amigos cruceristas los recordamos con cariño, seguramente nos volveremos a encontrar y seguiremos aprendiendo como esponjas tantas cosas que saben de esa vida que hace casi veinte años me hizo ojitos y que ahora volvió a llamarme como un viejo amor te sabe llamar, ese que uno trata y trata pero no puede olvidar.

Dibujo hecho por la mini crucerista


17/04/2024

Depresión: activada

Yo ya sabía que la depresión que me aflige no se va a ir, que va a joderme por el resto de mi vida, con medicamentos, meditación, ejercicio, alimentación saludable y todo lo demás que se supone que uno hace para mantenerse sano. 

Ella no se va a ir, pero cómo me jode cuando alcanza la superficie.

Despierto porque suena el despertador, o porque Natalia se levanta, pero aún no estoy lista y vuelvo a intentar dormir. Más tarde tampoco estaré lista, pero lograré la proeza de sacarme de la cama porque tengo que hacerlo, no porque me provoque.

De ahí en adelante lo que consiga será una proeza. Una serie de proezas heroicas. 

Desayunar me gusta mucho, eso lo hago sin pensarlo. Bañarme, vestirme, tomar café, gestionar un par de pendientes. Todo con un taco en la garganta, con un mar contenido por los ojos.

Afortunadamente no hay internet por la tormenta que pasó ayer y no tengo que obligarme a avanzar en mis proyectos. Decido escribir esto mientras pienso en lo mucho que me gustaría acostarme de nuevo, tal vez ver tv, un partido de tenis, una película o una serie.


Se puede ir el mundo a la mierda, hoy no funciono y cualquiera de esas proezas para un ser humano "normal" me parecen demasiado.

Hoy me excede todo. Mis ojos se llenan de lágrimas pero no veo el punto de dejarlas fluir.

La tormenta se fue, mi tormenta llegó.



09/04/2024

¿Preguntó por mí?

—¿Ana está bien?

—Sí. Tan bien como se puede estar sin el amor de su vida, ese que le quitaste. Ella está bien, sonríe, se ríe, colorea, vive en feliz en la finca con sus animales, la tienen muy bonita. Está haciendo algo de ejercicio, se toma las medicinas juiciosa, incluso le disminuyeron la dosis de una de ellas. Está escribiendo, se ganó hace poco otro concurso de escritura y va a participar en otra antología. Está matada con su camioneta nueva. Toma el sol todas las mañanas, tiene una relación muy estable y bonita con Natalia. La psiquiatra la felicitó en la última cita que tuvieron.  Ana es una persona alegre, a veces callada, loquita como siempre. Hay temas que le duelen mucho, como no tener al amor de su vida, eso la hace llorar de inmediato, incluso nos pidió el favor de no volverle a hablar de ella, pero es solo porque es su talón de Aquiles, y hasta que no la tenga de regreso, no va a estar bien del todo. Es un poco descarado que preguntes por ella, ¿no te parece? Pusiste una nube negra sobre su alma, que rápidamente le borra la sonrisa y le quita la calma. 

Tan bien como se puede estar sin el amor de su vida

mujer hablando por teléfono
Fuente: Ilustración Mujer hablando por teléfono - Blog Estefanía de RégilBlog Estefanía de Régil (estefaniaderegil.com)

30/03/2024

El amor por Matilda

A veces miro a Matilda y lloro, como si el amor fuera un líquido que inunda mi cuerpo y se derrama por los ojos

28/03/2024

ESTO TAMBIÉN PASARÁ

Ese momento incómodo en el que no sabes si te sientes como un culo porque entró la depresión como titular del día, o porque con tu novia tuviste una discusión más sobre su defectuosa comunicación, o porque esa amiga se queda en silencio y no te responde si está enojada cuando aparece un fantasma a joder.

Vaya mierda. A veces solo provoca meter la cabeza en un hueco y dejar salir lágrimas para ver si ellas pueden sacar la maluquera que te abruma.

Incómodo, diluyente de alegría, pesan los ojos y se desvanece la energía.

Ahora no recuerdo los mecanismos que he hablado con mi psicóloga, ni con mi psiquiatra para enfrentarme a esto, pero "ESTO TAMBIÉN PASARÁ" se repite en mi mente como un mantra. Me estoy demorando en tatuármelo, me recuerda a mi hermano también, lo hablamos una vez, a él le gustaba esa frase.

¿Será que cada una de las razones se sobreponen, como capas, unas sobre otras y no es una sola la causa de la maluquera sino que es una milhoja agobiante?

04/03/2024

Tenía que nacer el 29 de febrero

 

Natalia, Daniela y yo

Ella es un universo en sí misma, llena de historias, aventuras, energía bonita y algunos duros recuerdos.

Está llena de poder, en sus ojos habitan hechizos y en su voz el encanto de la alegría.

Caótica, extraña, mágica y peculiar, como ella no hay muchos seres humanos y es una lástima, la verdad, aunque así ha de ser porque creo que, si se encuentran dos como ella, implota el planeta.

Yo la llevo tatuada en mi espalda, palpitando en mi corazón y sonriendo en mis recuerdos, porque a pesar de lo maluco que hemos atravesado, el espejo de su mágica sonrisa siempre reina en mi mente.

Bienvenida al nivel cuarenta, niña del azul, es un honor acompañarte en tu viaje.

28/02/2024

¿Vos qué escribís?

Gajes del oficio de ser escritora

La pregunta obligatoria de cada persona que quiere entablar conversación conmigo:



Mi respuesta automática es: lo que me dé la gana.

Así, cruda, sin tapujos, sin intenciones de disfrazar y llena de franqueza, porque es la verdad, yo escribo lo que me dé la gana.

Si me sale escribir poesía, eso hago, así no tenga nada de poeta ni siga reglas, métricas ni formaciones que configuren el resultado como poema.  Lo mismo con alguna historia, cortica o larga, del tema que tenga en la lengua.

Esa es la clave, escribo lo que me dé la gana del tema que tenga en la lengua.

Ensayos, relatos, poesía, opiniones (que aquí se llaman Patadas de realidad), monólogos y frases que no son célebres porque yo, ni destacada ni famosa.

Escribo muchos contenidos LGTB+ porque se generan enormes cantidades de escenas de este tipo en mi cabeza, y porque son llamativas. Está claro que el sexo vende y dado que se me facilita describir encuentros sexuales de forma estética, lo hago.

Algunas enfermedades mentales, la muerte y el suicidio también hacen parte de mi abanico temático. Ahora no voy a meterme por ahí.

A veces se alborotan las letras en mi cabeza porque recibí algún estímulo o concebí una idea y, si logro vencer mi pereza, escribo.

Para no ser grosera respondo: de todo.  Sin embargo, en realidad quisiera decir, yo escribo lo que me da la gana cuando me siento a hacerlo o cuando me atacan las letras.

De lo que me dé la gana y en la forma en que me dé la gana.

De lo que quiera, como lo quiera. Va sonando menos grosero.

De lo que haya en mi cabeza, o de lo que me pida el cliente, en cualquier formato. Bah. Ya nos vamos por las ramas.


21/01/2024

Pulsera

A veces pienso en vos y siento cómo una energía negativa va inundando mi cuerpo. Rabia. No sé si me atreva a decir odio. ¿Cómo puede uno odiar a quien tanto amó, a la idea de su obsesión?

No sé vos qué querías de mí, no sé qué tenías en mente cuando a mí te acercaste, cuando hiciste todo para enamorarme, si ya tu vida estaba decidida, si ya eras de otra persona, ¿qué necesidad tenías?, ¿querías ensayar?, ¿querías saber qué se sentía?, ¿vos qué putas querías de mí?

No lo entiendo, nunca lo entendí y estuve ahí, pegada a vos, persiguiéndote, rogándote, aceptando con ansias y desespero las migas de pan que me seguías tirando para que no me fuera. Era un adorno, ¡eso es! ERA UN ADORNO.  Con razón siento rabia cuando pienso en vos.

Lo peor es que a veces te extraño y me da más rabia que no me extrañés, que no me hablés.

Vos feliz, andando por el mundo con tu vida resuelta y conmigo pegada al lado como una pulsera.

Eso fue, esa es la rabia. 


18/01/2024

No sabemos contemplar

No nos lo enseñaron, tampoco lo descubrimos. Confundimos hacer nada con estar aburridos, entonces hacemos cualquier cosa por el tiempo que sea necesario, para luego detenernos y pronto nos embarcamos en una nueva actividad, porque quedarnos quietos, haciendo nada, tan solo mirando, contemplando, se asocia con perder el tiempo, y dios nos libre de semejante pecado (que se les quedó por fuera de los diez mandamientos a los católicos) o tal vez en la época de Moisés no se consideraba pecado, o tal vez ese estaba en la tabla de piedra que Moisés quebró por cascarrabias.

Ni contemplamos para afuera, ni contemplamos para adentro.

Nos aproximamos cuando vamos en un tren -o cualquier otro- y no tenemos con qué entretenernos, es como una contemplación obligada, que más adecuado sería llamarla: mirada perdida con cavilaciones aleatorias cerebrales (igual a aburrición).

Acostarse en una hamaca a mirar el cielo, sentarse a observar un bosque, mirar un paisaje, en silencio, sin escuchar música, sin teléfono -o sus similares-, sin distractores, es un acto al que nunca nos acostumbramos y nos parece una locura, un desparche, una vagancia, una pendejada.

No tenemos que hacer nada, podemos sentarnos en un parque, mirar por la ventana, acostarnos mirando al techo, durante el tiempo que podamos y aguantemos. Si, el que aguantemos suele ser menor que el tiempo que podemos.

Los viejitos saben ser más contempladores, ¿será porque a medida que envejecemos nos damos cuenta de que todo importa un pepino (perdón, pepino), un carajo, y que aprendemos más viendo el mundo pasar, dejando que el cerebro haga emerger ideas y pensamientos mientras nuestros ojos solo observan lo que tienen al frente? ¿o será porque no tienen cómo entretenerse?

¿O será porque tienen mucho tiempo libre que les queda tras hacer filas en las EPS y vueltas en los bancos, y les da hasta para contemplar?

En los colegios o en las casas deberían enseñar a contemplar, pero ¿quién sabe hacerlo?

Tal vez por nuestra incapacidad de hacerlo es que nos meten tanto contenido estúpido, vacío (¿si vio el oxímoron?) por todos lados. Si aprendiéramos a quedarnos quietos, no tendríamos esa necesidad de mover los dedos hacia abajo en una pantalla y consumir poco conocimiento pero grandes cantidades de necesidad de seguir moviendo los dedos hacia abajo, porque a veces ni estamos mentalmente conectados a lo que vemos y nuestros dedos siguen atrayendo contenidos.

Mover los dedos arrastrando videos e imágenes en una pantalla es una droga, la heroína del mundo digital, sintética, no entra por las venas ni la nariz, entra por los oídos y los ojos. EHeroína. Heroín@.

Nos enganchamos y ni nos aprovechamos de esos algoritmos que bien podrían enviar.

—¿Vamos a contemplar juntos?

No creo que sea una frase muy pronunciada o escrita entre personas.

Si usted es capaz de mirar a su novia, desnuda, bañándose al aire libre, lo felicito.

Si usted es capaz de mirar las olas del mar (o el oleaje) sin tener en su mano un distractor por más de diez minutos, lo felicito.

Y recibirá mayor admiración a mayor tiempo contemplando.

Es que es muy berraco, y no he siquiera tocado el tema del interior. Esa mirada sí que es dura.  Aplausos para todo el que lo hace.

¿Cuántas horas no habrán pasado contemplando los grandes pensadores de la antigüedad? ¿Cómo se configurarían sus vidas y sus mentes para que pudieran hacerlo durante tanto tiempo? Porque Sócrates no salió con tanta cosa en “media horita”.

Por ahora me despido, voy a ver una enorme nube que parece Godzilla, a ver si aprendo ese jodido arte de contemplar. Eso sí, primero la foto para la posteridad ;)

🚀Viaja al pasado ⏳

 
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