28.2.23

Tenet



Artículo publicado en Nota Random (Revista Digital), diciembre 17/2020.
Por: Ana Lucía Pérez Escobar

Christopher Nolan es un director que nos ha acostumbrado a películas de factura impecable, excelentes escenas de acción y tramas no muy fáciles de digerir, como es el caso de esas inolvidables El origen e Interestelar. Ahora nos trae para nuestro deleite, Tenet que, por decir poco, es una película rarita y cautivante, de esas que uno no puede despegar su atención de la pantalla porque si lo hace se pierde algún detalle que eventualmente explicará algo, como si de piezas de rompecabezas se tratara.

Los diálogos no son extraordinarios, no hay líneas memorables, aunque en algunas encontramos unos cuantos toques de comedia, no sólo por las frases sino por la interpretación de los actores que, por cierto, es algo que llama la atención. 

El protagonista (John David Washington) es un hombre negro, de tamaño estándar y complexión normal, no es el tipo de actor de cara espectacular y cuerpo muy trabajado que estamos acostumbrados a ver, y esto es particularmente rescatable porque está muy bien que se sigan haciendo películas en las cuales los roles principales sean interpretados por actores que puedan desafiar el status quo y  romper los paradigmas anticuados que por tantos años hemos visto en Hollywood. En los roles secundarios encontramos a un Robert Pattison actuando impecable, a pesar de su poker face, lo cual va desplazando de nuestras mentes la imagen del vampiro enmirellado y nos hace tomarle más gusto y respeto a su polifacetismo.

El tema central de Tenet es la inversión temporal para salvar el mundo, es decir, que el tiempo no corre para adelante como lo conocemos, sino para atrás. Sí, eso suena muy loco y por eso es esta una película muy entretenida, con escenas de acción muy buenas y ciertamente divertida porque ver objetos y personas moviéndose hacia atrás en el tiempo es genial.

Cuando la termine de ver, si no la entendió, no se preocupe. En la película hasta los mismos personajes dicen que no tienen idea de lo que está pasando y esa es la sensación que nos acompaña durante los 150 minutos que dura la cinta. Véala dos veces, tres o las que sea necesario si quiere, lo importante es que recuerde disfrutar de una banda sonora muy compatible con la trama, de unas imágenes espectaculares y de pronto así, podrá entender por qué invirtiendo el flujo del tiempo el mundo consiguió salvarse de la guerra que un loco con mucho dinero quería desatar.

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